Eric, Laurita y yo nos reunimos con los demás en la entrada de la feria. Somos un montón, tantos que parecemos una excursión de primaria. Flor y las chicas, varios compañeros de clase con Mauro a la cabeza, Víctor, Aura y Sam. Si cobrara comisión por traer a gente, me haría con un buen dinero. Las presentaciones son un caos, demasiados nombres que dudo que recuerden entre sí.
Un invitado sorpresa es Gerardo, con quien no coincidía desde hacía tiempo. Víctor, Aura, Roberto y Sebastián lo acogen enseguida. El aspirante a bibliotecario es bienvenido entre nosotros.
—Hola, chicos. —Mi mayor asombro surge con la presencia de Patricia. ¿Quién la habrá avisado para venir? Aunque aún no olvidamos su infame acto, no le hacemos el vacío y la saludamos.
—Hola, Patri. —Gerardo la atiende con más entrega que los demás.
—Me alegra que decidieras venir —le dice Laurita. ¿Hay algo que desconozco?
—Gracias por invitarme. No sabía si os incomodaría, pero aquí estoy —le dice Patricia a Laurita. ¿Eso significa que mi chica le pidió que viniera? ¿Mi amor la habrá perdonado?
—Divirtámonos —dice Laurita sonriente.
—¡Eso! Pero nos zampamos algo antes, ¿no? Vengo con hambre —propone Mauro y la mayoría coincide con él.
Estos devoradores atacan directamente trozos de pizzas y perritos calientes con gaseosas para bajar el atracón. Por alguna razón, Eric ríe como si le estuvieran haciendo cosquillas. Él, mi chica y yo repetimos ronda al ser contagiados por el apetito colectivo. Más comida caliente.
—¡El Pikachu es tan kawaii! —Aura toca el peluche de mi chica mientras bebe su refresco—. Quiero uno.
—Si me pagas los dardos, yo te lo consigo. Laura, ganaré un peluchito con corazón para ti —dice Mauro con un guiño de ojo y muerde su hamburguesa. Empieza su versión de conquistador.
—Podrías ser más caballeroso con la chica y conseguirle el Pikachu sin que ella te lo pague. No te preocupes por Laura, yo ya le prometí uno de San Valentín anticipado. —Sam pisando fuerte.
—Entonces sé tú un caballero con ella, de Laura me ocupo yo, amigo. —Mauro le da un par de palmadas en el brazo y sonríe victorioso.
—Creo que regresarás a casa cargada de peluches —le murmura Eric a Laurita y ambos ríen.
—Pretendientes pretenciosos —comenta Dayana con humor.
—No voy a renunciar a mi promesa por ti. Tienes los humos un poco subidos, ¿no? Me da que recogerás tu orgullo del suelo si juegas y no un peluche —dice Sam burlesco.
—¿Qué dices? Vamos ahora mismo a ver quién gana un peluche para Laura. Quedarás muy mal por bocazas —lo desafía Mauro. Esto no se quedará así.
—La que os va a ganar soy yo. Vais de gallitos y os cortaré las espuelas. Venga, os reto. Vamos al de lanzar pelotas, que os lo que os falta —digo y los que están en nuestro círculo se echan a reír. Me meto mi pedazo de pizza restante en la boca hasta parecer un globo a punto de estallar, apenas me queda sitio para masticar, y Laurita se carcajea.
Mauro y Sam aceptan mi propuesta, cosa que juega a mi favor porque he comprobado que soy pésima con los dardos y no me fío de las escopetas de las casetas de tiro. Nos acercamos a un quiosco presumiendo de puntería. Una parte de nuestros amigos nos sigue para presenciar el espectáculo. Yo misma hablo con el señor que nos atiende para negociar el premio en base a la competencia y él acepta. Ganará el que más acierte y más latas derribe. En caso de empate, repetiremos.
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La hermana de mi novio [Disponible en físico en 2 tomos + Extras]
RomanceTras superar mi etapa de rebeldía, mi vida de adolescente se convirtió en un sueño hecho realidad. Mis padres me permitieron vivir sola con mi novio e incluso me asignaron una paga mensual. Mis únicas obligaciones consistían en estudiar y ayudar a m...