A primera vista, las cosas no parecían tan diferentes. La Casa Grande seguía en su sitio, con su tejado azul a dos aguas y su galería cubierta alrededor; los campos de fresas seguían tostándose al sol. Los mismos edificios griegos con sus blancas columnas continuaban diseminados por el valle: el anfiteatro, el ruedo de arena y el pabellón del comedor, desde donde se dominaba el estuario de Long Island Sound. Y acurrucadas entre los bosques y el arroyo, las cabañas de siempre: un estrafalario conjunto de doce edificios, cada uno de los cuales representaba a un dios del Olimpo.
Pero ahora el peligro estaba en el aire y podías percibir que algo iba mal; en vez de jugar al voleibol en la arena, los consejeros y los sátiros estaban almacenando armas en el cobertizo de las herramientas. En el lindero del bosque había ninfas armadas con arcos y flechas charlando inquietas, y el bosque mismo tenía un aspecto enfermizo, la hierba del prado se había vuelto de un pálido amarillo y las marcas de fuego en la ladera de la colina resaltaban como feas cicatrices.
Rocío quiera ponerse a llorar como una niña pequeña a la que le arrebataron su dulce favorito.
Mientras se encaminaban a la Casa Grande, todos reconocieron a Rocío, pero nadie se detuvo a charlar. Nadie le dio la bienvenida. Algunos reaccionaron al ver a Tyson, pero la mayoría pasó de largo con aire sombrío y continuó con sus tareas, como llevar mensajes o acarrear espadas para que las afilasen en las piedras de amolar. El campamento parecía una escuela militar.
Nada de todo eso le importaba a Tyson, pues estaba absolutamente fascinado por lo que veía.
—¿Qués-eso? —preguntó asombrado.
—Los establos de los pegasos —le dijo Percy—. Los caballos voladores.
—¿Qués-eso?
—Ah... los baños.
—Ojitos marinos los conoce bien, especialmente un retrete del baño de chicas —comento Rocío recordando lo que había sucedido el año pasado
—Muy graciosa —respondió Percy con sarcasmo
—¿Qués-eso?
—Las cabañas de los campistas; si no saben quién es tu progenitor olímpico, te asignan la cabaña de Hermes (esa marrón de allí), hasta que determinan tu procedencia. Una vez que lo saben, te ponen en el grupo de tu padre o tu madre.
Lo miró maravillado.
—¿Tú... tienes cabaña?
—La número 3 —señalé un edificio bajo de color verde, construido con piedras marinas
—¿Tienes amigos en la cabaña?
—No. Sólo yo
—Ahh ¿Tú tienes cabaña, Rocío?
—Se podría decir que sí. Soy hija de Iris, pero Hermes me "adopto" así que técnicamente mi cabaña es la 11
—¿Tienes amigos ahí?
—Me gusta más llamarlos "hermanos"
***
Encontraron a Quirón en su apartamento, escuchando su música favorita de los años sesenta mientras preparaba el equipaje en sus alforjas.
Nada más verlo, Tyson se detuvo en seco.
—¡Poni! —exclamó en una especie de arrebato.
Quirón se volvió con aire ofendido.
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BITTERSWEET | pjo
Fanfic·˚ˑ༄ B ⧘ ❛ Si seguimos contando las veces que te he salvado, me deberás la vida ❜ Rocío no era totalmente una semidiosa común, pero ¿Qué es común en el mundo mitológico? y con profecías no se p...