79

10.3K 558 48
                                    

Narra Alex: Amber se decidió a jugar con mi curiosidad, así que me sentó en la cocina, para que la viera cocinar panqueques. Me pregunto si va a demorar mucho, ya que realmente tengo hambre y ganas de hablar, pero ella prefiera menear el culo de un lado al otro al ritmo al ritmo de una canción que realmente no conozco. Digo, no me estoy quejando, puede menear cuanto quiera, yo disfrutaré del espectáculo, pero se supone que íbamos a hablar.

—¿Te falta mucho?— pregunto con los brazos apoyados en la mesada y mi cara entre mis manos.

Juro que podría volver a quedarme dormido en cualquier momento y probablemente me vaya a despertar con un golpe en la cara, porque si mi cara se resbala de mis manos, seguramente me de la cara contra la mesada.

—No—Amber respondió, poniéndole dulce a los panqueques.

Amber realmente disfruta de andar descalza, más ahora que Bonito está apoyado en sus pies cuál alfombra, maldito gato, yo soy su humano, a mí me tiene que dar cariño.

—A ver, Bonito, permiso— Amber sonrió, retirando sus pies, así que Bonito terminó en el piso, mirando a Amber con cara de pocos amigos.

—¿Vomitaste ayer?— preguntó, poniendo un plato con panqueques en frente de mi.

—Creo que en el bar, no lo sé, no tengo recuerdos muy lúcidos— respondí con sinceridad, mientras me metía un panqueque entero en la boca, realmente tenía hambre.

Sola había una silla en la cocina y la estaba ocupando yo, pero Amber no tuvo problema alguno de subirse al mesón y sentarse enfrente mío con su plato sobre sus piernas.
Mientras yo comía con la mano, ella comía con un tenedor y me miraba, todo el tiempo, como si no se diera cuenta de que estoy a punto de explotar de curiosidad.

—¿Vamos a hablar o no?— pregunté, ya un poco exaltado.

No entendía porque ella se mantenía en silencio tanto tiempo, solamente hacía que piense que me dirá que listo, que ninguno tendrá más recaídas y que esto seria todo, será el final de todo.

—Okey, no te me pongas nervioso— Amber intento calmarme, y luego  tomó un poco de agua.
—Anoche me preguntaste porque no te dejaba quererme...— me contó, mirando su plato.

Realmente no recuerdo haberle preguntando, pero me alegro de haberlo hecho, pues realmente me da curiosidad, en especial, apoyándome en todo lo que pasamos ignorando lo del dinero, supimos hacernos felices y apoyarnos.
¿Por que no podemos hacerlo ahora que estamos libres de secretos?

—Y no voy a decirte que es porque estoy jodida, pero sí soy insegura... realmente lo soy— susurró, aún sin mirarme a los ojos.
—Además, mira como empezó lo nuestro, Alex, por un poco de dinero— dijo como si fuera un chiste.

Ella podrá tener esa idea, pero yo se que no empezó así y me molesta que ella siga pensando así, porque pareciera como si fuese la primera vez que acerque a ella, cuando no fue así.

—Para mi no empezó así, Amber, para mí empezó el primer día que llegaste a la escuela— le respondí, hablando muy seriamente.

Ella levantó la vista y me miró con una dulce sonrisa de boca cerrada en su rostro, que por un segundo me recordó a aquella niña dulce que me dejó ser su primer beso y juro que desde entonces me ha gustado.
Sonó demasiado cursi la verdad, pero no puedo mentirle ahora, si esto se trata de ganarme su confianza voy a soltar todo lo que ella me pida.

—¿Entonces por qué aceptaste el dinero?— preguntó negando con su cabeza, cómo si no tuviera sentido y es que la verdad no lo tiene, pero bueno, no es mi culpa ser un ardido que no podía aceptar un rechazo.

Amber (|) [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora