ii.- Rocío: Guía turística

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Nuestra protagonista estaba recostada en una alta rama de uno de los árboles, que estaban cerca de los campos de fresa, mirando el bello paisaje que se le ofrecía desde la altura, pero no todo era perfecto.

—¡Helena, bájate de allí!

La mencionada miro hacia bajo encontrándose con Lani, quien, como la mayor parte del tiempo, traía una cesta de mimbre bajo el brazo y llena de algunas flores.

—¡Ya te he dicho que prefiero que me llames por mi segundo nombre! —se quejó Rocío mientras bajaba de un salto

La hija de Afrodita sonrió divertida y le extendió un par de fresas que llevaba junto a las flores

—No te pongas de mal humor —si había una forma de calmar el enojo de la menor era con fresas o pizza—. Quirón me pidió que te mandara a la casa grande

—¿Me acompañas? —hizo un puchero y puso carita de gatito bebe

—Vamos —respondió sin lograr resistirse a las caritas de su amiga


* * *


Estaba sentada en el porche de la casa grande mirando las nubes. Su conversación con Quirón ya había terminado y concluido en lo mismo que la pasada, debía ser amable con el chico nuevo. Melania se encontraba haciendo unas coronas de flores, y el centauro jugaba cartas con el Sr. D. Ósea, Rocío no tenía nada más que hacer.

—¿Sabían que los delfines se drogan? —comento a nadie en especial. Todos voltearon a verla— Si, lo descubrí hace un par de semanas. Verán, mastican cuidadosamente un pez globo por un rato, los delfines entran en un peculiar estado de trance, dando vueltas cerca de la superficie, como si estuvieran fascinados con su propio reflejo... Esto se debe a que el veneno del pez globo produce un efecto narcótico solo si se consume en pequeñas cantidades, ya que es tetrodotoxina, una toxina que en grandes cantidades puede ser más mortal que el mismísimo cianuro.

—¿Dónde aprendiste eso? —cuestiono Quirón

—En uno de los libros de biología marina que me mando de cumpleaños mi padre —le restó importancia a medida que veía una nube con forma de conejito

—¿Aprendiste que los delfines se drogan, pero no la pirámide política de la antigua Grecia? —pregunto incrédulamente Quirón

—Ese dato es interesante... la política no.

—Y aun así eres tan inteligente como los de la cabaña 6 —comento Lani como si lo lamentase. La niña se encogió de hombros desinteresada. La nube conejito era más interesante

Cada uno siguió con lo suyo. No paso mucho cuando unas voces sacaron la atención de Rocío de las nubes.

—... ellas son Melania y Rocío, son simples campistas, pero llevan aquí más tiempo que ningún otro. Y ya conoces a Quirón...

«¿Simples campistas? Gracias Grover, también te considero mi mejor amigo» pensó sarcástica la castaña mirando otra nube

—¡Sr. Brunner!

Al bajar la vista, Rocío se topó con el chico de la enfermería. Cabello negro y desordenado, ojos verdes, pero para incomodidad de ella, la miraba fijamente con la boca ligeramente abierta. La niña rodo los ojos y saco su libreta para dibujar e ignorar al chico.

—Ah, Percy, qué bien —dijo—. Ya somos cuatro para el pinacle... Ya que alguien no quiere jugar —menciono mirando de reojo a Rocío

La menor lo ignoro y siguió dibujando.

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