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  Los miembros de la banda se miraron entre ellos, esperando a que Roy continuara hablando.
  —No dejes tan prolongado el suspenso... —Roger, impaciente, reclamó mientras mordía sus uñas.
  —Está bien, está bien —dijo entre risas—. Milagrosamente, he logrado que el próximo lanzamiento de Killer Queen sea la diana de más de un medio de comunicación. Radios pequeñas y por supuesto, televisión.
  — ¿Podrías ir al grano, por favor? —preguntó John preparándose para lo que fuese que estaba por venir.
  — ¡La cosa es que BBC los quiere de vuelta, amigos! Al director le agradó su anterior presentación en Top Of The Pops, por lo que me preguntó si tenían música nueva, a lo que dije que sí. Se notaba interesado, lo que me guió a preguntarle si quería otra aparición de Queen en el programa y él me dijo que lo más probable era ello. Pero bueno, como no todo en la vida es gratis, él me propuso un trato: si Sheer Heart Attack llega al top diez en la lista nacional de álbumes del momento, saldrán otra vez en el programa.
  Los integrantes de la banda, boquiabiertos, se miraron entre sí. Se notaba que la emoción tarde o temprano se apoderaría de ellos completamente, por lo que Roy continuó hablando de inmediato.
  —Bueno, esa era la primera noticia. La segunda es: lamentablemente yo no puedo seguir haciendo el trabajo de representante a la vez que ejerzo el de productor.
  — ¿Entonces te vas? —preguntó John afligido.
  — ¡No, no! Por lo contrario; nuestro equipo se verá expandido. De casualidad... —miró al cielo, haciendo tiempo y por consecuencia dejando abierto un lugar para las dudas— ¿han oído hablar de John Reid?
  —Él... él representa a Elton John, ¿no? —dijo Freddie.
  —Exactamente.
  — ¿Acaso esperas que él nos represente? Oh, es John Reid, ¿cómo crees que quiera ser el manager de un grupo de veinteañeros fiesteros? —preguntó Roger, poniéndole los pies en la tierra a sus demás amigos.
  —Además creo que tiene demasiado con lo de Elton, actualmente está de gira si no me equivoco —aportó Brian.
  —Habló conmigo y dijo que el ambiente de trabajo con Elton no era «el adecuado». También especificó que estaría encantado de representarlos.
  Cada integrante de la banda sonrió alegre por la noticia recientemente dada. Freddie, agitó sus manos por la latente emoción y luego abrazó a Mary y a Brian quienes estaban a su lado. John reía contentamente golpeando el hombro de Roger, quien le sonreía de vuelta.
  —Los llamará en un par de días y obviamente dirá que necesitan tener una junta de negocios en la que hablará sobre cosas de contratos, asuntos legales... mierdas de ese estilo. Cuando lo haga, por favor, no le respondan mientras estén drogados o ebrios. Se dejarán en vergüenza a ustedes mismos e incluso a mí. ¿Entendido?
  La banda asintió.
  Después de una hora de responder preguntas sobre el tema, la canción fue rende-rizada, y guardada. Roy se fue con la grabación en manos, dejándolos en la misma situación de antes. Los cuatro amigos se reunieron e hicieron un abrazo grupal, contentos de lo que estaban logrando.
  — ¡Hay que celebrar! —habló emocionado John.
  Su idea tuvo un impacto positivo y fue aceptada rápidamente.
  —Mis amores, vayan ustedes —les dijo Freddie a sus amigos mientras abrazaba a su pareja—. Mary y yo iremos a casa.
  —Mmm, ¿a celebrar de otra forma? —preguntó Brian mientras se cruzaba de brazos.
  Todos en la habitación se rieron de su comentario.
  —No —habló el persa aún riendo—, es solo que Mary ya ha pasado muchas noches sola, y...
  —Oh, Fred, por mí no te preocupes —le dijo sonriendo Austin mientras lo miraba directamente a los ojos—. Ve con ellos.
  — ¿Segura que estarás bien? —Mary asintió— Ok... pero eso sí, iré a dejarte yo mismo a casa, ¿entendido?
  —Entendido... —la chica besó a su novio y éste, felizmente correspondió.
  —Qué lindos —dijo Roger de repente a la vez que sonreía—. De todas formas, ¿podemos empezar a movernos? Sería una buena idea hacerlo.
  Aceptando su orden, los chicos se retiraron al estacionamiento, no sin antes guardar sus cosas y llevárselas.
  Mercury se fue en su auto junto con Mary para ir a dejarla a casa, sin embargo, prometió que se encontraría con sus amigos en donde irían a celebrar.
  John, Roger y Brian, se fueron directamente al lugar de encuentro. Dijeron que la mejor manera de festejar, era yendo a su lugar preferido, a Coffee Time. Cuando finalmente el trio llegó al lugar, entraron, llamando la atención del perro guardían del establecimiento, quien fue a recibirlos alegremente.
  — ¡Mister Nonnie eyes! —Deacy tomó al perro en brazos, éste empezó a lamer la cara del joven, John realmente amaba al can, y el sentimiento al parecer era mutuo— Pero mira qué cochita mach linda —habló de forma distinta—. ¿Quién es el más lindo? ¡Tú lo eres! —Se agachó, haciéndole cariño al perro— Mhm, nunca mueras por favor. Este perro está cada día más pesado —dejó al animal cuidadosamente en el piso y se dirigió a sus amigos.
  John se levantó, para después correr hacia una mesa cerca de la gran pecera que tanto le gustaba, y cuando la encontró, se sentó.
  — ¡Miren!, ahí está Austin junto a Ester. Tiempo que no los veía —Deacon le sonreía a los peces, quienes lo ignoraban para seguir comiendo las migajas de pan que él mismo les tiraba por un pequeño compartimiento habilitado con el fin de dejar su comida para que ellos se alimentasen.
  — ¿De verdad te diste el trabajo de nombrar a todos y cada uno de los peces? —preguntó riendo Brian al ver la infantil escena. Mientras,  se sacó su chaqueta para al final dejarla en los sillones— ¿Cómo es que logras recordar sus nombres sin equivocarte?
  — ¡Todos tienen algo que los diferencia! Por ejemplo: la manera en que Charlotte nada, no tiene comparación con la forma de nadar de Charles —apuntó hasta el otro lado de la pecera—. Otro ejemplo: el tamaño de Brian no se compara con ningún otro pez de esta pecera. Es fácil de recordar una vez te acostumbras.
  —Espera, ¿nombraste a un pez como yo? —Brian miró confuso a John, conociéndolo era capaz de hacerlo.
  — ¡Claro que sí! Era el pez más grande de todos y tú eres la persona más alta que conozco, entonces me recordó a ti —Deacy observó contento a su amigo para luego volver a los peces.
  Brian se preguntó: ¿de verdad John tiene veintitrés años? Porque parecía que no.
  —Lo único que espero es que no haya nombrado a ninguno como yo... —dijo Roger.
  —Oh, tranquilo, no lo haré —le respondió recibiendo una mirada extrañada de parte de Taylor. Continuó al instante, escuchando como sus compañeros se sentaban en los sillones de la mesa—. Les enseñaré mi sistema: los peces van nombrados por colores. Los rojos tienen nombres con A, los verdes con B, los azules con C y, los que no tienen compañeros de su mismo color, tienen nombres con E.
  —Ese no lo había visto antes —dijo Taylor apuntando a un pez que era de un extravagante color mostaza.
  — ¡Está muy bonito! —Giró hacia Brian, quien se había sentado a su lado— ¿Cuál es ese pez?
  —No me preguntes a mí, yo no soy el biólogo. —ambos miraron a Roger, quien se volteó frunciendo el ceño.
  — ¡Ah! ¿Eres biólogo?
  —Algo así... —alzó una ceja, rascando una de sus mejillas— pero no marino.
  —Sí, sí lo es. —le susurró May al bajista.
  Roger respondió, dispuesto a tener una charla alrededor del pez.
  —Es un carpín dorado —aclaró—. Son bastante comunes, es por eso que me sorprende que no hayan puesto uno aquí antes —el rubio miraba la forma de nadar del pez—. ¿Cómo se llamará?
  —Creo que lo llamaré Fred, es distinto a los demás, justo como él lo es —al igual que Taylor, John admiraba la manera de nadar del animal. Al parecer, ese era su nuevo pez favorito.
  — ¿No que tenían nombres con E los peces de colores diferentes? —Brian preguntó divertido, Deacon sonrió para sí.
   —Supongo que solo por esta vez me saltaré la regla.
  La absurda conversación entre los músicos se vio interrumpida por Freddie, quien llegó contento donde sus amigos y se sentó al lado de Roger. Hicieron su pedido y finalmente llegó. Las miradas entre el baterista y el guitarrista se presentaban de manera espontánea, sin embargo, no eran incómodas como el par esperaba que fuesen.
  Llegó un punto en donde ni John, Roger y Brian eran muy activos en la conversación debido a que el sueño los había empezado a atacar. Cayendo en cuenta de esto, Frederick obligó a participar de esta a sus compañeros.
  — ¿Por qué están callados todos? ¡Hasta John lo está!
Todos miraron a Fred por un momento, para luego volver a sus asuntos personales. Mercury retomó su habla y después, miró a dos de sus amigos.
  —Gracias por las respuestas... —buscó discretamente una forma de hacer que hablaran. Tuvo éxito— Les anuncio que se nos están acabando las donas, ¿por qué no van por algunas?

CigarettesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora