Cuarto extra

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Un apagón especial.

Palabrotas, nervios asesinos y... ¡acepto!

Shane Foster:

Rio fuertemente intentando no doblarme a la mitad. También intento detener mis carcajadas pero se me hace imposible, y sumándole al hecho en que todos en la habitación están riendo, mucho más difícil parar, puesto que sus risas se me hacen contagiosas.

- ¡Mi barriga duele! -chilla Kristen, tomando una bocanada de aire pero fallando en el intento.

- ¡Dejen de reír me contagian! -se queja Karsten, hasta el está a punto de llorar de risa. Una escena bastante inusual proviniendo de él, pues suele ser el más serio.

- ¡Okey, okey... basta! -mi esposa hace el mayor esfuerzo en detener sus risotadas y se coloca seria cruzándose de brazos.

La conozco, sé que intenta colocar la seriedad en el lugar pero también sé que le está costando demasiado. Su mirada cae en mí y una enorme sonrisa surca mi rostro seguido de una carcajada, lo que ocasiona que rompa a reír nuevamente.

- ¡No puedo respirar, ya cállense! -Keegan se queja.

¡Y lo mas gracioso es que no sé porque no reímos tanto! El chiste que nos contó Kristen ni siquiera fue remotamente divertido, y aun así al ella terminarlo rompimos en sonoras carcajadas. Y aquí estamos, contagiados con quien sabe que, riéndonos como si no hubiera un mañana de un chiste que puede demonizarse el peor de la historia.

Finalmente luego de lo que parece una eternidad las risas merman y vamos quedando nuevamente en silencio. La electricidad se fue hace ya unas horas y aun no vuelve, por lo que todos estamos en la sala intentando matar el tiempo.

Lo que me encanta, ya que no todo el tiempo tengo la atención de mis tres hijos y mucho menos estando todos juntos. Son jóvenes ocupados y yo tengo mucho trabajo y aunque intento siempre compartir con ellos y estar en casa, la mayoría del tiempo se nos hace complicado.

Sin embargo estoy orgulloso de mis hijos y de mi familia. Cada día me enorgullecen más y más. No sé a quien admiro mas, porque todos se han ganado mi amor infinito y mi orgullo legitimo. Son mi todo, mi razón de ser y de vivir. No sé qué haría sin mi familia.

-Eso fue intenso -suspira Kristen, abrazando sus piernas.

-Vaya que lo fue-dice su hermano-. ¿Karsten tu teléfono aun tiene batería?

-Nou -responde balanceando el aparato entre sus manos-, se descargó hace unos minutos cuando el pésimo chiste de Kris salió a la luz.

- ¡No era tan malo! -se defiende.

-Princesa -la llamo y fija su atención en mi-, como comediante te mueres de hambre, mejor busca otra manera de divertirte.

- ¡Papá!

- ¡Lo ves! -Karsten le guiña un ojo y ella bufa.

-Mi familia esta algo loca -masculla Ivie, riendo.

-Y habla la maniática.

-Lo dices tú que siempre has sido idiota.

-Ughhh golpe bajo.

Una sonrisa ladeada surca mi rostro. No puedo creer que a estas alturas de la vida esta mujer me siga encantando tanto. Solo hay que mirarla para querer caerle a besos. Justo ahora me gustaría hacerle tantas cosas.

-Bien sabes que este idiota te ha enamorado hasta la medula.

-Patrañas -se defiende mediocremente, ocultando una sonrisa.

Shane Foster || El sexy mujeriego ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora