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— ¿No podemos llamar a una camarera y hacer el pedido de esa forma? —preguntó Brian.
—Si quieres que se eleve la tarifa de la propina, entonces hagámoslo así —su mirada se detuvo en los más jóvenes del grupo—. ¿Por qué no van a ustedes a ordenar, chicos?
Ambos observaron a Mercury; ir a ordenar más donas era una tarea simple pero la flojera les ganaba y, debido a esto, se les hacía difícil darse los ánimos para completar la misión.
—Dame dinero e iremos sin problemas —Roger extendió su mano, mirando a Mercury, esperando a que este sacara el dinero. Cuando le entregó el ya nombrado, se levantó de su asiento y miró a John, quien seguía sentado—. ¿Vienes?
El bajista sintió la mirada del rubio clavarse en él.
—Estoy ocupado alimentando a Anne. Termino y... —se enderezó de pronto, al parecer desesperándose— ¡No, Fred, no comas eso, eso es de Anne!
—Pero si yo no estoy comiendo nada, tesoro.
—Le habla al pez —le aclaró Brian.
—Oh... espera, ¿qué?
Roger volvió a sentarse y se cruzó de brazos, negándose a ir a pedir las dichosas donas. Dejó el dinero sobre la mesa, esperando a que un nuevo postor se presentara y se ofreciera a ir a la caja a hacer el pedido. Tenía su mirada clavada en las libras esterlinas que dejó sobre la mesa, hasta que, al ver una mano sobre estas, siguió el camino que había desde la mano hasta el antebrazo y de allí hasta el rostro de quien ahora se había dispuesto a levantarse y ordenar.
—No se preocupen, yo voy.
Roger, tímidamente dirigió su mirada a los ojos de quien había hablado. El castaño volvió a articular palabra, intentando establecer un diálogo con su compañero.
— ¿Vienes o te quedas?
Al final, Taylor asintió mientras se levantaba de su asiento.
  —Tráiganme una de glaseado blanco con chispas de colores —pidió el vocalista a la vez que les sonreía mientras se alejaban para llegar al mostrador a realizar el pedido.
Brian se encargó de pedir las donas y luego, apoyándose en el mostrador, observó el perfil de Roger, quien miraba a su alrededor mientras golpeteaba sus dedos en el mesón donde se realizaban los pedidos.
—Ey —Brian llamó la atención de su acompañante, éste le miró un poco aturdido.
Taylor había sentido que cuatro días sin dirigirle la palabra habían sido una eternidad y, dispuesto a romper con aquella extraña ley del hielo que sin ponerse de acuerdo efectuaron, le respondió de vuelta, haciendo sin querer que con la pequeña interacción que estaban por tener se hiciera incómodo el momento.
—Ey... —evitó mirarle— ¿Están recién preparando las donas, no? —intentó romper el hielo como si le hablara por primera vez en su vida.
—Sí, al parecer —hizo una pausa Pat a después agarrar aire y continuar hablando, esta vez cambiando el tema—. Así que BBC nos quiere de vuelta... —rió al final.
—Sí, aún no me lo creo. Pensé que lo que nos tenía que decir Roy era algo realmente malo —rió al igual que el mayor había hecho anteriormente y al acabar lo miró sonriendo, fue aquí cuando se dio cuenta de que May estaba concentrado en observar su rostro, sintiendo por esto algo parecido a una electricidad correr por todo su cuerpo—. ¿Pasa algo?
—Te ves distinto hoy —dijo, haciéndolo ruborizar y enarcar una ceja sin borrar la sonrisa que tenía—. ¿Te maquillaste? Porque parece que sí —bromeó, sacándole una risa a Taylor. Mientras éste se reía, quien había hecho la pregunta lo observaba con ojos soñadores.
— ¿Qué, por qué? —preguntó mientras sus risas cesaban. Acabaron completamente cuando sintió la mano del castaño en una de sus mejillas.
—Están rojas... diría qué hay un poco de rubor en ellas, ¿no?
  —E-Es por... —el baterista no pudo evitar tragar saliva con dificultad al notar que May se le estaba acercando lentamente. No reaccionó si no hasta cuando su mente reprodujo ese beso de días antes, el cual aún rondaba por la mente del rubio. Sin embargo, retomó la conversación dejando ver su nerviosismo—. ¡E-Es porque aquí la calefacción está muy fuerte! —Rió nervioso— Hace hasta un poco de calor, de hecho creo que sí sigo aquí pronto me empezará a doler la cabeza —mintió, sintiendo como la mano del otro ahora se desplazaba hasta su frente, descansando ahí—. Debería quitarme esta chaqueta o salir...
—Deberías —quitó su mano del rostro del contrario y metió ambas en sus bolsillos.
Los chicos unieron sus miradas, sabían lo que el otro estaba pensando, sin embargo no creían afirmativas sus teorías. Roger continuó la conversación.
—Saldré un rato para —hizo una pausa, armando mejor la excusa— fumar. Sí, sí, fumar... ¿me acompañas?
Obteniendo un sí por respuesta, ambos salieron del establecimiento, dirigiéndose al pequeño puente que conectaba la entrada principal con el patio de comida del local. Bajo del mismo se encontraba una amplia fuente, la cual, al igual que el acuario, poseía peces de variados tamaños.
Ambos se detuvieron al encontrarse a mitad del ya nombrado, observando la luna y la considerablemente grande cantidad de Estrellas que a esa hora resplandecían relucientes en el cielo nocturno quienes se mostraban brillantes en el firmamento. Maravillado, el más bajo sacó un cigarro de la cajetilla, lo encendió e inhaló. Al exhalar, le habló a Brian quien estaba observando las estrellas.
— ¿Cuantas constelaciones se ven hoy, señor astrofísico? —preguntó divertido, riendo por lo bajo con el cigarrillo entre sus labios.
— ¿De qué te servirá? Digo, no creo que apliques algún nombre de las constelaciones en tus procedimientos dentales.
—Ajá, si. Andas gracioso hoy.
Brian rió sin dejar de mirar las estrellas y luego se sentó en el piso de madera que componía el puente, apoyando su espalda en el barandal del mismo. Su acompañante hizo lo mismo, oyendo atentamente a la vez continuar el castaño.
—Fuera de bromas, la verdad veo bastantes, aunque no recuerdo todas a decir verdad... de las que me acuerdo están la Osa Mayor, Tauro y Orión
—Oh, sí, Orión, esa.
—No sabes de lo que hablo, ¿cierto?
Roger dio una calada a su cigarro, expirando el humo en dirección contraria a su amigo, sabía que el humo del cigarrillo lo molestaría.
—No —le sacó una pequeña risa al de cabello ondulado, observando el rostro del mismo mientras sonreía por lo que dijo, para después re-direccionar sus ojos hacia la gran luna sobre ellos—. Pero cuéntame, así sabré dónde están y cuál es cuál.
El más alto aceptó y encantado de hacerlo, le empezó a mostrar la ubicación de las constelaciones anteriormente mencionadas, mientras, Roger intentaba seguirle el paso y aunque no recordaría nada más tarde, igualmente le prestó atención.
—Te debió costar un mundo aprenderte todas, ¿no? —terminó su cigarrillo más pronto de lo pensado y lo botó al piso para luego pisarlo, desapareciendo todo rastro de él tirando la colilla al agua bajo sus pies. Recibió un golpe suave en el brazo por parte de su acompañante— Auch, ¿qué hice ahora? —miró directamente a Brian con el ceño fruncido, sin embargo, May lo observaba con cara de reproche. Roger volvió hacia su derecha para evitar su mirada.
—Luego la sacarás, ¿entendido?
  —Sí, sí, cómo digas... —continuó con el tema anterior— ¿me responderás la primera pregunta que te hice?
  —Oh, claro: sí, era difícil... pero divertido a la vez. La mejor parte era tener que buscarlas en el cielo a decir verdad, es por eso que sigo odiándote luego de que hubieras roto mi telescopio.
— ¿Aún estás enfadado por eso? Han pasado ya diez años, ¡supéralo! Además, te regalaron otro justo tres días después, no seas llorón.
El más alto le sonrió por recordarle hace cuanto ya había sido. Por algún tonto motivo, Roger se había enojado tanto que de la furia rompió el telescopio de su amigo, lográndolo al tirarlo por el segundo piso de la casa de sus padres.
—Sí, pero ningún otro se comparaba a ese: era de madera y tenía bordes dorados. Además, ese telescopio estaba lleno de recuerdos, con él nos quedábamos noches enteras mirando las estrellas hasta que el alba nos pillaba.
—O mis padres o los tuyos... dependía de en qué casa hacíamos la pijamada —rieron al unísono. Roger retomó el habla—. Yo recuerdo que me decías que lo que nosotros observábamos era muy poco... Oh, y de lo que me acuerdo muy claramente es de la llamada de cuando no me acuerdo quién llegó a la luna. Fue como «¡Roger, Roger! —Imitó al castaño, sacándole más risas— ¡Cambia de canal que ya están transmitiendo el alunizaje!» y yo te dije algo como «por la mierda, Brian, tengo examen mañana, ¡no puedo estar viendo televisión ahora mismo!» ¡Aún así lo vi y me saqué un diez! Sentí que fue un acto de magia negra o algo de ese estilo... —suspiró y sonrió embriagado por lo tranquilo y cómodo que se sentía en el ambiente, dirigiendo su mirada ahora al perfil del más alto quien continuaba mirando el cielo, decidiéndose por hacer lo mismo acto seguido.
  Se formó un silencio y a pesar de éste, ambos se sentían a gusto tal cual estaban, aunque el par sabía que de seguir así, probablemente todo acabaría como la última vez. Sin embargo, a quien más le parecía atormentar el tema no le importó, abriéndose una vez por todas.
—Roger... —mantuvo su seriedad intacta, aún admirando el cielo.
— ¿Hmm? —el nombrado dejó de mirar las alturas para dirigir su mirada hacia el iluminado rostro del chico junto a él. Tenía que admitirlo, se veía encantador en ese ángulo.
Se escuchó un pequeño ruido en el agua.
—Sobre lo del otro día, yo... —el mayor dirigió su mirada hacia su compañero: esa adrenalina nuevamente recorría sus venas y había concluido que le encantaba estar en presencia de ella. Finalmente se miraron directamente—. De verdad lo lamento, no sé por qué lo hice, no quería... agh, no lo sé.
  Se escucharon los movimientos del ojiazul, los cuales anunciaban que había cambiado de posición para estar aún más cerca del castaño quien había agachado su mirada, justamente para evitar la del otro.
  —No debí seguir —habló de nuevo Brian, suspirando al final.
  —No debimos.
  —Fue todo culpa mía...
  —No —buscó los ojos del contrario, pero al no encontrarlos se vio en la obligación de hacer que el otro lo mirara a través de tomar con una de sus manos el rostro de May—, sabes que no.
  Brian, sin dejar de mirar sus azulinos ojos iluminados por la luna, arrugó sus cejas, dándose cuenta que parecían una laguna en la que no le importaría ahogarse por no cuidar de sus acciones.
  —Podría haberme separado de ti —hizo una pausa para mirar los ojos avellana de su par. Su pulso se comenzó a acelerar—, pero no lo hice.
  —Todo hubiera sido mejor si lo hubieras hecho.
  —Lo sé, y es por eso que en estos días no he podido dejar de sentir culpa al igual que tú.
  — ¿Cómo sabes que...?
  —Es lógico —suspiró—. Es normal sentir culpa cuando haces cosas que sabes bien que sus consecuencias hieren, que hacen daño —sin descuidar la elevación de su rostro, Taylor buscó las manos del mayor—, que te matan.
Cuando estas se encontraron, el menor acarició la mano del otro y, temeroso de algún rechazo al intentar entrelazar sus dedos, finalmente logró unirlos con los de Brian, escuchando como continuaba con su habla.
— ¿Por qué no lo hiciste, por qué no me detuviste? —observó al rubio, viendo fácilmente sus pestañas las cuales desde ese ángulo le daban un toque de belleza que creía nunca antes haber visto en ningún otro ser humano.
Roger guardó silencio, el cálido sentimiento del roce de los dedos de May con el dorso de su mano solo ayudaban a que la situación cada vez fuese más estrecha e incitante. Sabía que no aguantaría ni un segundo más sin actuar, ni tampoco hablar por lo que volteó completamente y quedó frente a frente con el guitarrista. Evitó la mirada de él, avergonzado, quitándose ese sentimiento de su cabeza al sentir la mano del castaño acariciar su mejilla y después tomar su mentón.
—No quería —admitió susurrando.
