Ella escondió su cara en el hombro de Alex,mientras trataba de recuperarse del momento más eufórico de su vida.
El tocó acordes que ella ni siquiera conocía,la hizo sentir tan poderosa como especial.
Quería parar,alejarse y correr lejos de el. Sabía que el la iba a destruir,pero ella también lo podía destruir a el.Narra Alex: Amber seguía temblando sobre mi, mientras oía su respiración agitada en mi oreja.
Me quiero quedar así, desearía no moverme más, porque estar con ella sobre mi, con sus muslos a mis costados, sus brazos al rededor de mis hombros y sus labios susurrando mi nombre mientras besa mi cuello, me gusta más de lo que creí.—Alex, deberíamos irnos— dijo sacando su cabeza de mi hombro.
Ahí está, ya se quiere ir.—Siempre vas a huir ¿Eh?— puse mi manos a los lados de su cara y ella se corrió el cabello del rostro.
—No estoy huyendo, pero son las...- miró su reloj de muñeca —Nueve y media, mañana hay clases y además, necesito un baño—susurró con una sonrisa pícara.
Señorita organizada, nunca falla.—Ah, está bien, señorita— bromeé ayudándola a prender su vestido por sobre su suéter.
—Me encanta que me digas señorita?—bromeó mientras ponía sus manos en mis hombros.
Esa canción nunca me gustó, pero a ella parece hacerle mucha gracia su propio chiste.—Me quiero quedar contigo hoy—hice un puchero.
Quizás funcione.—No puedes hoy, pero te quería pedir algo— dijo acariciando mi mejilla.
Está tierna, me gusta.—¿Y qué es eso?—pregunto con una sonrisa.
No se desde cuando estaba tan dispuesto a cumplir lo que ella me pedía, pero sabía que podría hacer cualquier cosa con tal de ver ese brillo en sus ojos una vez más.
—¿Tienes libre mañana a la noche?—preguntó con un puchero que le queda muy bien.
No puedo luchar contra la ternura que ella me produce y ya no me importa saber que esto se puede convertir en un infierno en cualquier momento.
—Sí, mi agenda está libre para mañana— le respondí, acomodando las tiras de su vestido.
—¿Puedes ir a mi casa a recibir mi cumpleaños conmigo?—agachó su mirada.
¿Tiene vergüenza de preguntarme?
¿Quiere recibir su cumpleaños conmigo? ¿Es normal sentirse privilegiado?
Mi bebé.—Por supuesto, bebé—levanté su mirada y la besé.
Ella quiere recibir su cumpleaños conmigo, no lo hubiese imaginado nunca, pero lo agradezco.
[...]
Al otro día, luego del instituto, me dirigí al centro,para retirar el regalo de Amber, el cual había encargado por internet. No puedo creer que encontré un lugar que se específica en estas cosas, a Amber le encantará... o bueno, eso espero.—Hola, bienvenido ¿En qué puedo ayudarlo?— preguntó la chica de la caja.
—Hice un pedido por internet, se supone que lo debía retirar hoy—respondí, hablando lo más amable posible.
—¿Me puedes dar tu nombre?...y tu número- agregó lo último como si no quisiera que escuchará, pero sí escuché. La chica no es mi tipo, es bonita, pero no llama mi atención.
—Alex Thompson—respondí mirando a cualquier lado menos a la chica que me estaba comiendo con la mirada.
—Okey, lo iré a buscar a la bodega, un segundo— dijo ella desapareciendo por una puerta.
Esperé con los codos apoyados en el mostrador, mientras admiraba las cosas que venden, son bonitas, seguro que Amber se volvería loca aquí, esto es tan...ella.
¿Por qué pasó tanto tiempo pensando en ella? Es bastante raro e inusual, jamás me había puesto así por alguien, maldita sea, ojalá hubiese aceptado el rechazo y listo.—¿Alex?—oí una voz familiar.
Me di vuelta y ví a mi compañero de equipo.
—Leo—tomé su mano y luego lo abracé. Es uno de los que mejor me cae del equipo, la verdad es que no me cae bien la mayoría, pero el es el único que se podría considerar real.
—¿Qué haces por aquí?— preguntó dándole la vuelta al mostrador y sacando un suéter de uniforme.
¿Trabaja aquí?—Vine a buscar un regalo para Amber—respondí antes de pensarlo. Mierda, espero que no vaya de cuento con los demás o traerá problemas.
—Ella realmente te gusta ¿Eh?— dijo con una sonrisa que se veía sincera.
Ya se notó.—No es para tanto—negué, pero mi sonrisa me delató.
—Vamos, Alex, se te cae la baba, pero tranquilo, no le diré nada a los tontos del equipo, pero dile antes de que Marco se pase de pinzas y le cuente— dijo viendo a la chica que regresaba con una caja en sus manos.
—Okey, aquí está, ya está pagado con tarjeta de crédito, así que solo debes firmar aquí y listo— la chica me dió la caja y puso una papeleta arriba. Firme y luego tomé la caja en mis manos.
—Puedes dejar tu número también—dijo la chica con una sonrisa tímida. Okey, le parezco atractivo, lo entiendo, pero es intenso e incómodo.
—Si quieres, obvio- agregó.
Qué bueno saber que tengo opción.—Oh, Carolina hermosa,tiene novia,guapísima por cierto- Leo me guiñó un ojo —Pero yo estoy libre hoy- sonrió coqueto.
La chica se puso roja mientras bajaba su mirada.—Lo veremos luego, Leo- la chica volvió a desaparecer.
—Ve por Amber, ella te va a perdonar—dijo Leo volviendo a guiñar su ojos.
Eso espero.
[...]
La noche ya había llegado, yo ya estaba manejando hacia la casa de Amber una vez más, riendo ante lo suertuda que es, pues nos acaban de informar que mañana no habrá clases, porque iba a haber una jornada de reparaciones.
Pero lo bueno es que Amber no se va a preocupar por dormir temprano o se va a estresar por llegar a tiempo a las clases de mañana.Estacioné frente a su casa y tomé mi mochila, la cual solo traje para camuflar la caja de regalo y otras cosas que traje.
Me bajé del auto, camine por el camino de cemento, ya disfrutando de esquivar las pequeñas grietas que tenía y luego toqué la puerta.
—¡Hola!—la señora Ann me abrazó, como si fuera un pequeño bebé.
No merezco este cariño, señora Ann.—Hola, señora Ann— dije con una voz rara, ya que ella me estaba apretando las mejillas.
—Deja de decirme señora, niño, entra va— me abrió paso y yo sonreí mientras entraba.
A mí madre le encanta que le digan señora, por eso lo digo.—Amber se estaba bañando la última vez que subí, pero ya debe haber terminado...te aviso que está un poco molesta, su cumpleaños no le gusta mucho— Ann me advirtió, mientras cerraba la puerta.
¿No le gusta su cumpleaños? ¿Por qué?
¿Está molesta? Puedo con ello.—Okey, gracias por avisarme— dije antes de caminar hacia las escaleras.
Subí las escaleras y empecé a recorrer el pasillo hasta llegar al cuarto de Amber, el cual tenía la puerta entornada, por lo que pude ver hacia adentro y oír su voz.—Ya, Amber, deja de intentarlo, te ves horrible con todo— se dijo a si misma.
La ví mirándose a un espejo, algo que jamás creí que iba a ver y ojalá nunca lo hubiese deseado de haber sabido que ella se pondría así con ella misma.
—Que horror, eres realmente horrible— volvió a repetir.
Claro, ahora entiendo muchas cosas.Cerré la puerta detrás de mí con seguro, después deje la mochila sobre el escritorio y entonces ella se dió cuenta de mi presencia.
—Oh, hola— dijo nerviosa, intentando cubrirse con sus brazos.
Se está sintiendo insegura y quiero que ella sienta lo contrario.
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Amber (|) [editando]
Teen FictionAmber y Alex se conocen desde que tenían doce años, pero por cuestiones de la vida, dejaron de ser amigos, hasta que una noche de viernes coinciden en una fiesta donde ambos se verán involucrados en un estúpido y nocivo juego que pronto dará sus con...