68: Familia, sinónimo de desastre.

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N/a: soy de esas que está enamorada de Ivie, y comprendo al idiota de Shane. ¡Miren a esa mujer!

Shane Foster:

Anoche todo estuvo increíble. Pase toda la noche acurrucado con Ivie, nos besamos pero no pasamos a más, estuvimos viendo películas hasta que se quedo dormida en mis brazos. Nos bebimos la botella de champaña y le susurre tantas palabras bonitas que ya perdí la cuenta.

Hoy despertó del mejor de los humores y me pidió que pasáramos la tarde en la piscina. Así que después de una desayuno rápido una pequeña pelea por quien lavaba los trastes, estoy esperándola aquí, nadando entre el agua tibia, con un gorrito y unas gafas de sol.

Me dijo que estaría aquí en cinco minutos pero ya se ha tardado diez. Me acerco a la orilla donde deje mi teléfono y cambio la música por una mejor. Siento movimiento a mi izquierda y después de asegurarme que la canción es digan, me giro para encarar a Ivie.

Al momento de hacerlo, quedo con la boca abierta. Mis gafas se resbalan por el tabique de mi nariz y ella ríe de manera nerviosa. ¿Por qué demonios está nerviosa? El nervioso debería ser yo, que compartiré piscina con esa diosa de mujer. Mierda, que caliente es mi novia.

—Deja de verme así —se acerca lentamente a la escalera y sonrío.

—Puedo mirarte de la forma que yo quiera, eres mía, mi novia. Mía, mía, solo mía.

Suelta una carcajada a medida que va bajando para ingresar a la piscina —Eres un tonto.

—Este tonto quiero tomarte una foto, quédate quieta.

Me apresuro a tomar mi teléfono y acercarme, me sonríe mientras niega lentamente.

—Muy bien —alargo la oración mientras abro la cámara, la enfoco y sonrío—. Ahora, posa para mi hermosa.

Sonríe ampliamente y refunfuña antes de asentir y hacer lo que le pido. Le indico como quedaría mejor y busco los mejores ángulos. Admito que echo miraditas picaras más de lo debido y suelto piropos picantes que la hacen sonrojar levemente. Después de varias poses y fotos, se queja y decide que ya no habrá más fotos.

—Sabes que de todos modos voy a fotografiarte y sacare muchas selfies.

Intenta bufar irritada pero le sale terrible y termina riendo suavemente. No dice nada al respecto y se escabulle debajo del agua. Cuando sale, sonrío enternecido con la vista que Dios me está otorgando.

—Gracias Diosito, por permitirme ver a esta diosa de mujer.

— ¡No días idioteces!

— ¡Por favor, cállate! ¡Eres arte! —Alargo la vocal de la última palabra mientras me acerco a ella y la tomo entre mis brazos, entonces giro lentamente en el agua haciendo que sonría—. Estas preciosa, hermosa, mamacita.

— ¿Mamacita?

Asiento—Divina y eres toda mía.

Enrosca sus piernas a mi alrededor y quita el gorrito de mi cabello, el cual sacude haciendo que caiga por todos lados y retira algunos mechones de mi frente, también retira las gafas. Enarco unas cejas al verla lanzarlas a la orilla de la piscina.

— ¿Tú también eres mío? —inquiere, luego de unos segundos en silencio.

—Soy todo tuyo cariño, solamente tuyo.

Mordisquea su labio inferior y suspira —Eres malditamente caliente, ¿lo sabías?

—Pero por supuesto que sí —admito, en tono obvio—, ¿hola?, soy Shane.

Shane Foster || El sexy mujeriego ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora