Shane Foster || El sexy mujeriego ©

16: Son unos blanduchentos.

Shane Foster:

Estaba hablando por teléfono con Nina, la chica de la cafetería y resulta que es nueva en la ciudad, me habló sobre que tiene a sus tíos y a sus primos aquí pero no son del todo cercanos, en fin, todo pasó muy rápido y llegamos a la conclusión de follar hoy en la noche, lo sé ¿muy loco no? Quedo en pasarme la dirección a las 9:00pm cuando estuviera disponible, ya que actualmente tiene dos trabajos y su turno termina a esa hora.

Decidí darme un baño, mientras llegaba la hora de mi encuentro. Papá y mamá fueron a una cena de negocios con unos socios de la empresa, así que tengo la casa para mí solo. Los días cada vez se pasan más rápido y ya estamos en Halloween.

Me gusta mucho el Halloween, es una celebración muy fascinante en varios sentidos. Ya casi se acerca el cumpleaños de Caleb y su fiesta sorpresa, porque sí, ya decidimos que será una fiesta sorpresa. Si es que no se entera o algo nos delata. También iremos a la fiesta del GoldenFesh, no nos perderíamos ese evento por nada del mundo.

Ya tenemos muchas cosas planeadas para esa noche, decidimos que el lugar sería el salón de fiestas que alquila uno de los hoteles de la mamá de Samantha, tienen tres en la ciudad muy exitosos. Como somos casi de la familia decidió no cobrarnos nada. Insistimos pero no sirvió de mucho.

Al terminar con mi baño me coloco unos shorts y una camiseta sin mangas. No tengo necesidad de vestirme exageradamente bien para ir a ver a Nina, es una mujer liberal y despreocupada —lo sé por lo poco que he notado en el tiempo que la conozco—, a ella lo menos que le importa es mi atuendo. Además para serles sincero, no tengo muchas ganas de ponerle esfuerzo a arreglarme para ir a tener sexo, lo que menos hará falta en ese momento será la ropa, se los aseguro.

Me lanzo en la cama y cierro mis ojos. Poco a poco un rastro de sueño me invade y creo que me voy a quedar dormido; sin embargo, el ruido de mi teléfono me sobresalta, me levanto con pesar porque ya estaba en esa línea entre la realidad y el mundo de Morfeo. Observo mi teléfono: «maniática llamando» el nombre indica que es Ivie quien me está llamando. ¿Ivie llamándome? ¿A esta hora? Mmm, eso sí es raro. Atiendo y me vuelvo a acostar.

—Maniática. ¿Qué sucede?

—Necesito de tu ayuda, idiota.

—¿Escuche bien? Ivie Jackson pidiendo mi ayuda... No es posible, seguro estoy soñando.

—Deja de decir estupideces y concéntrate en lo importante.

—¿Para qué soy bueno? Aparte de serlo en la cama, claro. Ya sab...

—Córtala, se de tu reputación cochina —suelto una risa—. No sé que regalarle a Ethan, ayúdame.

Ruedo los ojos —Que absurdo, interrumpes mi valioso tiempo para eso, ¿en serio?

—Es importante.

—Para nada, cómprale unos chocolates y ¡Voala! Caso cerrado.

Suelta un bufido y puedo imaginarla con su cara de culo como es de costumbre en ella.

—No me sirve. Eso es mucho más absurdo que interrumpir tu súper valiosísimo tiempo. —ironiza.

—Tú eres la absurda, nena. ¿Llamarme para hablar de semejante idiotez? Solo a ti se te ocurre.

—De por sí ya hay mucha idiotez de por medio si se trata de ti —dice irritada—. No pierdas el tiempo, dime que podría regalarle.

—Una buena mamada sería estupendo, o mejor le haces...

—¡Agh! ¡¿Por que te he llamado?! Tu solo piensas con el pene.