—Alex, compórtate— dijo Amber sacando mi mano de su espalda.
No entiendo porque no la puedo tocar,se supone que es mi amiga.
—Okey—saqué la llave de mi bolsillo y abrí la puerta. Cuando abrí le di paso, para que ella entre primero.
Subió el pequeño escalón y espero por mi, como si fuese una niña perdida que necesita guía, pero bien sabemos que Amber, aunque tímida, es muy inteligente y podría ubicarse muy bien en cualquier situación.
—¿Te puedo tomar la mano? ¿O tampoco? ¿Muy indecente?—pregunté bromeando. Ella negó y extendió su mano con una sonrisa.
Por un segundo creí que no me dejaría.—Me podrías haber dicho que tus abuelos vivían en una fucking mansión—susurró en mi oído.
¿Ella llama a esto mansión?
Debería ver la casa de mis abuelos paternos, esa gente sí que es presumida y no puede pasar un minuto sin alardear de su fortuna.— ¡Llegamos!— exclamé, hablando algo alto. Nunca se sabe con esta gente de edad avanzada.
Les pedí por favor que no le avisen a mí madre que iba a venir y espero que no lo hayan hecho, pues solamente quiero tener una noche en paz con Amber, ya suficiente nerviosa hemos tenido estos días.
Amber se veía asustada, aferrada a mi brazo, como lo hace habitualmente.
Me pregunto si siempre es así cuando va a una casa ajena.Mi abuela salió de la cocina con una sonrisa radiante y estaba vestida como si fuera navidad.
Ay no.—¡Hola!— saludó, abrazándome como si siguiera teniendo cinco años.
Es algo vergonzoso.La abuela Grace le dió una descarada mirada a Amber, quién esperaba temblando, con las manos entrelazadas en su espalda y me di cuenta de que justo en eso, no ha cambiado, pues también hacía eso cuando estaba nerviosa en la escuela.
Espero que no piense que yo la presentaré,espero que saque su sirena interna y empiece a hablar.
La sirena no sale, pero sí habla, aunque de forma tímida.—Hola, me llamo Amber,pero me puede decir Ber— Amber extendió su mano y habló como una señora de negocios otra vez.
—Ya nos presentamos por teléfono ¿Recuerdas, dulcesito?— mi abuela tiró de la mano de Amber y la abrazó.
Amber se relajó visiblemente, mientras le devolvía el abrazo. Mi abuela era algo más alta que Amber, pero con sus tacones quedaban en la misma estatura.—Que buen gusto tienes, Alex, mira esta hermosura de novia que tienes—mi abuela sacudió a Amber en sus brazos. Amber no lo pudo evitar y soltó una carcajada pequeña, de la cual, por desgracia, se arrepintió.
—Lo siento—se cubrió la boca y volvió a correr hacia mí, abrazándose a mi brazo.
—No somos novios, solo somos amigos—dije con una sonrisa. Creo que esto ya se ha convertido en un chiste interno entre Amber y yo.
—Tu abuelo y yo también éramos amigos, míranos ahora...dos hijas, tres nietos y un hogar juntos—sonrió mi abuela.
Va a espantar a Amber y a mí también con esa idea.
¿Amber y yo con hijos? ¿Nietos? ¡Ja! que chiste.
No lograría imaginarme cómo padre ni aunque lo intente pero con nietos, mmm...menos.
A Amber parecen gustarle los niños, seguro en un futuro tendrá una familia bonita, con alguien que la quiera, la cuide y no acepte dinero por tener sexo con ella.
En pocas palabras, alguien que la merezca.—Alex no es bueno con los niños—dijo Amber mordiendo su labio para contener la risa.
Jugando sucio, ¿eh?—Oh, cariño, todo se aprende...bueno, pasemos a comer- mi abuela dijo, llevándonos al simple comedor.
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Amber (|) [editando]
Teen FictionAmber y Alex se conocen desde que tenían doce años, pero por cuestiones de la vida, dejaron de ser amigos, hasta que una noche de viernes coinciden en una fiesta donde ambos se verán involucrados en un estúpido y nocivo juego que pronto dará sus con...