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Amber se tomó el jugo de naranja con mucha calma mientras mi mamá y yo la mirábamos atónitos, apuesto a que ninguno de nosotros se espero que Amber fuese a reaccionar de esa forma, lo que hacía todo aún mas interesante, porque nadie se había atrevido a defenderme de mi abuela antes, lo que es algo triste... Amber hizo más por mi en dos minutos de lo que han hecho mis padres en dieciocho años.
Por lo general hubiese preferido que ella no estuviera presente en esta discusión, no me gusta que la gente se meta en mis asuntos, menos que se entere de que mi familia en realidad es puro posar para la foto porque en realidad nos odiamos, pero esta ocasión fue inesperada...en todos los sentidos.

—Muchas gracias por el jugo, señora Cleo— dijo Amber, levantándose del sofá.

—Uy, no es nada cariño, si quieres más hay en la heladera, sírvete a tu gusto—mi madre le sonrió con calidez.
Mi mamá sonriendo de esa forma.
No lo había visto en estos meses y siento crecer un dolorsito en mi pecho por no poder ser yo quien cause eso en ella, pero bueno, al final del día estoy acostumbrado a nunca ser suficiente para ellos.

—Vamos a mi cuarto— dije mientras ponía mi mano en la espalda baja de Amber, una señal en caso de que ella se quiera quedar. Subimos las escaleras juntos, Amber estaba echando fuego por los poros, en serio está enojada.
Entramos a mí habitación y ella soltó aire bruscamente mientras se sentaba en mi cama con los brazos cruzados, haciendo un puchero casi infantil, lo que hizo que la mire quizá mas tiempo del necesario.
Se ve tierna cuando está enojada.
¿Qué estás pensando idiota? Ponte serio.

—¿Quién se cree esa señora para venir a hablarles así?— preguntó con el ceño fruncido, mientras miraba hacia el piso.

—Amber ¿Por qué estás tan enojada?— pregunté observándola.

No es como si fuera asunto tuyo.
Pensé.

Pero al final de del día debo entender de que solo está intentando ser buena y debería mostrarle mi gratitud hacía ella por lo que hizo por mi, pero aunque estoy deseando escupir esas palabra por mi boca, no puedo, es casi como si tuviese inculcado un mecanismo que me impide demostrar mis verdaderos sentimientos.

Ella se relajó y sus brazos cayeron a sus costados, lo que hizo que inevitablemente la compare con una persona que ha terminado una guerra y se quita en armadura, obviamente cansado  de luchar y cada día confirmo que Amber es eso, una pequeña guerrera, que puede salvar mi vida, si la dejo.

—Lo siento, no es asunto mío, no debí meterme...— por un segundo se vio bastante arrepentida y cabizbaja, pero en seguida se recupero. —¡Pero no iba a permitir que los trate así, además tu mamá se veía asustada...!— su euforia paro de repente.— Me recordó a mi—susurró y luego  agachó la mirada.
Sus recuerdos de la escuela, ese lado triste de su vida, no fue un buen comienzo, pero me pregunto en serio ¿Por qué no lo ha superado? ¿Qué es lo que le impide superarlo? A todos nos han molestado, incluido a su mellizo y sus amigas, pero aun así todos seguimos adelante, pero su caso parece ser mas grave, lo que me hace creer que quizá necesita ayuda profesional.
Su expresión era tristeza pura, no me gustaba verla así y lo peor es que sabía que ella se sentía mal por mi, ella tiene empatía por mi y eso me está carcomiendo la conciencia.

—Y además tu te veías como un niño pequeño, triste, desolado— dijo mientras se paraba de la cama y caminaba hacia mí.
¿Triste y desolado? ¿Así me veía? Yo creí que me veía enojado, fuerte e independiente.
Bajate de esa nube.

—Yo estoy bien, Amber- respondí en voz baja. Mi tono de voz había cambiado, ahora sí notó que no estoy bien.
Yo también me di cuenta de eso.
Pero nunca lo voy a admitir, no me criaron para eso, me criaron para caerme y levantarme como si nada hubiese pasado, para ocultar mis sentimientos, para no llorar cuando algo me duela y sí, es bastante feo enseñarle eso a un niño indefenso, pero supongo que nadie cree que eso puede tener repercusiones en su versión adulta.

Amber (|) [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora