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Narra Alex: Han pasado al menos nueve días desde que Amber y yo terminamos el libro y después fuimos interrumpidos por Marco. No estaría preocupado por eso, pues podíamos retomarlo en cuando ella quisiera, solo que el problema esta en que Amber lleva nueve días sin aparecer en ninguna parte.
No ha respondido ni un mensaje, ni una llamada, ni nada en lo absoluto, pero tampoco quise ir a su casa, parecería demasiado desesperado

Pero el único que parece recordar su existencia soy yo, nadie se ha preocupado, Dylan, Keila y Nara siguen sus vidas normales, como si ellos supieran algo que yo no.
Me he acercado muchas veces a preguntar por Amber y nadie me ha dicho nada... es como si quisieran que tenga un colapso nervioso.

Así que me acerqué una vez más a donde estaba Nara leyendo un libro. Ella no notó mi presencia en lo más mínimo y si lo hizo la ignoró.
Le quité uno de sus auriculares, obligándola a notarme y ella levantó la vista, suspirando molesta.

No te sientas importante, yo tampoco quiero hablar contigo.

—¿Qué necesitas?—preguntó con una falsa sonrisa. Ya sabe lo que voy a preguntar, no entiendo por qué se hace la tonta.

—¿No sabes nada de Amber?— pregunto casi molesto.
¿Que digo casi?
Estoy muy molesto.

—Tu en serio no te rindes...ya te he dicho que no lo sé— iba a volver a ponerse el auricular pero la detuve.

—Es obvio que lo sabes, nadie estaría tan tranquila si su amiga dejara de dar noticias por casi dos semanas— mi tono de voz delataba mi molestia.
Ella se quitó el otro auricular y me hizo una señal de que me siente en frente de ella. Lo hice mientras ella guardaba sus cosas en su mochila, me sorprende que entren tantos pins en ella.

—¿Vas a hablar o solo me hiciste sentarme porque sí?—pregunté subiendo las mangas de mi camiseta manga larga.

—Calma conmigo, semental, tengo la paciencia del tamaño de una nuez y eso sumado a que me caes mal puede ser una formula peligrosa—dijo con su mejor cara seria.

Tú también me caes mal

Nara siempre tuvo esa personalidad tan fuerte, seria y hasta algo intimidante, nadie se atrevía nunca a meterse con ella porque sabían que no les convenía hacerla enojar y no necesariamente porque ella reaccione dándote un golpe o lo que sea, sino porque te hace sufrir con cosas que muy probablemente no piensa, pero sabe que te afectan.

Ajá, bueno, dime- susurré tratando de mantenerme calmado.

—¿Estás seguro que te quieres meter con Amber?—preguntó, sería.
¿Ella en serio está preguntando eso?
¿Que está tratando de decirme? ¿Va a hablarme mal de su amiga?

—Si, seguro, muy seguro- respondí ya respirando pesado.
Además me han pagado por hacerlo y no tengo intenciones de devolver dinero.

Esta chica está alargando mucho la conversación y no tengo todo el día.

If that's what you want...- suspiró

Claro, la niña intelectual

—No me hables en inglés, no entiendo una mierda- respondí a un segundo de levantarme de la mesa.

—Mira, Amber es un diamante en bruto, totalmente, ella es hermosa, inteligente y amable, pero también es especial, tiene mucho peso sobre sus hombros y aún así intenta cargar con el peso del mundo entero también y hay veces que no lo soporta—dijo algo triste.

Me siento mal por haber creído que me hablaría mal de Amber, pues proyecte mi experiencia con mis amigos en ella y eso no está bien.

—Cuando ella se agobia se aísla y cuando se aísla nadie sabe de ella, siempre va a un lugar diferente, así que en serio no sé dónde está, pero se que está bien—puso su mano sobre su pecho, como si quisiera mostrar su sinceridad.

Amber (|) [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora