¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-- Maldito el día que te conocí.
-- Jagi... no me dejes.
El día de hoy me encontraba saliendo del trabajo rápidamente para ir a una cita con mi novio, Soobin por nuestro segundo aniversario pero él lo olvidó por completo e incluso hizo planes con los chicos, era algo imperdonable para mí.
-- ¿no puedes recordar una maldita fecha? No olvidas los días como tu cumpleaños, Navidad ni el día de las apariciones de Seokjin en la televisión o en algún lugar, pero ¿olvidas nuestro aniversario? ¿Enserio Soobin? -Reclamé llorando de rabia- ¿cómo fue que me enamoré de tí? Fui muy tonta al haber pensado que harías una diferencia.
-- Jagi, espera te recompensaré, haré lo que quieras o haz lo que quieras de mi pero por favor no me dejes -tomó mi brazo suplicante-. Fuí un total idiota al haber olvidado tal cosa pero fue un descuido, prometo ser mejor, poner más atención incluso llevarte a donde quieres y yo pagaría todo no me importa pero por favor no salgas por esa puerta dejándome sólo.
-- Soobin -retiré su mano-, Ni siquiera pasas tiempo aquí por el grupo ¿y esperas que me crea que pondrás más atención? No es por que no crea en ti, simplemente debes poner en orden tus prioridades y tu mente, llevaste todo al límite sin siquiera pensarlo.
-- ¿Entonces es un tiempo?
-- Eso dependerá de tí.
Me dirigí hacia la salida tomando mi abrigo para poder irme a mi departamento. Era un lindo día de otoño, casi invierno y ese simple momento arruinó todo para mi.
-- maldita sea, ¿Por qué me duele tanto? Déjalo por su bien -lloraba en la calle-
Pasaron varios días, semanas, meses, fue alrededor de 2 meses y medio en mitad de la nieve me encontraba patinando pensativa recordando aquel día.
-- Maldito el día en que te conocí.
¿Había sobrepasado mi línea? En caso de haberlo hecho no recibí noticia alguna de ellos más que las que yo conseguía por los medios; ni siquiera se sintió mal por lo que veo. Sumida en mis pensamientos una persona pasó golpeando mi hombro haciendo que perdiera el equilibrio casi callendo pero unas manos grandes y fuertes abrazaron mi cintura haciéndome chocar contra su pecho en lugar del suelo; el tacto era cálido, me era familiar y yo miraba hacia abajo sonrojada de la vergüenza, me ayudó a incorporarme pero no retiro sus brazos, miré hacia arriba agradeciendo.
-- Le agradezco mucho pero ¿le importaría... - no puede ser, mi rostro se volvió pálido y mi corazón dió un vuelco en mi pecho-. ¿S-Soobin?
