La hermana de mi novio [Disponible en físico en 2 tomos + Extras]

Aceptación

Ha pasado casi una semana desde que Laura se fue. Desde aquella tarde, el invierno se volvió más frío y el cielo se vistió de gris para llorar tanto como yo. Mis días de reclusión en casa me han aislado del mundo y me han permitido desahogarme, eso ha sido gracias a la expulsión del instituto por mi pelea con Sandra.

A solas e ignorando el insoportable teléfono, he ahogado mis gritos sobre la almohada, he roto algún plato para liberar la frustración, he fundido mis lágrimas con el agua de la bañera y he deseado padecer amnesia. Laura ha destrozado mi corazón y con él, mis sentimientos y mis ilusiones. Nuestras fotos, nuestros detalles, solo veo decepción y engaño en cualquier cosa que miro. Lo único que ha quedado en mí es un profundo dolor y rencor hacia esa niña.

Sufrí cuando creí que Eric me traicionaba con Daniela, sufrí cuando Eric fue duro conmigo, sufrí cuando rompí con él, sufrí por perder a mi mejor amiga, sufrí mucho cuando Laura me dejó, pero todos esos sufrimientos juntos no igualan el que ella ha sembrado en mí. Ya no creo en el amor, ni siquiera lo siento en mi interior. Esa mentirosa me ha generado un vacío abismal, tanto que he tenido pesadillas en las que Laura me empuja hacia un pozo sin fondo, hacia una oscuridad absoluta desde donde veo el único punto luminoso cada vez más lejos.

¿Por qué jugó conmigo? ¿Por qué me utilizó? A pesar de que le entregué todo de mí, ¿por qué me mintió? ¿Por qué me enamoré de una loca desconsiderada? Día y noche me he atormentado con las mismas preguntas y, al final, llegó a la misma conclusión: Laura es cruel, manipuladora, una verdadera niña del exorcista. He sido su juguete durante estos meses en los que creía que vivíamos algo especial. Debí ser menos tonta para darme cuenta de todo lo que sucedía a mi alrededor. Todas esas escapadas misteriosas de ella significaban que estaba realizando sus fechorías, dañando a alguien, y luego venía a mí para endulzarme con sus mentiras de amor.

Después de todo, soy una débil porque no tuve valor para abofetearla por todo lo que me hizo. Se rio de mí e intentó manipularme hasta el último segundo y yo no fui capaz de hacer algo al respecto. Al menos, no me tragué ninguna de sus historias baratas esa vez. Loca embustera.

Estos días sin ella han tenido un sabor más amargo por Eric. He sido su paño de lágrimas, su único consuelo, y me pesa porque sufre por otra falsedad originada por su diabólica hermana. Yo ya no sé cómo mirarlo porque me siento ridícula, porque lo he engañado con su propia sangre, con una persona que me ha pagado con una puñalada peor. Él ha intentado contactar con Laura, pero ella no responde al teléfono. Si no fuera porque sus padres le han confirmado que está bien, Eric habría cogido el primer vuelo disponible para asegurarse de que ella no ha cometido una de sus locuras. Sin embargo, la forma de desaparecer de Laura entristece a Eric porque le recuerda la distancia emocional que surgió entre ellos en el pasado. Siento pena por él porque no conoce ni la mitad de la verdad ni se imagina el desequilibrio mental que tiene su "hermanita", pero estaré a su lado el tiempo que haga falta.

Tarde o temprano, Eric y yo asumiremos que Laura no regresará. Por mi parte, espero no saber nada más de ella en mi vida. Mis sueños se han roto, pero tengo la esperanza de que un día despertaré y el recuerdo de Laura estará enterrado.

***

Me tomé dos días más de absentismo por propia voluntad, porque la llorera y el puñetero malestar en el pecho me impiden continuar con mi vida normal. Apenas tengo apetito, el nudo en la garganta me asfixia desde que me levanto hasta que me acuesto, se me olvida la comida en el fuego, el frío me quema como si estuviera en una hoguera, usar mis lágrimas como tinta en mi diario no me ayuda y tampoco me concentro para dibujar una simple flor porque solo veo tormentas que derivan en garabatos.

Estoy destruida y todo me recuerda a ella. El sofá que conoce nuestras travesuras más íntimas, la mesa en la que compartimos tantas comidas y risas entre tareas del instituto, el baño en el que la vi desnuda por primera vez y la bañera en la que navegamos en busca del amor, la cocina y nuestro arte culinario con sabor a pasión. Todo fue una fantasía creada por ella y yo la viví como si fuera real. No me he atrevido a entrar en su habitación, ni siquiera para limpiarla porque no podría soportar el desborde de recuerdos dañinos.