23

16.6K 844 159
                                    

Algunas personas han de considerar que soy apurado, que quizá manejo demasiado rápido y probablemente me digan que baje la velocidad, que no iba a ninguna parte tan importante como para correr tanto, pero manejar lento me daría ansiedad y a Amber no le parece molestar lo rápido que hemos llegado al instituto gracias a mi apuro que no tiene origen alguno.

Miré a Amber a mi lado, ella también me estaba viendo a mi, la pregunta es: ¿Cómo? ¿Estaría ella viendo lo malo que hay en mi, como ella misma dijo? ¿Estaría descubriendo algo nuevo? ¿Que estará viendo?
No tengo ni idea de lo que pasaba por su cabeza, pero se que tarde o temprano colapsare, no solo por intentar descifrarla por mi cuenta en vez de preguntar, sino por intentar borrar los recuerdos que tengo de ella y que me atormentan.

—Tengo preguntas para hacerte—dije, acomodandome en mi asiento.

Aún quedan 15 minutos para entrar, así que supongo que no le va a molestar si le saco un poco de charla, aunque me daba algo de miedo que ella no esté de humor.

—Ya se lo que vas a preguntar, Alex—respondió jugando con sus dedos sobre su regazo.
Niña sabelotodo,nunca falla.

No me quedaba claro si ella sabía lo que iba a preguntar porque yo era predecible o si realmente le habían hecho estas preguntas antes y ella ya estaba aburrida de escucharlas.

—¿Ah sí? ¿Qué voy a preguntar?— la observé con los brazos cruzados.
¿Estoy enojado? No ¿Por qué lo estaría?

—Por que no te deje desprender mis jeans— respondió, sin mucha gana.

—¿Por qué no me dejaste?- formulé la pregunta antes de siquiera pensarla.

Aunque en realidad, aunque a mi me dé mucha curiosidad, ella no me debe explicación alguna, no tiene porqué, no me debe nada, yo le debo a ella un orgasmo y si sigo sin hacer el trabajo terminaré debiendole dinero a Marco.
Tonto, Marco, tonto yo, tonto dinero y maldito viernes.

Aún así, aunque yo me muera de ganas por ver el cuerpo de Amber, sigue siendo suyo y cada que ella diga "no" yo tendré que respetarlo, así de simple.

—No me gusta mi cuerpo, Alex, eso es todo.— respondió ella, encogiéndose de hombros como quitándole importancia.

No entendía como era posible que le hayan destrozado tanto el autoestima hasta el punto en el que ella verdaderamente no puede ver lo hermosa que es y lo envidiada también.
¿O es que acaso nunca nota la mirada que le dan por los pasillos?
—Pero ahora yo quiero hacer una pregunta— informó, poniéndose sería y cruzando sus brazos.

Yo no soy bueno como ella para adivinar preguntas y lo peor es que sabía que después de ayer ella iba a tener muchas.
Quizá no haya sido tan bueno que haya estado ahí.
Muy pocas personas conocemos a mi verdadera familia y es molesto para mi no poder mostrarle nada bueno, ni a Amber, ni a nadie y me cuestiono si hay algo mal en mi, si fue mi culpa o si quizá yo hubiese podido evitar algo, pero un niño no puede luchar contra el mundo entero así se lo proponga y él adulto que se supone que soy ahora tampoco puede.

—¿Cuál?— pregunto, cayendo por el abismo de la curiosidad.

—¿Por qué no me dijiste que tenías un hermano?— me preguntó en un tono rudo, como si estuviera molesta
¿Lo está?
No me interesa si lo está, yo debería estar enojado aquí, es ella la que está hurgando en mi vida.
Tu también hurgas en la de ella, no seas hipócrita.

—Solo no vino a cuento, además nadie sabe que David existe, solo Max— le respondí, encogiéndome de hombros, imitando su acto de minimizar mis asuntos.

Amber (|) [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora