Estos son los brazos que doblegan mi rabia. Este es el calor que serena mi corazón.
No puedo odiarla eternamente, ni siquiera por haber desnudado mi alma. Ella me ha demostrado que está dispuesta a exponerse a los fantasmas de su pasado por mí. Yo no habría tenido el valor de sacar a la luz un recuerdo tan traumático. La habría perdido por cobarde. He sido tan débil y ella tan fuerte. Cuanto más me vencía el miedo, más se esforzaba ella por ganarse mi perdón. Somos tan diferentes. Estoy más convencida que nunca de que estuve en lo cierto cuando intuí que es una chica con una gran fortaleza por la forma en que lucha para superar sus problemas. No puedo cambiar lo que ha hecho y suficiente castigo ha recibido por mi parte, pero puedo aprender a ser fuerte como ella.
—¡Ani, lo siento mucho! No quiero que te alejes de mí —dice entre sollozos mientras permanecemos abrazadas. Tiembla—. No quiero que me odies. Fallé al tocar tu diario. ¡Te fallé y estoy muy arrepentida! Por eso te contaré mi pasado.
—No lo harás —digo y me aferro a ella—. Esta no es la forma en la que quiero que te abras conmigo. Aunque me has hecho daño por coger mi diario, no puedo odiarte porque eres importante para mí... Yo... soy tan débil... No sé cómo te miraré a la cara después de todo lo que has leído, pero espero que no cambie nada entre nosotras...
Mis latidos se disparan. Nuestros corazones laten a la par, puedo sentirlos. El mío se acelera por miedo, miedo por sincerar mi propio miedo con ella.
—Ani... No tienes que preocuparte, solo leí un par de cosas sobre ti con mi hermano... Yo también quiero que te abras conmigo, pero no a través de un texto escrito ni disgustada. Quiero sentir tus palabras y tu cariño cuando lo hagas. Sea lo que sea que oculte ese diario y lo que diga la gente, la única que podría apartarme de ti eres tú. Yo no soy tan buena, pero me esforzaré para no darte motivos por los que puedas odiarme... —Su llanto mengua y se restriega en mí. Sigue afirmando que no leyó algo más allá y esta vez siento que dice la verdad.
La olfateo discretamente. ¿Cómo pude creer que detestaba este agradable olor que emana de su piel y de sus cabellos?
—Laurita, eres la persona más buena que conozco junto a Eric —digo mientras mis lágrimas cesan y su aroma me serena—. Yo también necesito que me perdones. He sido una malagradecida. Me metí en tu cama, te causé molestias, te preocupaste por mí y mira cómo te lo pagué.
—Si tú has sido capaz de perdonarme, ¿cómo no voy a hacerlo yo? Mi rencor se desmorona contigo —dice y frotamos nuestras mejillas. Su cálido aliento humedeciendo mi cuello me pone los pelos de punta en un momento como este... Está tan caliente.
—Entonces aprovecho para compensarte con los cuidados. Creo que tienes fiebre. Basta de llorera y a la cama a hacer reposo. —Me separo de ella. Compartimos una tierna mirada y nos secamos las lágrimas con caricias—. Voy a buscar el termómetro y una pastilla porque estás titiritando.
—¿Puedo coger una manta y quedarme contigo en el sofá? —me pide con esa carita tan desmejorada.
—Si es lo que quieres, claro. —La acaricio y aprieto su mano.
Por fin, una ligera sonrisa retorna a nuestras bocas.
***
Mientras ella espera en el sofá y yo busco una manta y el kit médico, pienso en nosotras. Tengo la sensación de que toda esta trágica experiencia nos ha unido más. El alivio es tan grande como salir a flote y tomar una gran bocanada de aire tras escapar del abismo del océano.
Regreso al salón con todo el equipamiento, incluyendo un paquete de galletas dulces para merendar. Sus ojitos brillan levemente cuando pongo el termómetro bajo su brazo. Extiendo la manta sobre ella.
ESTÁS LEYENDO
La hermana de mi novio [Disponible en físico en 2 tomos + Extras]
RomanceTras superar mi etapa de rebeldía, mi vida de adolescente se convirtió en un sueño hecho realidad. Mis padres me permitieron vivir sola con mi novio e incluso me asignaron una paga mensual. Mis únicas obligaciones consistían en estudiar y ayudar a m...