Shane Foster || El sexy mujeriego ©

32: ¿Qué cojones, Ivie?

 Ivie Jackson:

La cabaña de Shane está un poco alejada de la civilización pero eso no me molesta en lo absoluto. El paisaje es verdaderamente hermoso, con grandes árboles en el exterior y nieve cubriendo todo a nuestro alrededor.

Al llegar al centro nos detuvimos un momento a revisar una pequeña falla en una de las camionetas y lo primero que hice —aprovechando la parada—, fue tomarle una foto al lugar que considere más hermoso, capture su esencia y subí la historia al Instagram. Porque vamos, la gente merece deleitarse tanto como yo.

Mmm... aunque ahora que lo pienso tal vez lo vean un poco sombrío, pero allá ellos con sus raros gustos.

Miro fascinada cada rincón que pasamos en las camionetas y sonrió cuando empiezan a caer pequeños copos de nieve.

─Ethan está nevando ─volteo hacia mi novio el cual tiene los ojos cerrados como en el aeropuerto. Maldición, ¿es una broma?

Pongo mala cara por unos segundos y vuelvo mi vista a la ventana. Poco a poco nos aproximamos a una enorme cabaña muy bien conservada, luce majestuosa entre los árboles y toda esta nieve, sin dudas yo querría vivir aquí.

Aunque claro, primero compraría muchas armas para mi defensa personal, uno nunca sabe que loco podría aparecer en medio de la anda, no quiero aparecer muerta o mucho menos ser violada. Primero mi seguridad, antes que todo.

Aparcamos frente a la enorme cabaña y sin dudarlo salgo a toda velocidad, la nieve hace un sonido seco cuando mis pies tocan el suelo y sonrió viendo mis pasos. Las demás camionetas apenas están estacionándose así que decido meterme unos segundos en mi mundo.

Shane Foster:

Detengo la camioneta detrás de donde sitúo la suya el moreno y apago el motor. Nos dividimos para venir hasta la cabaña, así que formamos una pequeña caravana.

En mi camioneta se vinieron Owen, Samantha, Sabrina y Cameron, en la camioneta que maneja Caleb se fueron los gemelos, Ethan e Ivie. Como trajimos mucho equipaje otra camioneta adicional se sumo a nosotros, con un empleado al que debo pagarle.

Todos se bajan y yo me quedo observando a cierta personita desde dentro. Va vestida con un pantalón, un abrigo bastante peludo, un gorro para la nieve y botas para acompañar, inclino la cabeza un poco hacia la derecha al verla observar sus pasos y reírse.

¿Qué esta...?

Oh, ya comprendo. Esta mirando las huellas que dejan sus botas en la nieve. Me río como un idiota y sacudo la cabeza, ¿qué mierda estoy haciendo? Vuelvo mí vista a la pelinegra quien ahora mira al cielo y con una mano toca los pequeños copos de nieve que están cayendo. Parece una niña pequeña conociendo la nieve por primera vez, sumamente adorable.

Escucho la puerta del copiloto abrirse y coloco mi expresión seria rápidamente.

─¿No vienes? ─cuestiona Samantha.

Asiento y abro la puerta para bajar del auto. Escucho las risas y murmullos de todos cuando piso la nieve fresca.

─Bro, ¿serias tan amable de enseñarnos la cabaña? ─miro a Owen quien está bajando las maletas─. Debemos meter el equipaje... antes de que venga una tormenta de nieve ─dice lo ultimo intentando sonar gracioso, pero definitivamente no lo logra.

─Claro, traigan lo que puedan y síganme.

Me dirijo hacia la puerta principal y saco la llave de mi bolsillo. Justo en frente está la pelinegra mirándome con esas joyas verdes que tanto me gustan, pero hago como si no notara su presencia y paso de largo. Abro la puerta principal y me hago a un lado para que los demás puedan avanzar.