Víctor asalta mis labios, pero apenas le permito saborearlos. Su atrevimiento está fuera de lugar. Enseguida lo aparto con un empujón. Mi mano está lista para girarle la cara llorosa y pasmada que tiene. Sin embargo, me contengo. Su dolor interno es suficiente castigo ahora mismo.
—¿Qué coño haces, Víctor? —cuestiono mezclando pena y enojo.
—Dios... Así no. Lo siento mucho, Ana. Así no debía ser... —Víctor continúa llorando—. Seis años sin cometer un error. Seis años meditando cada uno de mis actos. Seis años de control... Es la primera vez que cedo a los impulsos mortales en seis años. Lo siento...
Víctor se restriega los ojos y su respiración se altera. No sé si debería avisar a su madre.
—Víctor, cálmate. Respira hondo. —A pesar de que ha hecho que lo deteste más, siento que necesita ayuda.
—Tú no lo entiendes, Ana. Le prometí a mi hermana... Le prometí que no volvería a perder nada de vista. Le prometí que estaría pendiente de todas mis responsabilidades. ¡Le prometí que nunca bajaría la guardia! Tú eres mi musa, pero todos mis logros... son para ella... —Víctor no ha superado esta tragedia. La muerte de su hermana ha condicionado su vida. La mano derecha le tiembla excesivamente. Tiene la mirada perdida en el escritorio. Es como si estuviera reviviendo ese hecho traumático—. Lo siento, Ana. He... He sucumbido ante un momento de debilidad. Esto no entraba en mis planes. Te dije que nunca sería tu amante mientras tuvieras novio. Nunca te habría besado de esta manera. —Víctor coge el contrato y lo rompe con rabia—. Vete, Ana. Hablaré con la directora para que no tengas que hacer esto.
—No. —Tomo su mano temblorosa. Está helada y le suda. Él me mira desconcertado—. Desahógate, Víctor. Cuéntame lo que pasó. Estaré aquí.
—Ana... No p-puedo...
—Sí puedes. Ya has desahogado una parte, puedes con todo. —Me recuerda a Laurita con su muñequera y eso me afecta directamente—. Puedes hacerlo.
—Yo siempre... le escribía cuentos a mi hermana. Siempre cuidaba de mi Sara. Ella dibujaba para mí. Guardo todos sus garabatos como reliquias. —La mandíbula le tiembla al hablar—. Mi angelito... Aquel día de hace seis años paseábamos con mi padre por el parque. Él mi pidió que cuidara de ella para atender una llamada telefónica y comprarnos unos perritos calientes. ¿Qué podía salir mal? Ya lo había hecho otras veces y era un barrio seguro. Dios... —Se estremece.
—Tranquilo. Estoy aquí. —Aprieto y froto su mano.
—Sara quiso jugar al escondite. Yo solía complacerla en todo y era un niño, no veía nada malo en jugar. Me puse a contar con los ojos tapados para que ella se escondiera... Cuando llegué a diez... —Víctor suspira como un terremoto—. Ella debía esconderse en el parque, pero no lo hizo. Corría hacia la calle... Grité su nombre... ¡Me duele mucho, Ana! —Se encoge en pleno llanto.
—Puedes hacerlo, Víctor. Sácalo todo —insto transmitiéndole mi apoyo.
—¡No lo entiendes! Grité y grité. ¡Sara! ¡Sara! ¡Fui tan torpe que me caí al correr detrás de ella! ¡Sara, vuelve! —Tensa su temblorosa mano derecha como si quisiera alcanzarla. Hace que me salten las lágrimas, pero aprieto su mano—. Sara... Un camión... ¡Ana, no puedo más! ¡Mi hermana murió por mi descuido! —Toma grandes bocanadas de aire como si se estuviera ahogando.
—Tranquilo, Víctor. Tú no tuviste la culpa. —Es realmente triste. Mantengo mi tacto caliente en él.
—¡Sí lo fue! Mi padre me lo dijo bien claro antes de abandonarnos a mi madre y a mí. —¿Qué clase de padre podría recriminarle semejante barbaridad a su hijo?
ESTÁS LEYENDO
La hermana de mi novio [Disponible en físico en 2 tomos + Extras]
RomanceTras superar mi etapa de rebeldía, mi vida de adolescente se convirtió en un sueño hecho realidad. Mis padres me permitieron vivir sola con mi novio e incluso me asignaron una paga mensual. Mis únicas obligaciones consistían en estudiar y ayudar a m...