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Sigo corriendo detrás de Amber, quién se ríe a carcajadas mientras persigue al cachorro de la granja en la que estamos. No quería venir a este paseo a esta granja, pero mis padres insistieron en que debía compartir tiempo con mis compañeros.

—Deja de correr—jadee mientras paraba. Apoyé mis manos en mis rodillas y empecé a respirar agitado, tratando de inhalar y exhalar como papá me había enseñado, pero estoy respirando como mi abuelo cuando jugamos basquetbol.
Nos hemos alejado mucho de los demás y lo que menos quiero es escuchar a la maestra dándonos un regaño.

—Está bien, volvamos— Amber pasó por al lado mío y yo me quedé mirándola.
Su overol jean sigue impecable, su cabello sigue despeinado y ahora me está mirando con una sonrisa, mostrando sus brackets azules.

—Vamos— me hizo una señal con la mano para que la siga.
Por algún motivo siempre la sigo.

Unos labios tiernos besaban mi sien y un brazo me abrazaba, mientras que una mano acariciaba mi cabello.
Qué bonita forma de despertar. Creo que la última vez que alguien me despertó así yo tenía 10 años.
Quería despertarme y a la vez no, solamente quería seguir sintiendo esa sensación de cariño incondicional que me hacía sentir esa forma de despertarme.

Aún contra mis ganas de seguir durmiendo, miré sobre mi hombro y ví su gran sonrisa. Era genuina y sus ojos brillaban, haciéndome creer que quizá, por primera vez en mi vida, yo estaba viendo un ángel.

—Siento despertarte, pero es que no quiero escuchar más tus horrendos ronquidos— fingió molestia mientras arrugaba su nariz.

Me quería reír, pero en vez de eso me volví a acomodar, cerrando los ojos una vez con la esperanza de poder dormir un rato más.

—Yo no ronco— susurré con los ojos cerrados. Ella me abrazó y acunó su rostro entre mi cuello y mi hombro.
Era una sensación desconocida, pero por algún motivo adictiva y creo que por primera vez comprendo el sentimiento del que hablan en las canciones, pero aún así, mi miedo es más fuerte y las preguntas empiezan a impregnar mi mente, haciendo que deje de disfrutar de esto.
¿Qué es esto? ¿Ahora somos una pareja de ancianos? Debo romper este momento romántico ya mismo o perderé completo control sobre mi mismo.

—¿Qué hora es?— pregunté antes de sentarme en la cama.

Ella sonrió con algo de picardía, lo que ya de por si me alertó, pues ya he visto esa sonrisa antes y se que esto puede tomar un rumbo muy diferente al que ya tiene.

—Las dos de la tarde— se apoyó en su codo para descansar su cara en su mano.

—¡¿Que?!— exclamé sorprendido.

Imposible, ella tiene que estar mintiendo.

—No te quería despertar, se te notaba cansado y pensé que necesitabas un día de descanso— respondió como si no tuviera importancia.
¿Qué es esto? Ella no tiene derecho a decidir sobre mi vida, no tiene porqué asimilar nada sobre mi sin preguntar, mucho menos decidir sobre mi día.
Relájate Alex, no lo hizo por mal.
No me importa, ahora ambos perderíamos otro día de instituto y además ahora ya no se que hacer, ni a donde ir.
¿Nunca te importó ir al instituto y ahora sí?
Piensa mejor que es lo que en verdad te molesta, Alex.

—Estoy jodiendo contigo, tonto, son las siete de la mañana— me dijo con una sonrisa burlona en su rostro.

Es una actriz de maravilla,debería conseguirle un puto Óscar.

Suspiré y apoye mi cara en mis manos, si me puede asustar de esta forma con un chiste tan tonto, no quiero saber como seria si se mete con algún asunto aún más serio.
Debería tener cuidado con esos poderes de actuación.

Amber (|) [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora