Pasado y Presente

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La pregunta de Laurita me pone en una situación delicada. Contarle la verdad implicaría reavivar viejos recuerdos que escondo bajo llave. Además, es muy probable que la decepcione cuando sepa quién fue mi primer amor. Debería mentir... No se lo diré. Ella no leyó esa información en mi diario...

—Laurita... —Estoy a punto de alimentar el engaño, pero me detengo en su inocente carita. La acaricio. Me pierdo en sus ojos saltones... No puedo hacerlo. No puedo infligirle daño ocultándole esta verdad. Ella se entrega cada vez más a mí y debo agradecérselo respondiendo con sinceridad a sus preguntas. Si quiero que ella se abra conmigo, yo debo hacerlo con ella—. Sí hubo alguien hace mucho tiempo, antes de estar con Eric...

Estoy nerviosa. Mi pecho se agita. Ojalá y no esté cometiendo un error al confesarlo.

—Cuéntamelo, por favor —pide y sigue rozándome con su dedo.

—Espero no decepcionarte. Tuve una relación extraña con... con Sandra... No fue nada... —Me quito un gran peso de encima con esfuerzo, aunque me asusta la pasividad de Laurita.

—No me decepcionas, pero me gustaría que me contaras todos los detalles. Ella te llama Bruma por alguna razón y vi su tatuaje. Si no quieres, lo aceptaré igualmente. Tú me has respetado y no me has presionado ni una sola vez para hablarte sobre mi pasado. —Laurita es muy observadora y comprensiva. Ya le he confesado la parte más difícil, así que el resto será más sencillo, aunque me incomoda recordar esa historia.

—Vale, te diré todo. —Desvío mi mirada hacia el techo para revivir esa página marchita de mi vida y porque no puedo contemplar a Laurita mientras hablo sobre esto—. Sandra y yo nos conocimos a inicios del primer año de secundaria. La muy cabrona quiso molestarme, pero le planté cara. Después de tirarnos de los pelos, nos hicimos amigas. Lo que no consiguió peleándose conmigo, lo consiguió con su posesiva amistad. Me arrastró a su mundo tóxico. Peleas, rebeldía, porros, ya te podrás imaginar. Nosotras contra el mundo, eso nos unió demasiado. Siempre andábamos juntas y nos expresábamos el cariño a base de golpes y abrazos, entre otras locuras suyas. —Como quemarme con el cigarrillo, la muy desgraciada—. Una tarde de invierno en la que holgazaneábamos en nuestro puesto de vigilancia habitual de la playa, Sandra y yo nos abrazamos como de costumbre y para entrar en calor, pero ella fue un paso más allá y me besó. Ese fue mi primer beso. —¡Qué lamentable!—. Me sentí extraña, aunque no me disgustó. A partir de entonces, los besos ocultos formaron parte de nuestra amistad. De hecho, tuve muchos rollos amorosos con muchos idiotas y seguí besándome con ella en secreto. —Tal vez debí callarme esa parte, solo muestra lo infiel que he sido—. Y... Bueno, luego vino lo de Bruma. Ella sabía que me apasiona el mar y quería ponerme un apodo relacionado con él, pero con un aire siniestro acorde a nosotras. Si hasta me teñí el pelo de este color por sugerencia suya, soy castaña en realidad. —Esta parte la rememoro con entusiasmo. Creo que fue de lo poco positivo que hubo entre Sandra y yo—. Se le ocurrió Bruma por la niebla que se forma en el mar. Yo la llamé Rosa Negra. —De ahí surgió su primer tatuaje en la parte baja de su espalda y la idea inicial del mío en mi vientre—. Como es de suponer, se tatuó Bruma por mí... Pero eso trajo problemas. Ella quiso que fuéramos más íntimas y yo no estaba preparada para sobrepasar los besos y algún que otro tocamiento. —Además, Sandra era muy tosca y dominante—. Tuvimos fuertes discusiones por eso. Yo era una niña confusa, no estaba segura de lo que hacía. Mientras nos distanciábamos, conocí a Eric y todo cambió. Fin de la historia.

¡Qué liberación! Nunca le había contado esto a alguien. Era un secreto entre Sandra, mi diario y yo. Por fin lo he dejado volar y me brota una alegre sonrisa. He sacado un pajarito de una jaula.

Sin embargo, cuando regreso la mirada a Laurita, la encuentro con lágrimas en los ojos.

—¡No, Laurita! ¿Por qué lloras? —Se las seco, la beso. Seguro que metí la pata expresando tantos detalles—. Eso es el pasado. Tú eres la primera chica que quiero de verdad. Contigo no tengo dudas, ya no. Sandra no tiene significado para mí. Créeme, por favor. ¿Qué te hiere?

La hermana de mi novio [Disponible en físico en 2 tomos + Extras]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora