Mi pregunta fue innecesaria. En este instituto, pocos se atreverían a molestarme o a agredir a alguien cercano a mí de forma tan descarada. Además, esta cajita de zumo habla por sí sola, casi que oigo el susurro delator con la voz del chico al que le fue arrebatada.
—Me confundí de cubo de basura, aunque he hecho un dos en uno. —Era obvio que se trataba de Sandra, la única con agallas para reconocerlo, típico de ella cuando se quiere hacer notar. Declara su culpabilidad sonriendo con burla.
Sandra no sabe lo que ha hecho.
—¡¿De qué vas, de hija de puta como siempre?! —Me encamino hacia ella.
—Ani, no lo hagas —pide Laurita.
—Déjalo, Ana —me aconseja Claudia.
—No pasa nada, Ana —dice la cobarde de Aura.
—Pues sí, voy de hija de puta y de las peores. ¿Te gustó mi lanzamiento? —Sandra me desafía con su malicia.
Le tiro el envase desde corta distancia. Ella se cubre la cara con los brazos, aunque acierto en su abdomen. Supongo que el daño es insignificante, pero le he devuelto el golpe.
—¡Eso por hija de puta! —le grito.
Me siento el centro del universo. Los alumnos se empiezan a aglomerar en torno a nosotras. Los pitufos que solo han oído hablar de mí sabrán hoy quién soy yo.
—No os metáis. —Sandra tira de la correa de sus rabiosos sabuesos—. ¡A mí no me dejas mal delante de esta gentuza!
—¡¿Y qué vas a hacer, cobarde de mierda?! —Le echo leña al fuego y la llamarada me explota en la cara.
Sandra viene a mí y me empuja con violencia. El corazón se me acelera.
—¡Lárgate, niña! ¡Tú no tienes ovarios para meterte conmigo! —Error de la envalentonada abusadora.
¡ZAS!
Le volteo la cara con una bofetada. Tenía ganas de hacerlo, hasta me siento complacida bajo mi capa de histeria. Sandra está equivocada si piensa que le temo y lamentará haber lanzado ese zumo.
—¡Pelea! ¡Pelea! ¡Pelea de gatas! —entonan a nuestro alrededor. El ruedo se estrecha. Somos el espectáculo de un coliseo con un público de críos exigentes.
—¡Esa boca te la callaré de una vez! —le chillo y ella se frota la mejilla. Espero que le esté ardiendo—. ¡Que no se te olvide quién soy!
Ignoro los ruegos de Laurita y Claudia a mis espaldas. Me conformo con que no interfieran directamente.
¡PAM!
Sandra me cruza la cara. ¡Qué estremecimiento!
—¡Eres una puta débil, Bruma!
—¡Ah! —Entro en erupción. Cargo hacia ella hasta embestirla contra la pared—. ¡Estoy harta de ti! ¡Jódete, Sandra!
Mi mano derecha se ensaña con su cabeza. Siempre he sido más ágil y agresiva que ella cuando se trata de repartir golpes, parece que se le olvidó, pero le refrescaré la memoria.
—¡Ah! —se queja de la paliza—. ¡A mí nadie me jode!
Sandra se defiende usando sus brazos como escudo. La muy rastrera me hace gritar al tirar de mis cabellos. Me devuelve las bofetadas en cuanto bajo la guardia.
—¡Dale duro! ¡Revuélcala! ¡Dale su merecido! —animan los espectadores. Supongo que la mayor parte desea ver a esta matona lamiendo el polvo.
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La hermana de mi novio [Disponible en físico en 2 tomos + Extras]
RomanceTras superar mi etapa de rebeldía, mi vida de adolescente se convirtió en un sueño hecho realidad. Mis padres me permitieron vivir sola con mi novio e incluso me asignaron una paga mensual. Mis únicas obligaciones consistían en estudiar y ayudar a m...