Tercer extra

1.7K 95 60
                                    

Maniática y celosa, uhm… mala combinación.

Samantha Martin:

Camino lo más rápido que puedo entre estudiantes, sé que Dustin me sigue el paso —o eso intenta—, pero yo solamente estoy preocupada por llegar rápido a la salida. Salto de dos en dos los escalones que dan al estacionamiento y con la respiración agitada le sonrío a la persona que me espera junto a un Audi rojo.

— ¡Oh por Dios! ¡Oh por Dios!

— ¡Samie! —su grito solo me hace salir corriendo en su dirección.

— ¡Bri!

Me lanzo a sus brazos y nos abrazamos dando pequeños saltos. Estoy tan emocionada de que este aquí, me siento tan feliz de por fin volver a verla después de tanto tiempo.

Nos separamos y la reparo de pies a cabeza.

— ¡Wau, mujer! Inglaterra sí que te sentó bien.

Suelta una risa y me observa completa.

— ¡Y tú no te quedas atrás! ¿Estás haciendo ejercicio? —me obliga a dar una vuelta que me hace reír—. ¡Mira esas nalgas!

—Calla, tú estas espectacular. ¡Te extrañe tanto!

Alguien carraspea a nuestras espaldas y me volteo sonriente. Es Dustin quien nos observa risueño, hasta me había olvidado de él.

—Bri, te presento a Dux —lo acerco a mi amiga y él sonríe mientras ella lo repara con sonrisa coqueta—. Dustin ella es Brianna.

El pelirrojo le extiende la mano y ella con gusto la acepta.

—Dustin McGregor, un placer.

—El placer es mío bombón, Brianna Hamilton.

Sus manos se sueltan y aprovecho para tomarlos a cada del brazo y acercarlos a mí.

—Estoy muy, muy feliz —les comento, observando a los estudiantes salir y rondar el estacionamiento—. Y como llegaste hoy y hay mucho con que ponernos al tanto, lo mejor será partir ya mismo.

—A tus ordenes muñeca —me dice Bri, sonriendo.

—Vale, ya que tienes tu precioso auto rojo, dejaremos a Dux en su casa y luego iremos a donde te estás quedando. O lo que quieras hacer luego, es tu decisión claro, ir al centro comercial tal vez. Oh, hay un restaurante que…

— ¡Oye Sam, tranquila! —Dustin suelta una carcajada—. Conserva la calma mujer.

—Upsi, estoy emocionada. Mi culpa.

—Bueno, andando bombón y muñequita, el tiempo es oro.

Subimos al auto de Bri y empieza a contarnos sobre su vuelo y lo tremendo que es sufrir de vértigo y tener que enfrentarlo subiéndose a un avión. Por mi parte la escucho atenta y le cuento y hago un resumen sobre mi vida. Es tonto que ella lo pregunte, ya que siempre que hablamos le cuento todo con detalles, pero aun así se hace la que no sabe.

Dejamos a Dustin en la puerta de su casa y avanzamos a toda velocidad por las calles de Filadelfia. Bri me ofrece ir por malteadas y yo gustosa acepto. Es tan genial tenerla de vuelta. Bri es lo más cercano que he tenido de una mejor amiga, la conozco desde que tengo seis años y ha sido una muy buena amiga. Mi única buena amiga a decir verdad, claro sin contar que ahora cuento con Sabri y con Ivie, también su amiga Ginger me cae muy bien.

Buscamos un sitio para comprar las malteadas y nos estacionamos en una tienda súper retro con buen ambiente. Nuestros pedidos no tardan en llegar cuando estamos empezando a hablar sobre los chicos.

Shane Foster || El sexy mujeriego ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora