No habría dudas en que mi abuela podría quitarme los tatuajes a cachetadas, no hay desafío que ella no pueda cumplir.
La pregunta aquí es ¿Por qué invitó a Amber a comer? Ellas no se conocen, a la abuela le cae mal casi todo el mundo y Amber se supone que es tímida.
No es tan tímida cuando agarra tu pene en sus manos.
Buen punto.—Bueno, será un placer recibirte en casa—dijo mi abuelo con una sonrisa. Claro, también tenía que agradarle a mi abuelo.
—¿Tengo que ir vestida de alguna manera?—preguntó Amber acercándose a mi, para después esconderse detrás de mi brazo, como siempre. Ahí volvió la Amber de siempre, tímida, asustada y buscando mi protección.
—No vas a visitar a la reina Isabel, niña, relájate— respondió mi abuelo con una amable sonrisa.
¿Por qué Amber le agrada a todos? ¿Qué tiene? No es justo, me cuesta horrores caerle bien a alguien y ella solo tiene que sonreír.
Ella no es falsa como tú.
Ese es otro buen punto.—Okey- susurró Amber abrazando mi brazo. De pronto y de una forma no autorizada ni bienvenida quiero abrazarla y protegerla.
No,no quieres.
Sí, sí quiero.
No,punto.—Bueno, parece que nos vemos el miércoles— dijo mi abuelo antes de despedirse de nosotros.
Se fue y no me dijo a qué vino.—¿Alex?- susurró Amber a mis espaldas... eso sonó como un ronroneo.
—¿Si?—pregunto dándome la vuelta y algo en la forma en que me mira me enciende por dentro. Imaginarla desnuda se ha vuelto mi deporte favorito, verla en ropa interior no es lo mismo. Me gusta imaginarmela en una cama, apoyada en sus rodillas y manos, mientras se sujeta de las sábanas y yo estoy detrás de ella, mientras gime mi nombre.
Si solo de imaginarlo de imaginarlo me pongo así, no quiero saber cuando pase.—Creo que estábamos en algo- dijo mordiéndose el labio.
Oh, sí, sí estábamos.
[...]—Tengo que irme, Alex— dijo Amber entre risas mientras intenta llegar a la puerta.
No quiero que se vaya, podemos hacer tantas cosas en una tarde, puede ser la más productiva de nuestras vidas si nos lo proponemos.
—Al menos déjame llevarte— la volví a besar y también a cargar.
—No, porque me puedo acostumbrar a usarte de Uber— respondió aún entre besos.
Ella tampoco se quiere ir.
¿Qué sentido tiene que se vaya?—Puedes usarme como quieras, nena— la volví a tirar sobre el sofá.
—Alex, tengo una vida, tengo entrenamiento en una hora y tengo que pasar por la casa de Rose luego—se escurrió por debajo de mi pero en el proceso logré quitarle la camiseta.
Entendía que tenía cosas que hacer y yo la dejaría tener su vida, pero no entendía porque no podía acompañarla.
—¿Qué tienes que hacer con Rose?- pregunté recostándome, ya casi rendido.
—Le doy clases de piano a su hija y además cuidaré de ella mientras Rose está de viaje, así que llevaré su ropa a mi casa—respondió acercándose a mi para recuperar su camiseta.
Ella empezó un forcejeo casi infantil, tratando de hacer que separe mis brazos, pero no me iba a rendir tan fácil, la quería conmigo aunque sea un rato más.
—No te la daré—le dije, riéndome.
—No te rías, es injusto para mí pobre corazón ver cómo te vuelves diez años más joven- respondió acercándose aún más y sus tetas quedaron justo en mi cara.
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Amber (|) [editando]
Teen FictionAmber y Alex se conocen desde que tenían doce años, pero por cuestiones de la vida, dejaron de ser amigos, hasta que una noche de viernes coinciden en una fiesta donde ambos se verán involucrados en un estúpido y nocivo juego que pronto dará sus con...