Shane Foster:
Otro jueves empieza y mi alegría y buen humor como siempre se toman vacaciones al principio del día.
Me encuentro hablando con Ivie, sobre un ejercicio que ha realizado mal, como todas las mañanas de los días jueves se encuentra de un leve mal humor, me comentó una vez que fue obligada por Cox a asistir a estas clases. Hoy en particular por obra de Dios todos entendieron a la perfección el ejercicio, menos la gruñona que tengo al lado.
Su cabeza parece estar en otro planeta, ambos estamos ya estresados, ella por no entender y ser regañada por mí cada dos segundos, y yo por el cansancio que produce intentar enseñarle algo tan fácil.
De pronto se levanta levemente de su silla, su mano va directo al bolsillo trasero izquierdo de su pantalón y de allí saca una moneda, permanezco observándola en silencio, mientras ella la coloca en su mano derecha y empieza a moverla entre sus dedos. Mi entrecejo se frunce levemente.
—¿Qué haces?
—¿Estás ciego acaso? ¿La idiotez te dejo sin vista?
—Más respeto a tus mayores, maniática. Me refiero a ¿por qué haces eso con la moneda?
—Es una manera que tengo para calmar mi estrés o ansiedad, idiota.
—Estas en otro mundo hoy... —cierro la libreta—. Digo ya es normal, pero hoy llegaste al extremo.
—Si, mi cabeza está hecha un lío.
—¿Por eso tus ojeras?
—Yes —asiente un poco, concentrándose en la moneda—. Pero no es nada grave.
—Y cuéntame maniática... ¿Qué aturde tanto esa cabecita?
—¿Cuántas veces te he dicho que no estoy loca, que no soy maniática y tampoco gruñona?
—Debo diferir ante lo último, puede que no seas una loca maniática, pero si una gruñona.
—Da igual, que te valga una mierda si soy gruñona.
—¿Ese mal humor se debe a las clases o... —alargo la ultima letra, ella me mira ceñuda—. ¿O algo más? —concluyo rodando los ojos.
Sus mejillas se tornan de un leve color rosado —Es por las clases —se apresura a decir.
—¿Sí? No me parece, estas mintiendo.
—No te importa ni te debe importar que me pase.
—Es por Ethan, ¿no es así?
Su rosado se vuelve rojo de inmediato —No.
—Tu cara te delata —me río al verla taparse con ambas manos—. Sí, es por el rubio —asiento más para mí mismo.
—Primero déjame aclararte que este sonrojo es debido a tantas emociones, no soy una colegiala que se sonroja así de fácil.
—Como digas.
—Y segundo, eso no te importa, idiota. —recalca el insulto a la par que descubre su cara, observando a otro sitio del salón.
—¿De nuevo con el corazón roto?
Se voltea bruscamente —¿Qué dijimos sobre ese tema? Prometimos no...
—Nena las promesas se rompen.
—Debí suponer que no eres de fiar —se cruza de brazos—. ¿Acaso le fuiste con el chisme a Ethan?
—No, no soy un chismoso, simplemente quiero hablar contigo sobre eso que tanto te atormenta.
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Shane Foster || El sexy mujeriego ©
Teen FictionADVERTENCIA: Está historia contiene lenguaje fuerte, contenido sexual explícito e incluso errores ortográficos, se recomienda discreción, gracias. (Además, es un borrador, por lo que no está completamente editada la perfección) Él es encantador, es...