De pequeño me enseñaron que lo más importante era la familia, que eran los únicos que iban a estar cuando uno este mal, que te cuidarían y que ellos iban primero que nada... todas esas enseñanzas me las pasé por el culo luego de ver a mi familia caerse a pedazos.
Y supongo que Amber lo entiende, ella tuvo que ver a su hermano, quién se supone que la va a cuidar y proteger, darle un golpe.Ahora Amber me estaba curando el labio, sentada sobre mi regazo, mientras que su mamá le limpiaba la cara a Dylan. Ni siquiera me di cuenta de que el me había golpeado, estaba demasiado enojado como para sentir algo.
—Ya, ya está, deja de lloriquear— la señora Ann dijo, poniendo una curita en la ceja de Dylan.
—Tu también estás- susurró Amber, con la voz ronca de tanto llorar.
Unas lagrimas le rodaron por la mejilla y ella se las secó con rapidez, como si no quisiera que la vea. Puse mi mano sobre su mejilla y le pedí perdón. No pude controlar mi impulso, la idea de que alguien le pueda hacer daño me aterra. Me importa una mierda haber quedado mal con Ann o haber quedado como un violento frente a su abuela, pero no soportaría que ella se enoje conmigo.
Nos quedamos mirando el uno al otro, mientras que mi enorme mano descansaba en su pequeña mejilla. Ella giro un poco su cabeza para besar la palma de mi mano y después descansó su cabeza en esta. Quería tanto alejarla de aquí, quería llevármela lejos del conflicto y mostrarle un lado bueno de la vida, quería llevármela a un lugar donde al fin pueda respirar tranquila, donde vea que no siempre tendrá que estar luchando, un lugar donde ella se pueda derrumbar tranquila hasta recuperarse... pero no le puedo mostrar un lugar que no he visto, o peor aún, no existe.
Pero no te preocupes, yo te cuidaré, sirena.
—Hay que hablar— la señora Ann volvió a tomar asiento.
Pero antes de que ella pueda plantear el tema una vez más, se escuchó la puerta de la entrada.
¿Quién pude ser? ¿Su papá? Se supone que todos están aquí ya. Ellos realmente deberían tener cuidado con eso de dejar la puerta sin seguro alguno.—Mamá ¡Estoy en casa!— un chico de cabello negro, que parecía más mellizo de Amber que Dylan, entró a la cocina y me tomo dos segundos darme cuenta de quién era.
—Wow— el se vio asombrado por la escena.Aferré mis brazos en la cintura de Amber y la acerqué más a mi, ella se acomodó en mi regazo y me tranquilizó, quería hacerme saber que no tenía que estar a la defensiva con el.
—¿Colton?— Amber y Dylan preguntaron al mismo tiempo.
—Tan mellizos como siempre— Colton dijo, tan animado como confundido.
Apareció quien faltaba, me pregunto si el también será tan mal hermano como Dylan, pero no lo creo, Amber sí tiene fotos con el en su habitación.
—Bienvenido Colton-— la señora Ann se paró de la silla para ir a abrazarlo.
La puerta de entrada se volvió a oír, solo que esta vez se cerró.
¿Quién más puede ser? Acaban de tirar toda la carne al asador frente a mis ojos.Un hombre alto, cabello negro, pantalón jean negro, camisa de manga larga, también negra y de aire intimidante entró a la cocina.
Amber palideció y la mandíbula de Dylan quedó por el suelo, mostrando o miedo o demasiado respeto, supongo que ambos se están viendo en demasiados problemas ahora mismo.
—¿Papá?— preguntó Amber, casi en un susurró.
Sabía que era su padre antes de que lo dijera,es demasiado igual a ella, ahora se a quien salió Amber y también porque tanta impresión ante la llegada del hombre.
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Amber (|) [editando]
Teen FictionAmber y Alex se conocen desde que tenían doce años, pero por cuestiones de la vida, dejaron de ser amigos, hasta que una noche de viernes coinciden en una fiesta donde ambos se verán involucrados en un estúpido y nocivo juego que pronto dará sus con...