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Narra Alex: Siempre me ha gustado ganar, aunque creía que pertenecía al equipo de los perdedor y mi padre siempre me decía que jugara a lo que jugara, lo hiciera por diversión y no por querer ganarle a alguien.
Es absurdo.
¿Cual es el punto del juego entonces?

No lo sé, solo se que mi equipo era el de los chalecos fluorescentes y Marco no tenía uno de esos ahora mismo, así que no seguí el consejo de mi padre y solo hice todo lo posible por ganarle, estampándole dos goles solo por molestarlo, porque se lo mucho que odia perder y también quería que viera porque todos me consideran el capitán aunque sea él quien trae la banda en su brazo.

El entrenamiento del equipo estaba por terminar y yo estaba ansioso, ya que hoy era mi primera cita con el psiquiatra.
Cuando el entrenador dió por terminado el entrenamiento, fui corriendo a buscar mi bolso, para después ir a mí auto.

—Alex, vamos a salir un rato ¿Vienes?— preguntó uno de los chicos, que caminaba junto a Marco y unas chicas de la clase.

¿Con Marco?
Pero ni aunque me traigan a mi padre de vuelta.

—No, gracias— dije yendo con rapidez a mi auto, pero Leo me siguió.

—¿Qué vas a hacer? No me digas que dormir— me dijo apoyándose en mi auto.

Él ha estado contento desde su cumpleaños, lo cual para otros sería normal, ya que siempre se ríe y bromea, pero tengo entendido Nara se quedó un rato más que los demás invitados el día de su cumpleaños y no quiso compartir detalles, pero le está gustando y me alegro por él.

—No, iré al psiquiatra por primera vez— respondí justo cuando Max apareció, realmente no sé de donde, ya que él hace basquetbol.

Max preguntó lo mismo que Leo y respondí lo mismo.

—Te acompáñanos— dijeron subiéndose a mí auto, sin mi permiso.

Bueno, no importa, no pienso llegar tarde por discutir con ellos, así que solo me subí al auto y arranqué.
Max encendió la radio, la cual ya había olvidado que tenía, ya sentía que esa parte de mi auto era más de Amber que mía, así que no me sentía con el derecho de encenderla.
¿Cómo estará ella?
Me sentí muy mal después de echarla de mi departamento, pero es que ella me afecta, de formas que yo no conocía y me molesta.
¿En qué momento ella tomó tanto control sobre mi?

Llegamos justo a tiempo a la cita, es más, cuando llegando estaban llamando mi nombre, así que camine rápido hacia la entrada del consultorio donde me esperaban.

—Oh, hola, joven Thompson— dijo el psiquiatra.

Su nombre es Octavio y es un veterano bien conservado, con algunas canas en la parte delantera de su cabello esponjoso y una barba bastante cuidada, la cual combinaba con el resto de su aspecto algo bohemio pero a la vez algo formal.

—Solo Alex, por favor— pedí con amabilidad.

—Okey, veo que traes al equipo completo—dijo refiriéndose a Max y Leo.

Ellos sonrieron,como si les hubiesen dado medallas de honor, lo que me hizo gracia y a la vez me puso feliz, ellos se mostraban orgullosos de ser mis amigos y no intentaban cambiarme o amoldarme para que sea algo que no soy, todo lo contrario, ellos querían lo mismo que yo quería con Amber... querían que viera que soy más que aquello que me han dicho de mi.

—Son pesados, pero saben comportarse en público—sonreí.

O eso espero.

Entramos a la sala de Octavio y me dijo que me ponga cómodo, que me sienta como si estuviera en la sala de mi casa, así que solo me tiré en el piso, mirando el techo.

Amber (|) [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora