67: He caído.

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Ivie Jackson:

Estoy hecha un manojo de nervios. Siento como el agarre de Shane se aprieta y le pongo atención a nuestras manos entrelazadas. Casi babeo al notar las venas sobresalientes de ella, mi vista sube hasta su brazo y ¡uffs! Tráiganme un pañuelo.

— ¿Te he dicho ya que amo eso de ti?

Shane deja de mirar la puerta que tenemos al frente y posa su atención en mí. No parece entender a que me refiero porque su ceño se frunce un poco mientras ladea unos centímetros su cabeza hacia la izquierda.

—Mira tus manos.

Pestañea un poco cuando suelto su mano y entonces eleva ambas y las observa, cuando lo hace una sonrisa torcida aparece en sus labios. Esos labios que hicieron magia conmigo anoche.

— ¿Sabes porque amanecieron así, no?

Su tono de voz sugerente me hace esbozar una sonrisa avergonzada. Y abro la boca para responder sin embargo no alcanzo a hacerlo cuando la puerta se abre, dejándome con la palabra en la boca.

Ambos posamos nuestra atención al frente, encontrándonos con la imagen de Connor. Lo conozco tanto, que sé, que apenas se viene levantando. Shane rápidamente me toma de la mano y agradezco el gesto, porque la calidez de su tacto me relaja.

—Buenos días —logro decir—, ¿podemos pasar?

Mi hermano frunce el ceño al ver nuestras manos unidas pero de todas formas se hace a un lado y murmura un débil adormilado «claro». Me siento dubitativa sobre qué hacer, pero la seguridad que emana Shane logra contrarrestar el sentimiento de duda. Así que, siendo guiada por él, termino sentada en uno de los sofás de la sala de la que antes era mi casa.

—¿Tu novia no se encuentra? —pregunta mi chico.

Connor se frota la cara y se sienta frente a nosotros. Me doy cuenta de cómo su mirada viaja fugazmente a nuestras manos unidas, no obstante no menciona ni pregunta nada sobre ello.

—No, fue muy temprano al spa hoy.

La respuesta trae oleadas de alivio y enojo a mi sistema, ambos por igual y me siento irritada por lo que una simple respuesta genera en mí. Esa maldita plástica, sanguijuela chupa dinero.

—Excelente.

Allí la curiosidad de mi hermano parece salir a flote porque nos mira de hito en hito al tiempo que pregunta—: ¿Qué tiene de excelente? Y sobre todo, ¿a qué debo su visita? Porque Ivie no venía en mucho tiempo a esta casa.

La rabia surge efecto inmediatamente ante sus palabras y sin que pueda evitarlo ya estoy escupiendo las palabras—: Si, resulta que tuve que abandonar mi hogar porque te rehusaste a poner en su lugar a la zorra que tienes por novia.

Connor esboza una mueca enojada e intenta replicar, sin embargo no puede hacerlo ya que Shane se le adelanta.

—Vale, entablemos una conversación calmada —traza leves caricias con su pulgar en mi dorso—. Primeramente, hemos venido porque tenemos información importante para ti.

— ¿Información importante? —Enarca una ceja—. ¿Tiene que ver con sus manos unidas?

Rápidamente volteo a ver al castaño porque quiero ver su reacción. Una sonrisa invade sus labios y me guiña un ojo cuando me encuentra observándolo. Ay virgen santísima, espero no arruinar mis bragas.

—No, no tiene que ver con ello. Pero, como debes suponer Ivie y yo estamos saliendo, te lo confirmo para que no te explote el cerebro intentando descifrar cosas que no son.

Shane Foster || El sexy mujeriego ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora