Shane Foster:
Sonrío ampliamente al verla y muerdo mi labio inferior intentando ocultar mi estado de absoluta felicidad. Ivie aun no se percata de mi presencia, ladeo la cabeza al verla fruncir el ceño al leer.
Si mi madre la viera en este momento, seguro que pegaría el grito al cielo. Toco la madera de la puerta y se sobresalta, su mirada busca la mía y sonríe.
— ¿Trabajando en Nochevieja? Deberías tener un descanso maniática.
Bufa — ¡Claro! Lo dice el idiota que hasta hace poco estuvo pegado al móvil hablando con sus inversionistas.
Niego con la cabeza —Vamos, hermosa —me acerco a ella y le ofrezco mi mano—, ya casi acaba el año.
Se levanta tomando mi mano y alisa su vestido. Mis ojos codiciosos recorren su figura e inspiro hondo para no arrancarle ese vestido y hacerla mía aquí mismo. Sonríe complacida al ver mi reacción y nos encamina a la salida.
—Estaba hablando con Gretchen, pero ya lo resolví —me explica, sonando aliviada.
Asiento y la acerco mas a mi cuerpo —Eso me alegra.
Mientras bajamos las escaleras, escucho el gritito eufórico de Kristen. Ivie se ríe al ver a la pequeña correr directo hacia nosotros.
— ¡Ya casi, ya casi! —chilla, emocionada.
Karsten bufa fastidiado y yo sonrío al ver su expresión. Se parecen tanto...
— ¡Allí están! —Mi mamá aparece cargando a Keegan en sus brazos—. Vamos, todos, ¡que no falta nada para que termine el año! —nos apresura a seguirla.
—Y luego nos sirves chocolate caliente, ¿shi? —ella asiente hacia el pequeño en sus brazos.
Cualquiera que lo viera ahora, pensaría que es un angelito, cuando en realidad es un terremoto. Kristen da saltos junto a mamá, que hace reír a Keegan con muecas exageradamente ridículas; y Karsten los sigue de brazos cruzados, observándolos con el ceño fruncido. Comparto una mirada con Ivie cuando lo notamos sonreír ante uno de los comentarios sinsentidos de la pequeña pelinegra.
Tomados de las manos, salimos al exterior, donde hace un jodido frio que te congelas. Pero eso no parece importarle a nadie. La fogata tiñe la nieve de sombras y reflejos rojizos. Papá nos sonríe al vernos a todos llegar.
— ¡Vengan niños, ayúdenme con los globos!
Mamá deja a un desesperado Keegan en el suelo que corre con sus hermanos a ayudar a papá. Mi madre se une a nosotros a ver a los niños. Reviso mi reloj, faltan diez minutos para que el año nos abandone y uno nuevo comience.
Miro a mí alrededor, a las personas que más amo junto a mí y se me calienta el pecho con una emoción indescriptible.
— ¡Mira papi! —Kristen me llama y le sonrío a mi pequeñita—. ¡Pediré un deseo!
— ¡Que valga la pena princesita! —le grito y ella asiente efusivamente.
Papá le entrega un globo a cada uno. Y se colocan en posiciones para lanzarlos.
— ¡Deseo una hermanita! —chilla la pequeña.
Mamá suelta una carcajada, su hermano mayor rueda los ojos y yo sonrío por el jadeo de Ivie.
— ¡No pequeña, pide otro deseo! —la alienta, horrorizada ante la idea. A mí me parece estupenda.
Kristen refunfuña pero termina asintiendo —Bien —parece pensarlo y luego sonríe complacida—. ¡Deseo un unicornio!
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Shane Foster || El sexy mujeriego ©
Teen FictionADVERTENCIA: Está historia contiene lenguaje fuerte, contenido sexual explícito e incluso errores ortográficos, se recomienda discreción, gracias. (Además, es un borrador, por lo que no está completamente editada la perfección) Él es encantador, es...