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Narra Alex: Después de dejar a David con la abuela,me dirigí al instituto. Dormí tres horas en toda la noche, apenas estoy de pie. No puedo ni siquiera mantener mi cabeza mirando al frente.

—¿Noche larga?— una bonita mano femenina, con uñas color negro dejo un café en frente de mi. Levanté mi cansada mirada para ver a Amber.
¿Por que ella me traería un café? Se perfecto que el beso que nos dimos no significó nada para ella, aunque aún debo conquistarla. Seguro que quedó con ganas de más.

—Gracias—dije tomando el café para luego darle unos sorbos.
Ella se estaba por dirigir a su lugar pero tomé su mano. No hay que olvidar que debo acostarme con ella en las próximas semanas.

—¿Qué?— preguntó mirando nuestras manos unidas.

—Te puedes sentar conmigo hoy, si quieres— sonreí

—Okey— sonrió coqueta.

Ella se sentó a mi lado, sus muslos se juntaron, tiene muslos bastante carnosos, me dan ganas de volver a apretarlos como el viernes pasado.
Ella abrió su mochila y sacó sus materiales. Se puso a revisar si tenía hecha la tarea, luego me preguntó si la tenía y si la quería. Acepté que me la pase ya que no he hecho nada.
Su celular empezó a sonar y la pantalla se iluminó dejando ver una foto de ella con su mamá. La señora Ann, solía adorar los pasteles que hacía para los festivales de la escuela.

—Hola, ma— respondió la llamada —No, no quiero...te dije que no... maldición ma, te dije que no quiero ir y listo, adiós, nos vemos— cortó la llamada y tiró el celular a la mesa, luego pasó sus manos por su cabello con frustración.
¿Qué rayos es lo que no quiere? Y además ¿Qué podría ponerla de tal malhumor? Que tonta, solo ella trata así a su mamá, es un amor esa mujer, desearía que mi mamá fuera como ella.

—Buenos días, escorias— la profesora de literatura, Rose, se adentró a la sala.
Es mi profesora favorita.
—Okey, demonios, los voy a poner a leer... verán, la siguiente prueba es en dos semanas y será sobre este libro— sacó uno de su bolso
"El odio que das" Angie Thomas

—Amo ese libro- Amber sonrió entusiasmada. El efecto de los brackets fue notable, sus blancos y brillantes dientes mostraron su mejor sonrisa.

—Y el que vea la película sin leer el libro... sencillamente reprueba— sonrió Rose, dando su advertencia.

—¿Como sabes si vimos o no la película?— preguntó Keila, que es la chica que se sienta detrás de nosotros, también es buena amiga de Amber. Solía ser novia de Marco, el sí que estaba enamorado de ella pero ella lo dejo, no se que pasó ahí.

—Preguntaré cosas claves que sólo están en el libro—respondió nuestra profesora hippie.

—Debes leerlo, es muy bueno—Amber me sugirió animada. Demonios, sí que le debe gustar ese libro.
Acabo de encontrar la excusa perfecta.

—¿Qué te parece si tú me lo lees?—le sonreí tomando un poco de café

—Okey, te espero en casa mañana— sonrió.
Algo me dice que no solo vamos a leer ahí, pero de todas formas, acepté.

—¿Quieres haces algo hoy? Después de clase— preguntó Amber, con cierto brillo en sus ojos.
¿Había alguna posibilidad de negarse?
Yo no la veo.

—Claro que sí
[...]
Para después de clase Amber y yo nos encontrábamos en un pequeño parque cerca del instituto. Amber parecía estar entretenida en los juegos. Es tan tonta, de verdad tonta. Se comporta como una niña molesta, que quiere que la empuje en el columpio, que se ríe descaradamente y a las carcajadas. Tiene una risa molesta.

—Te molesta mi risa ¿Verdad?—sonrió mirando sobre su hombro, con una expresión hasta malvada diría yo.
Ahora también es vidente.

—¿Como crees?— sonreí tratando de disimular.

—La estoy fingiendo,mi risa no es así— se dio la vuelta siguió empujandose con sus piernas.
Niñita astuta.
Parece que tiene más juego del que yo creí, pensé que era una principiante, parece que no.
¿Sí quiera es virgen?

—Entonces ¿Por qué eres virgen? Se de muchos chicos que quieren meterse entre tus piernas— dije mientras la volvía a empujar. Debo ir directo al grano, no quiero perder mucho tiempo con ella.

—No he encontrado alguien que me atraiga lo suficiente como para llegar a eso—respondió frenando el movimiento del columpio. Me senté en el de al lado para poder comenzar una charla.

—¿Y qué es lo que te atrae de un chico?— pregunté, prestándole atención.

—Creo que se trata de coincidir,mental y físicamente— Amber se encogió de hombros.

¿Mental y físicamente?
No recuerdo la última vez que coincidí con alguien en esas cosas, ni siquiera recuerdo la última vez que coincidí con alguien en nada.

— Y qué te gusta hacer con un chico?- pregunté. Ella debe pensar que le estoy haciendo un cuestionario y así es. Necesito saber que le atrae para conquistarla.

—No lo sé, no he salido con muchos— respondió parándose frente a mi.
Había algo en su mirada, ella estaba tanteando el terreno, reconozco sus actos en los míos y apuesto a que ella y yo queremos lo mismo aquí.
Puse mis manos en su cadera y la acerqué hacia mi.
Okey, empecemos.

—¿Te puedo besar como el otro día?—pregunté con una sonrisa. Ella se agachó hasta que su rostro quedó frente al mío

—¿A qué crees que vinimos?—me dió un corto beso y eso empezó todo.
Me levanté del columpio para poder llevar el control del beso. Coloqué una de mis manos en su cuello para acercarla aún más, luego mi otra mano en su cintura, mientras que sus manos se encontraban en mis hombros ,soy un poco alto para ella.
Me sorprende que se haya rendido tan fácil ante mi, hace uno meses intenté y ella me ignoró completamente, parecía tan difícil y mírala ahora, sumisa bajo mi supervisión.
Debo admitir que ella es muy buena besadora y físicamente atractiva. Me gusta que no sea tan delgada, su cadera es bastante ancha, su trasero es de un tamaño perfecto y su cintura se amolda perfecto en mis manos. No puedo decir nada de sus pechos ya que siempre usa ropa holgada en la parte de arriba.
La ví con los ojos cerrados, disfrutando del beso. En mi cabeza me reía salvajemente.
Tonta, no ganarás esta vez, ya te tengo a mis pies.

Amber (|) [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora