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Narra Alex: El lunes por la mañana decidí no ir al instituto. No tengo la energía, mi pequeño hermano lloró toda la noche. Mi madre no ha dado señales de vida, ella seguramente esta dormida en la casa de algún tipo.

Me levanté de la cama y me dirigí hasta la cuna de David, la traje a mi cuarto ¿De que sirve que esté en el de mamá si ella nunca está?
El seguía dormido profundamente. Aprovecho que está dormido para ir a bañarme. Estaba apunto de entrar al baño cuando escuché el teléfono de la cocina...la abuela, solo ella llama al teléfono fijo.
Corrí escaleras abajo, me dirigí a la cocina y atendí.

—Hola.

—Hola cariño ¿Cómo estás? ¿No fuiste a estudiar— preguntó la abuela.

—No abuela,me quedé en casa, David lloró toda la noche y no pude dormir casi nada— respondí rascándome el cuello

—Oh, pequeño, hubieses venido, yo lo podía cuidar y tú dormir, no puedes descuidar tus estudios y tienes que tener energía para tus entrenamientos, ven a casa, te prepararé algo de comer y puedes dormir, yo cuidaré a David— respondió ella con un tono amable.

Es justo lo que necesitaba, me bañaré allá también y así podré descansar, en serio lo necesito.

—Está bien abuela, gracias,ya voy— respondí
[...]
Luego de darme un baño totalmente necesario,me vestí con unos joggins y una remera.
Me miré al espejo,tenía unas ojeras enormes,dignas de los días que no he dormido,el cabello mojado y despeinado. Luego miré mi cuerpo,el que me tapé con tinta y diferentes tatuajes. Soy un maldito desastre.
Bajé las escaleras descalzo para no despertar a David quién dormía tranquilo en los brazos de la abuela.

—Tienes el almuerzo listo en la cocina— susurró la abuela, yo asentí y me dirigí a la cocina.
En la mesa había un plato cargado con mi comida favorita, arroz con pollo y verduras, amo a esta mujer.

Luego de comer me acosté en el sofá, mientras intentaba agarrar el hilo de la película que estaban dando en la tele.
Poco a poco el sueño me fue venciendo y el único hilo que agarré fue el de dormir.
[...]
Golpes y sonidos del timbre me despertaron, totalmente exaltado.
Me levanté del sofá rápidamente.
Abrí la puerta y mamá entró cual torbellino.

-¿Qué te pasa?- pregunté con voz ronca. Demonios,estaba durmiendo tan bien.

—¿Qué haces aquí? ¿Por qué no están es casa?— preguntó eufórica mientras entraba a la casa, cerré la puerta y la seguí hasta las escaleras.

—¿Acaso solo tú puedes venir aquí? TODOS SABEMOS QUE AQUÍ VIENES CUANDO ESTAS BORRACHA— grité mientras subía las escaleras tras de ella

—Cleo cálmate, tu hijo está durmiendo— dijo la abuela refiriéndose a mamá.

—¿Crees que no los puedo cuidar yo misma?— preguntó mamá en tono de reto, ella sabe que la abuela nunca le diría eso, pero en el rostro de la abuela pude ver que ya está, cruzó cada límite, cada barrera, cada todo, la abuela se cansó.

—¿SABES QUÉ?— gritó la abuela y mamá retrocedió sorprendida —Creo que no, no puedes, eres incapaz, hasta que no te recuperes de tu inestabilidad emocional y de  tu problema con el alcohol, eres incapaz, tus hijos la pasan mal, Alex duerme una hora al día, hace todo tu trabajo y el suyo, reacciona Cleo, YA REACCIONA, NO ERES UNA NIÑA CON MUÑECOS— le gritó en la cara y mamá retrocedió más, pero no, ella jamás le dará la razón a alguien más.
Se adentró a la habitación que solía ser suya y tomó a David.

—Mamá,no hagas eso— intenté quitárselo pero no pude.

—Cleo,ven aquí— dijo la abuela mientras la seguía

—Alex,vamos, tú tienes una casa y a mi, no tienes que estar aquí— dijo mientras intentaba tomar mi mano.
¿Acaso cree que tengo 7 años?

Decidí tomar una decisión que de seguro no es la correcta, de seguro me arrepentiré a la noche y de seguro me hará enojarme más, pero es solo para calamar está situación.

—Está bien, pero dame a David, el se va conmigo, en mi auto— dije. Por suerte ella hizo caso, me dió al bebé y luego salió de la casa.

—No se vayan, quédate— dijo la abuela tomando mi mano

—Estaremos bien—respondí besando su frente y luego salí de la casa.
[...]
Abro los ojos, escuchó el llanto de un bebé...David.
Me levanté de la cama para luego dirigirme a la habitación de mamá, se supone que ella está ahí. Abrí la puerta sin permiso alguno y encontré justo lo que esperaba. Al pequeño David, solo en la cama, mamá no está...de nuevo.
¿Para que nos hizo volver de lo de la abuela?

—Tranquilo, campeón— tomé al bebé y luego baje a la cocina con el en brazos. Seguro se está muriendo de hambre, porque ni siquiera eso puede hacer mamá.

Tomé el teléfono de la cocina, ya que dejé mi celular en mi habitación y llamé a mamá.

—HOLA—respondió una animada y pasada de ebria Cleo. Tiene el premio a la mamá del año.

—¿Dónde estás?-—pregunté mientras intentaba calmar a David.

—Oye,soy tu madre, no me hables así— arrastró las palabras

—Pues no lo parece, te quiero en casa en diez minutos o cambiaré la cerradura y tirare tus cosas a la calle - amenacé. Yo jamás la había amenazado antes, pero estoy en un punto límite.

—Oye, jovencito...—la interrumpí

—Estás advertida— corté la llamada y me encargué de mi pequeño e inocente hermano.

Lo deposité en la mesada mientras calentaba su leche.

—Mamá es una mujer complicada ¿Verdad?—sonreí mirando al niño, el solo agitaba sus manitos.
No puedo creer que mamá lo deje solo todas las noches, esa mujer no entiende que las fiestas son los fines de semana no un lunes. No pretendo que se quede encerrada, pero demonios, tiene un bebé, al menos que lo cuide, no puedo ser su niñero 24/7
Luego de alimentar a David,lo cargue hasta que se durmió sobre mi hombro.

—BUENOS DÍAS, CHICAGO— oí a mi mamá, ella ni siquiera sabe dónde está.
Salí de la cocina para ver a mi mamá con un hombre detrás de ella.
Oh no,no lo voy a permitir.
Deje a David sobre el sofá y me acerqué a ellos.

—¿Qué te pasa? ¿Acaso estás mal de la cabeza? Solo a ti se te ocurre traer a un hombre a casa—dije tomándola del brazo

—Relájate bebé, solo me quiero divertir— ella sonrió saliendo de mi agarre. Además se comporta como una adolescente.

—Tienes un bebé de meses, tienes mucho con que divertirte— respondí empujándola hacia el sofá.
El tipo seguía mirando la situación, el está igual de alcoholizado que mi madre.

—¿Y tú por qué sigues aquí? VETE- grité.
Para mí suerte el me hizo caso y cerró la puerta detrás de él.

—¿Ves como eres? Acabas con la diversión—mamá se dejó caer sobre el sofá despertando a David.
Maldición, en estos momentos desearía ser papá, para huir como el lo hizo y estar libre de todo.

—¿Ves lo que haces tú?—pregunté tomando a David en brazos de nuevo mientras le daba pequeños golpecitos en la espalda.
—No puedes seguir así mamá, en serio que ya no lo soporto, no soy un niñero, no soy su papá, soy su hermano, lo cuidaré cuando pueda, pero ¿Qué pasará cuando tenga clases? ¿O entrenamiento? No estoy de vacaciones, mamá, tienes que empezar a tomarte esto en serio, porque ya no tengo paciencia contigo

Amber (|) [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora