ii.- Bianca Di Angelo obtiene un arco

2.3K 343 192
                                    


—Ah... Bueno —dijo Percy aturdido

Lo cual no fue nada comparado con lo de Grover. Él ahogó un grito, se arrodilló en la nieve y empezó a gimotear:

—¡Gracias, señora Artemisa! Es usted tan... tan... ¡Wow!

—¡Levanta, niño cabra! —le soltó Thalia—. Tenemos otras cosas de qué preocuparnos. ¡Annabeth ha desaparecido!

—¡So! —dijo Bianca di Angelo—. Momentito. Tiempo muerto

Todo el mundo se la quedó mirando. Ella los fue señalando, uno a uno, como si estuviera repasando las piezas de un rompecabezas.

—¿Quién... quiénes son todos ustedes?

—Rocío, mucho gusto —dijo la castaña soltándose de la cazadora.

—Hola —saludo Nico corriendo a abrazarla.

La expresión de Artemisa se ablandó un poco.

—Quizá sería mejor, mi querida niña, saber primero quién eres tú. Veamos, ¿Quiénes son tus padres?

Bianca miró con nerviosismo a su hermano, que estaba contemplando maravillado a Artemisa y a Rocío.

—Nuestros padres murieron —dijo Bianca luego de que Rocío le diera un asentimiento—. Somos huérfanos. Hay un fondo que se ocupa de pagar nuestro colegio, pero —titubeó—... ¿Qué pasa? —preguntó—. Es la verdad.

—Tú eres una mestiza —dijo Zoë Belladona, cuyo acento era difícil de situar. Sonaba anticuado, como si estuviera leyendo un libro viejísimo—. A fe mía que uno de vuestros progenitores era un mortal. El otro era un olímpico.

—¿Un olímpico? ¿Un atleta, quieres decir?

—No —dijo Zoë—. Uno de los dioses.

—¡Qué genial! —exclamó Nico

Rocío contuvo una carcajada sarcástica.

—¡Ni hablar! —terció Bianca con voz temblorosa—. ¡No lo encuentro nada genial!

Nico se había puesto a dar saltos.

—¿Es verdad que Zeus tiene rayos con una potencia destructiva de seiscientos? ¿Y qué gana puntos extra por...?

—¡Cierra el pico, Nico! —Bianca se pasó las manos por la cara—. Esto no es tu estúpido juego de Mitomagia, ¿sabes? ¡Los dioses no existen!

—Ya sé que cuesta creerlo —le dijo Thalia—, pero los dioses siguen existiendo. Créeme, Bianca. Son inmortales. Y cuando tienen hijos con humanos, chicos como nosotros, bueno... la cosa se complica. Nuestras vidas peligran.

—¿Cómo la de la chica que se ha caído? —dijo Bianca. Rápidamente se arrepintió al ver como Rocío se tensaba.

Thalia se dio la vuelta. Incluso Artemisa parecía afligida.

—No desesperen —dijo la diosa—. Era una chica muy valiente. Si es posible encontrarla, yo la encontraré.

—Entonces ¿por qué no nos dejas ir a buscarla? —preguntó Percy.

—Porque ha desaparecido. ¿Acaso no lo percibes, hijo de Poseidón? Hay un fenómeno mágico en juego. No sé exactamente cómo o por qué, pero tu amiga se ha desvanecido.

Rocío seguramente se habría acercado al acantilado de no ser porque Nico la había tomado de la mano y seguía saltando.

—¿Y el doctor Espino? —intervino Nico, levantando la mano—. Ha sido impresionante cómo lo han acribillado. ¿Está muerto?

BITTERSWEET | pjoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora