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iv.- La hora de la charla incomoda

Los días siguientes fueron tranquilos para Rocío, nada había variado en su rutina, incluso habían llegado a ser aburridos, pero lo interesante había sucedido el martes, en la primera lección de combate con espada de Percy.

Empezaron con los tajos y estocadas básicas, practicando con muñecos de paja con armadura griega, y luego en parejas.

—Oh ¿serán compañeros? —pregunto Rocío mirando a Luke y a Percy

—Si. Creo que es buena idea, teniendo en cuenta que es su primera vez... —explico Luke pasando su brazo por los hombros de la menor

—Ósea me quede sin pareja —bufó la niña

—Debe haber alguien solo, pulga —dijo estirando el cuello para buscar a alguien

—No queda nadie. Iré con Lani —aviso apuntando las gradas donde estaba la hija de Afrodita—. Espero que tu suerte de principiante te acompañe, Luke es el mejor espadachín de los últimos trescientos años

—Awww. ¡Me halagas, pulga! —dijo dándole un beso en la coronilla para luego alejarse

—A lo mejor afloja un poco conmigo —dijo Percy

—Si eso te deja dormir por las noches...

La menor se dirigió hacia las gradas y se sentó junto a su amiga. Lani tenía la vista fija en sus uñas color rosa pastel mientras se las limaba.

—Creía que odiabas el ruedo —cuestiono Rocío sentándose junto a ella

—¡Oh y lo odio! —exclamo dejando en paz sus uñas—. Solo vine por ti... Sabes que no me llevo con la espada

—Sigo sin comprender como nos hicimos amigas

—Calla y gózalo —intervino la amante del rosado

Se quedaron calladas unos segundos mirando las practicas, específicamente una de las parejas.

Luke le enseñaba a Percy los ataques, las paradas y los bloqueos de escudo a la manera dura. Con cada golpe, acababa un poco más machacado y magullado.

—¿Y bien? —pregunto Lani subiendo y bajando las cejas un par de veces

—¿"Y bien" qué?

—No puedo creer que seas tan lenta —se lamentó—. ¿Cómo vas con Percy? ¿ya son algo?

—Somos conocidos —respondió Rocío quitando su vista del chico—. No hemos hablado de nada que no fuera por cortesía —mintió omitiendo el hecho de que le había comentado algo de su padre

—No te le acercas, debes poner de tu parte

—¿Para qué? No necesito más amigos, además no quiero

—¡Claro que quieres! —grito llamando la atención de todos—. ¿Qué? ¿ya no se puede gritar en paz? Sigan en lo suyo

Todos decidieron ignorarlas, sabían lo mucho que se emocionaba la hija de Afrodita por cosas simples. Siguieron practicando mientras Luke daba órdenes y Percy intentaba seguirlas.

>>Debes dejar entrar personas a tu corazón, amiga. Y él es un buen chico

—Te deje entrar ¿no te basta? —pregunto exasperada la hija de Iris—. No quiero hablar de eso

—Ok —acepto la mayor por un mes—. Pero recuérdalo, deberías dejar de levantar murallas para "protegerte", mira lo que sucedió con Troya.

—Yo no estoy en guerra —dijo dando por cerrado el asunto por cerrado

—¿Quién está en guerra?

La voz de Percy hizo reventar la burbuja de las dos amigas. Se habían tomado un descanso. Todos se apiñaron junto al refrigerador de bebidas. Luke y Percy iban choreando sudor.