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Narra Amber: Salí totalmente aturdida de la consulta, no podía creer que Alex estaba ahí... el realmente fue al psiquiatra.
Yo creí que había sido una idea que se le había pasado por la cabeza y que hasta ahí llegaría, ya que él no habla mucho de sus problemas y la idea de ir a terapia es hablar con el alguien que te ayude con tus problemas, pero lo hizo y me siento muy orgullosa de el, porque al fin esta descubriendo la fuerza que siempre tuvo en su interior.

Papá, como buen padre arrepentido de no pasar tiempo con sus crías, me llevó a comer helado.

—Ten, crema Tramontana, tu favorito—me sonrió.

Me pone feliz que lo recuerde.

—Gracias, papá— sonreí, tomando el helado en mi mano.

Mientras me lo metía a cucharadas en la boca pensaba en la carita de Alex, se veía tan triste, quería saltar a sus brazos y contarle que hoy saqué mi libreta de conducir, que había sido mi primera cita con Mónica, mi psiquiatra y que me había agradado mucho. Pero creo que no necesitaré contarle eso, ya que él estaba ahí.

—¿Por qué terminaron con Alex?—preguntó papá, tomando su helado de menta granizada.

Siempre consideré que ese gusto de helado era un asco, pero papá siempre ha tenido gustos raros y además siempre ha sido el diferente, así que no me sorprende que haga lo que los demás consideran inapropiado o asqueroso.

—Porque soy una estúpida—respondí mirando mi helado.

Si papá supiera porque Alex se acercó a mi y que yo hice lo que hice, creo que entraría en un limbo en el cual no sabría si colgar a Alex de los tobillos o si colgarme a mi por haber seguido un juego tan tonto e inmaduro.
Papá no quise preguntar más, obviamente sabe que necesito procesarlo yo para después decirlo, pero yo sí tenía cosas que preguntar.

—¿Cuando se van tu y Colton?—pregunté, obviamente triste.

Quiero saber, para pasar el mayor tiempo posible con ellos, a pesar de que en casa todo es un desastre y que últimamente peleamos más de lo que alguna vez lo hemos hecho, yo quiero a mi padre y a mi hermano cerca, pero se que no he podido hacer eso en los últimos años, así que quiero aprovechar lo que queda de esta visita.

Papá se lo pensó unos segundos, mientras terminaba de tragar su helado que probablemente le congeló el cerebro por unos segundos.

—Bueno, Colton y yo hablamos con tu mamá y nos dimos cuenta de que ya nos habíamos dado el tiempo suficiente, así que no nos vamos a ir más— papá respondió, con una sonrisa en su rostro.

¿Qué?
Si esto es real me moriré de felicidad.

—¿En serio?

—Sí.

Mis ojos se inundaron de lágrimas y me quede inmóvil mientras miraba a mi padre, quien obviamente se dio cuenta de mi reacción, así que movió su silla hasta quedar a mi lado y me seco las lágrimas.

—No llores, princesa— el besó mi frente.

No podía evitar llorar, he esperado este momento tanto tiempo que perdí la cuenta y de hecho ya me había acostumbrado a que mi padre no esté en casa, pero saber que vuelve y que ya no tendré que verlo irse nunca más, hace que algo que estaba muy oculto en mi interior salga y se derrumbe, causando este llanto inconsolable que me partía el alma, pero que era necesario para también curarla.

—Tranquila, todo estará bien, mi florecita rockera— papá besó mi mejilla y sonrió.

Al fin una noticia buena, al fin mi familia dejará de ser tan disfuncional, tal vez podamos ser normales, al menos una vez.
[...]

Amber (|) [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora