94. Final

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Unos años y unos días después...

Narra Amber: Otro día y otro avión aterriza, afortunadamente, hoy es el de Alex. Yo realmente no recuerdo un día en el que yo haya estado tan emocionada, por supuesto que me emocionaba cuando el venía de visita, pero ahora no va a estar de visita, va a venir a quedarse y eso me llena el corazón y el vacío que quedaba cada vez que lo dejaba en el aeropuerto.
Aún recuerdo la primera vez que se fue, yo lloré literalmente un día entero, no quería salir de mi cuarto y me dedique a pintar a Alex en un lienzo. Demoré mucho en hacer esa pintura y estoy esperando impaciente a poder dársela hoy. Aunque se la podría haber dado perfectamente cuando vino de visita quería que fuera un día especial, como hoy.

Estos años han tenido matices, han Sido alegres, tristes y neutrales, pero nada de aburridos. Yo he empezado a trabajar en una escuela de música, como profesora de piano y todos los niños me llaman "señorita Amber" lo que me da mucha gracia.
Mi vida amorosa es inexistente sin Alex, así que aprovechaba cada vez que el venía y lo hacíamos al máximo. Aunque también nos hablábamos por videollamada y esas cosas, recuerda que una vez me puse mal frente a el, pero no era mi intención.

Mi celular sonaba, así que corrí a atenderlo, era una videollamada de Alex y me emociona hablar con el, podré contarle que me aceptaron en la escuela y que seré profesora.

—HOLA- atendí emocionada mientras veía sus rizos por la pantalla. Parece que algo se le cayó así que tiene la mirada en el piso, cuando la levantó tenía el MP3 que le regale en la mano.

—Que susto, creí que se había roto- se pegó el aparato al pecho y yo sonreí, cuida ese MP3 como si se tratara de su vida.

—¿Cómo estás?- pregunté admirando su belleza, tenía una barba preciosa y su cabello estaba atado en un moño que le queda precioso. La última vez que vino me dejó hacerle una trenza y fue muy gracioso, ojalá el estuviera aquí para dejarme tocar su cabello y todo en general.

—Estoy bien, sirena, pero quiero volver a casa, no sabes lo que te extraño- dijo haciendo un puchero.

—Ya falta menos, ahora solo falta un año- le sonreí mientras tachaba otro día en el calendario.
—¿Y? ¿Has ido de fiesta?- pregunté burlona, a el no le gustan mucho, pero lo convencí de que saliera un rato de su cuarto.
El se puso algo nervioso e incómodo, hay algo que quiere contarme y seguro que no me gustará, pero yo inventé este tonto trato de que podíamos estar con otras personas, así que no puedo quejarme.

—Sí y me acosté con una chica- dijo en voz baja como si tratara de no hacerme tanto daño.
Mi corazón empezó a latir rápido, pero me contuve, el está haciendo lo que un chico de su edad y en su situación debería hacer, así que no me puedo quejar.

—Eso está bien ¿Era linda?- pregunté con una sonrisa.

—Nop, supongo que tú canto aún me tiene atrapado, porque le dije tu nombre y me dió una cachetada- dijo girando en su silla. Me empecé a reír, pero no duró, porque empecé a llorar. Lo extraño mucho y quisiera esconderlo bajo mi cama, para tenerlo solo para mí.
—No, Amber, no llores, nena, por favor- dijo Alex tomando su celular y acercándolo a su cara, su hermosa y perfilada cara.

—Lo siento- susurré limpiando mis lágrimas.

—Tranquila, nena, lo superaremos, ya lo verás- dijo besando la cámara y eso me hace sonreír, siempre lo hace.

Y hoy, vuelve, maldita sea vuelve, no me entra la sonrisa en la cara ni la emoción en el pecho, no paro de saltar en mi lugar de solo pensar que lo voy a ver y no volverá a irse.

Amber (|) [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora