Shane Foster:
Hablar con Ivie de Mackenzie me ha servido de mucho. Es un tema difícil para mí, de hecho es irónico que con ninguno de mis amigos —a los cuales considero mi familia— lo haya hablado pero con la maniática sí, e incluso se me hizo fácil cosa que no ocurre nunca.
Escucho la voz de mi amigo el rubio romanticón y sonrío divertido, definitivamente lo voy a molestar.
Las voces de la parejita del momento se acercan y en poco tiempo ambos aparecen en mi campo de visión. Les sonrío con inocencia y me acurruco más en mi asiento.—Hermano Vie me contó lo sucedido, y por supuesto que te llevo a casa.
Levanto las cejas incrédulo y observo a Ivie.
—Nena ¿no dijiste que aún no habíamos terminado?
Ella enrojece y nos mira a Ethan y a mí de hito en hito.
—Deja de llamarme así..., ehm, con respecto a lo otro, supongo que terminamos luego.
Sacude su cabello y se sienta en el sofá dejando a Ethan parado, quien nos mira curioso.
—De acuerdo... —susurra el rubio. —¿Nos vamos?
Me levanto y me encamino a la puerta. —Andando.
Avanzo a la salida y me quedo en la puerta esperando la aparición de Ethan pero este tarda más de lo previsto y ruedo los ojos al aire cuando caigo en cuanta del motivo de su tardanza.
—¡Paren con el besuqueo! —grito para que ambos escuchen. —¡Ethan mueve ese culo!
§
Odio los lunes.
Es mi día menos... Esperen, ¿eso ya se los había dicho no? Sí, si lo había hecho. Disculpen, la cosa es que no puedo evitar quejarme de ellos, ya es costumbre mía.
Gracias al cielo no ha sido un día tan pesado, justo ahora los cavernícolas y yo estamos en medio de un entrenamiento. Pronto tendremos un partido y debemos estar cien por ciento preparados, es el último partido de este año, al igual que es el último partido donde tendremos a nuestro lado al entrenador William. Es un gran hombre, un poco desquiciado, pero excelente persona.
—¡Quiero verlos sudar! —Grita el hombre en nuestra dirección —¡Yo no entreno escuálidos!
Nos ha puesto a correr de un lado al otro de la cancha, pero no ha decidido por cuánto tiempo —aún—. Hasta ahora llevamos cuarenta minutos de trote, está midiendo muestra resistencia. No me afecta para nada este entrenamiento, al contrario me encanta mantenerme en forma.
—¡Vamos hombres, joder!
Muchos ya están algo cansados, un contraste claro conmigo que apenas empiezo a sudar —en sentido figurado—.
Una sonrisa burlona se apodera de mi rostro cuando veo como Kyle se detiene y coloca ambas manos en sus rodillas, debilucho.
—¡¿Quien te dijo que te detuvieras Sanders?! —grita de nuevo el entrenador.
Kyle gruñe en respuesta y continúa con su misión. Después de unos diez minutos de trote el entrenador nos pide una vuelta más para tomar un pequeño descanso. Justo en ese momento las porristas van entrando al campo y Annie saluda a Owen mientras le lanza un beso en el aire, bufo cuando mi amigo sonríe y veo como Ethan observa a otro lado cuando Avery alza su mano y menea sus caderas para llamar su atención, eso me hace sentir bien. Mi muchacho está madurando.
—¡Vista al frente Cook!
Me echó a reír por el regaño de William y Owen me fulmina con la mirada, no me importa, la verdad..., se lo merece.
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Shane Foster || El sexy mujeriego ©
Novela JuvenilADVERTENCIA: Está historia contiene lenguaje fuerte, contenido sexual explícito e incluso errores ortográficos, se recomienda discreción, gracias. (Además, es un borrador, por lo que no está completamente editada la perfección) Él es encantador, es...