Brian lo atrajo aún más hacia a él y finalmente, luego de rozar sus labios con los suyos lo besó lentamente. Roger no correspondió si no al tercer beso que intercambiaron, cerrando sus ojos al mismo tiempo con suavidad.
Cuando por fin se dio la fuerza de mover alguna de sus extremidades, Taylor estiró su mano libre para tomar la nuca del castaño, jugar con sus rulos y atraerlo más a él, provocando que presionara más sus labios contra los suyos, sonriendo por esto.
Brian no se quedó atrás y mordió el labio inferior del ojiazul y este, abriendo la boca levemente durante el beso, permitió el paso de la lengua del de cabello ondulado a su cavidad bucal. Acto seguido el últimamente nombrado empezó a juguetear con la lengua de Roger, quien siguiéndole el paso, hizo lo mismo mientras lo rodeaba con sus brazos, lo que indicaba que la situación le agradaba.
El más alto, percatándose de aquello lo apegó más a su cuerpo causándole un pequeño sobresalto.
— ¿Te asusté? —consultó en volumen bajo, riéndose levemente y uniendo su frente con la del menor.
—Solo un poquito —dijo entre risas también, volviendo a besarlo. Cuando se separó de él se sonrió como si fuera la primera vez que lo hiciera.
Acariciando el cabello del menor, Brian suspiró y después agarró aire para seguir hablándole.
—Algo me dice que harás de mi vida un caos —le susurró su acompañante, besando los labios de Roger otra vez con suavidad y delicadeza— La revolverás hasta que estés satisfecho, ¿no es así?
—Algo de caos o una pizca de revoltura... un poco de ellos en la receta no hace daño.
Brian lo miró para sonreír ladino, parecía que la sonrisa del guitarrista era el paraíso del rubio y sus besos su droga: su cuerpo después de la primera degustación, le pedía más y más y él no contenía sus impulsos, pero tampoco se molestaba en hacerlo.
—Deberíamos volver, ¿no crees? Las donas ya deben estar listas y los chicos deben estar preguntándose adónde nos fuimos —dijo el mayor levantándose.
—Sí —rió—, tienes razón.
Brian ayudó a levantarse a Roger agarrándolo de sus manos y cuando ambos estuvieron ya parados Taylor lo besó por un corto tiempo, asegurándose de no soltar sus manos en el proceso. Al acabar, el rubio tan solo continuó tomando una de las manos del de cabello castaño y dirigiéndose hasta la entrada de la cafetería se miraron mientras soltaban sus manos y se preparaban para entrar en escena al llegar allí. Sentían que les seguía faltando algo pero ¿qué era?



aMIGXS HOLAAAAA
soy la Ella y les vengo a decir grax por las 400 leídas amikxs. And also saben que me enfermé de varicela y estoy llena de puntitos rojos y me pICA MUCHO AAAA. So estoy faltando al colegio x mi causa y creo que me voy a morir pronto, así que estaré escribiendo lo que me queda de vida jueeee wEON ME TOCO LA ESPALDA PORQUE ME PICA Y HAY PUROS GRANITOS AYUDAAAAA. Also. Amigues. Que les parece. El. Cap. Weon se están comiendo Brígido aAAAAAAAA ES QUE WEONNN MHMHHMH los amo. Pero bueno, gracias por el a🐤, estamos muy emocionadas de seguir lanzando capítulos hasta terminar Cigarettes, y después de eso, centrar nuestros ojitos en un merecido descanso y después de ese merecido descanso centrar nuestros ojitos en el cast de Borhap, así que yep, ustedes sólo esperen que se viene weno weno el otro fanfic que algún día estará disponible en esta magnífica cuenta y va a ser un AU que me di la lata de crear y que me he dado cuenta que todo fandom debe tener y es como "entonces hagámoslo porque no me pienso quedar atrás ok" así que uds solo esperen que como ya dije, es muy bueno y es pura poesía de la mano de Dios. Como pista, les dire que saque la idea de una película que protagonizó nuestro segundo rubio fav ben hardy (non-well known as: Benjamin Jones) y aaaaAAAA ME PICA y weno weno amikxs, hasta acá llego. ESPERO QUE HAYAN DISFRUTADO A ESTE PAR DE GAYS BESÁNDOSE KSBDKDJEKE y eso, xao

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