El cuerpo desnudo junto al mío es el de Flor. ¡¿Cómo pudo pasar esto?! No puede ser real, ¡no puede serlo! Solo tengo vagos recuerdos de Laurita, mi Laurita...
Flor aprieta mi mano entre sus piernas y comienza a despertar mientras se estira. Yo, en shock, la observo. Ella es preciosa y agradable, pero yo nunca habría engañado a mi Laurita con ella, nunca...
—Sí, era Júpiter... —murmura Flor adormecida y sus apagados ojos se encuentran con los míos, que se humedecen por la culpabilidad. De un segundo a otro, los suyos se expanden hasta alcanzar sus límites y analizan nuestros cuerpos sobre la cama. Ella, boquiabierta, espanta mi mano muerta y se incorpora de un tirón—. ¡No, Ana! ¿Qué pasó? ¡¿Qué hicimos?! —Flor toca su intimidad y la serenidad que poseía hasta hace un instante se convierte en agitación.
—¡La he cagado bien, Flor! —Mis lágrimas acompañan mis palabras. La angustia que se desata en mi interior al comprender la realidad de mis actos se dispara. Cubro mi cara por la vergüenza y la culpa—. No sé cómo pasó, solo recuerdo a Laurita. Hacía el amor con mi Laurita. ¡La he engañado!
—Esto no puede estar pasando, no. Tiene que ser otro sueño como el de anoche, ¡tiene que serlo! —No veo a Flor, pero noto la misma aflicción en su tono—. Recuerdo el viaje espacial, tú en forma de espíritu divino y tus lecciones de amor en cada planeta. Eso no podía ser real...
—¡Pasó, Flor! Pasó. No sé qué coño bebimos, pero pasó y me jode muchísimo. —Dolor, miedo, ambos me estrangulan y me someten.
—¡Joder! Mi virginidad... —Su voz se torna llorosa—. Ana, yo no quería que esto pasara. Nada fue real y no lo recuerdo bien, pero me hiere. Me siento muy mal por Laura...
—¿Y cómo crees que me siento yo? ¡La quiero con locura, Flor! Me odiará y no tengo forma de reparar este engaño —digo llorando y la miro por un momento. Ella, encogida y abrazando sus piernas, también derrama lágrimas.
—Ana, lo siento mucho. No quiero que vuestra relación se rompa por mi culpa. No quiero perder la amistad de Laura ni la tuya, ambas sois importantes para mí. Por mucho que me gustes, te juro que no habría deseado esto para ninguna porque todas perdemos. ¡Nunca le había hecho daño a nadie! —El llanto de Flor se agudiza junto al mío. Ella también es una víctima, ni siquiera su primera vez ha sido auténtica.
—¡Flor, no puedo con esto! ¡La perderé y te he perjudicado también! Nunca había perdido tanto la cabeza... ¡No sé qué haré! —La opresión en el pecho me mata despacio.
—Tenemos que decirle la verdad, Ana —propone Flor y mi cuerpo tiembla.
—¡No! No tengo el valor para romperle el corazón. ¡No puedo hacerle tanto daño! —Pensar en destrozarla me quiebra. No podría soportar que sufriera por mi culpa después de todo lo que hemos progresado juntas.
—Ana, yo no puedo vivir con mentiras, ¿no lo entiendes? Quiero dar la cara, ella es muy buena y merece saber la verdad. Le suplicaré para que me perdone y puede que no lo haga, pero no podría mirarla a los ojos sabiendo que le he fallado como amiga —dice Flor entre sollozos.
—¡Pero yo no tengo el mismo valor que tú! No te imaginas todo lo que significa ella para mí. Mi cagada es lo último que faltaba. Laurita ha sufrido mucho en su vida y ha tardado en confiar en mí, ¿qué crees que pasará cuando sepa que me acosté contigo? ¡No quiero ni pensarlo! —Mi respiración se entrecorta por mi llanto persistente.
—Las dos somos culpables, pero le contaremos la verdad, ninguna sabíamos lo que hacíamos. Ella entenderá que no habríamos hecho esto estando sobrias. Disculpémonos juntas, pero no le ocultemos nada, por favor.
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La hermana de mi novio [Disponible en físico en 2 tomos + Extras]
RomanceTras superar mi etapa de rebeldía, mi vida de adolescente se convirtió en un sueño hecho realidad. Mis padres me permitieron vivir sola con mi novio e incluso me asignaron una paga mensual. Mis únicas obligaciones consistían en estudiar y ayudar a m...