10: Las bubis de Sam.

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(Editado)

Shane Foster:

Lunes por la mañana.

Ustedes pueden pensar que es un día común, uno más de los otros días de la semana, pero no. Por lo menos para mí no.

Yo odio lo lunes.

Si, no me gustan en lo absoluto y no es que sea un sentimiento enorme; pero para mí es el peor día de la semana, mi día menos favorito.

Los lunes a parte de ser el primer día de la semana, son tediosos, estresantes, simplemente horribles. Para mí el lunes significa despertar temprano, iniciar el día con matemáticas y además de eso comer liviano como le llama mamá. No entienden ahora, pero en unos minutos lo sabrán...

Mi alarma sonó a las 7:00am indicando que debía ir a George Hills. No era fan de despertar tan temprano, opino que dormir es lo más rico del mundo, me encanta dormir, aparte del sexo claro, el primer lugar lo ocupa el dormir y el segundo el sexo. Me levante con pesadez y me dirigí al baño. Me coloque frente al espejo para cepillar mis dientes... Joder, ¿siempre he sido así de guapo? Creo que sí, definitivamente sí.

Me duché con agua caliente, relajando mi cuerpo, eso ayudo a sentirme mejor y menos obstinado. Seque mi cabello mojado y salí del baño en busca de mi ropa, adivinen que... Hoy me veía aun más sexy que de costumbre, seguro era la pinta.

Me vestí, me peine, me eche perfume, guarde mi teléfono en el bolsillo de mi pantalón y por último tome mi cartera, baje a la cocina donde estaba mamá sirviendo el desayuno. A pesar de que comía en la cafetería de la universidad ella siempre insistía en que comiera algo antes de irme. ¿Cómo decirle que no a mamá?

—Buenos días —mi madre sonríe al verme—. ¿Cómo amaneció la reina de esta casa?

—Buenos días mi vida, excelente ¿y tú? —con su mano le da unas palmadas el mesón de la cocina—. Ven, el desayuno se enfría.

—Yo bien pero a la vez no tanto —tomo asiento en el taburete y hago una pequeña mueca al tiempo que digo—: Sabes por...

Me interrumpe —Sí, los lunes patéticos, lo sé —rueda los ojos al cielo. Ella me conoce mejor que nadie. Es mi manera de llamar a los lunes, como dije antes no son mis favoritos.

—Mamá, ¿por qué no elegiste otro día para comer liviano? —acentúo más las últimas palabras, quejándome una milésima vez. Ya es rutina que escuche mis quejas los lunes.

—Cariño sabes que es una tradición, además comer saludable no es malo. Esos vegetales se ven y saben fantástico, tú lo sabes —señala mi plato.

—Si mamá, están deliciosos —le dedico una sonrisa forzada que hace que se ría de mi desgracia.

Luego de "comer liviano" mamá me dio unos besos cargados de amor, me despedí de ella y me fui. Papá aun dormía así que no pude despedirme de él. Me imaginó que se deben de preguntar ¿porque vivo con mis padres si puedo vivir solo? Es fácil, prefiero un millón de veces vivir con ellos, somos una familia muy pequeña y debo aprovecharlos al máximo, además no me gusta la soledad.

Al salir de casa veo a Sabrina salir de la suya, creo que va a caminar hasta tomar un taxi, porque su mamá le da bastante efectivo. No podría dejar que camine cuando yo puedo llevarla, no me cuesta nada, así que siendo todo un caballero, me encamino hacia ellas.

— ¡Hey! Buenos días vecinas.

Ambas voltean, cruzo la calle y llego hasta ellas —Sabrina te llevo, vamos —comento sin darle largas.

Shane Foster || El sexy mujeriego ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora