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Han pasado un par de días desde que ya no veo a Marco más que en el entrenamiento y estoy agradecido por ello. El equipo no ha hablado una palabra de nada del tema, más bien parece que lo han olvidado, para mí suerte. Amber no parece sospechar nada y la verdad es que está mucho más tierna que nunca, supongo que luego de lo qué pasó en su casa, sabe que puede confiar en mi.
Con respecto a devolverle el dinero a Marco, me siento mejor que nunca, siento si me hubiese quitado un peso de encima, ya que ahora, cuando miro a Amber, ya no pienso en el dinero que estaba guardado en mi billetera.

Hoy era el primer día de mi curso de inglés y convencí a Max para que me acompañe, ya que él había aprendido de forma autodidacta y quería perfeccionar su pronunciación.

Ahora nos encontrábamos en el salón, esperando a la persona que nos daría clases y no sabría si decir que estoy nervioso, pero definitivamente no estaba tranquilo.

—No puedo creer que estés haciendo esto por una chica— Max se burló, dibujando garabatos en la esquina de su hoja.

—No es por una chica, es por mi—respondí, pues es medio verdad y medio no.

Y además Amber no es "solo una chica".

—Puede que sí, pero te mueres por saber que habla Amber—me respondió, con una sonrisa burlona.

Bueno, sí, es verdad, la curiosidad mató al gato... pero al menos se murió sabiendo.

—Hablando de ella ¿Está feliz de que tomes el curso?—preguntó Max, rellenando el cuadrado que había dibujado.

Tiene la costumbre de hacer eso de toda la vida, ya que dibujar en serio no sabe, así que siempre que está aburrido o ansioso dibuja figuras geométricas y luego las pinta.

—No, no le he dicho nada y no le diré— le respondí, mordiéndome las uñas ante mi inquietud.

Si ella supiera no hablaría más en inglés, entonces jamás sabría y ese no es el plan aquí...

—¡Ja! Lo sabía, es todo por Amber— Max sonrió victorioso.

Idiota.
Si fuese otra persona probablemente me molestaría que se estuviese burlando de mi, pero se que Max no lo hace desde la malicia, más bien creo que se siente feliz de que sea por el motivo que sea, yo esté intentando avanzar y mejorar.

—Buenas tardes a todos— un señor algo veterano saludo, entrando al salón.
—Mi nombre es Nicholas, seré su profesor a partir de hoy— sonrió con amabilidad.

El tiene un acento, seguro no es de por aquí.
Max se inclinó en su asiento, acercándose a mi como si me quisiera comentar algo.

—Me dijo la que organiza los cursos que es de Inglaterra— susurró Max.

Todo tiene sentido ahora.

—Bueno, como es la primera clase,  empezaremos por lo básico—Nicholas sonrió de oreja a oreja, como si realmente le encantara su trabajo.
Quisiera saber su fórmula para estar tan feliz.

Un instinto me hizo mirar hacia la puerta al notar movimiento y ví a Leo que entraba casi corriendo.
¿Leo? ¿Tomará el curso?

—Oh, lo siento, estoy tarde— el se disculpo con una sonrisa nerviosa.

Por lo general Leo suele tomarse las cosas con humor y esa es una de las cosas que siempre destacamos de él en el equipo, ya que cuando perdíamos o algo, él es quien nos animaba, pero ninguno sabe mucho de su vida, la verdad.

—No pasa nada, jóven, busqué asiento— el profesor le señalo hacia el frente.

Leo registro el salón con sus ojos y cuando me vio sonrió, para después caminar hacia mí y sentarse detrás de Max, en el banco que estaba libre cerca de nosotros o de no ser así tendría que haberse sentado en la otra punta del salón.

Amber (|) [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora