Pilar Brillante [Concluida]

Cap 16. Opinión de un doctor

- En resumidas palabras... Eres una demonio que, a la vez, es doctora ― dijo Izuku.

- Exacto pero, también quiero acabar con ese hombre que llamaste Kibutsuji... ― dijo.

No muy lejos de ahí...

Muzan y su "esposa" e "hija" estaban parados fuera de un auto.

- ¿Papi no vendrá con nosotros? ― preguntó la niña.

- Todavía tengo conferencias que hacer por mi trabajo, y estoy bastante preocupado por la conmoción de hace un momento ― dijo.

- Esposo...

- Estaré bien. Sólo voy a preguntarle a los policías algunas cosas ― dijo.

El auto se fue por un lado y él por otro. Caminaba por una calle solitaria. Enfrente de él venían tres personas, pasaron por su lado y, sin querer, uno de ellos chocó con su hombro.

- Ouch... ¿¡Acaso no tienes ojos!? ― exclamó el afectado.

- ... Mis disculpas... ― dijo.

Siguió caminando pero él lo jaló del hombro.

- ¡¡Oye, detente!! ― exclamó.

- Lo siento. Tengo unos asuntos urgentes que necesito atender ― dijo seriamente.

- Oye, oye. Esas ropas que estás vistiendo parecen muy elegantes, me molesta. Y esa cara es muy pálida, pareciera que ya hubieras muerto o algo por el estilo ― dijo el sujeto molesto.

Él se le acabó la paciencia y los miró con sed de sangre.

Pocos segundos después, las tres personas murieron. Chasqueó los dedos y dos personas aparecieron atrás de él haciendo una reverencia.

- ¿Cuál es su orden? ― dijeron.

- Quiero remover la cabeza de ese cazador de demonios con aretes hanafuda. ¿Entienden? ― dijo, firmemente.

*****

- ¡¡En serio!! ¡¡A lo que me refería era a esto!! No es sobre el dinero... ¡¡Si no te comes el udon que hice, nunca te perdonaré!! ― exclamó furioso el cocinero.

- ¿Qué hiciste que el cocinero está muy molesto? ― susurró Izuku.

- Creo que por accidente boté su yamakake... ― dijo Tanjirō.

- ¡¡Toma los palillos!! ¿¡Qué hay de ese bambú!? ¡Quítate el bambú primero! ― exclamó el cocinero, hablándole a Nezuko ―. ¿¡Y, tú!? ¿¡Vas a querer algo!?

- ¿Eh? Ah... Yo de hecho ya comí... ― dijo Izuku.

Tanjirō le quitó los palillos al cocinero y se comió un tazón de udon muy rápido.

- ¡¡Ya estoy lleno!! ¡Eso estuvo delicioso! ― exclamó.

- ¡Siempre y cuando lo entiendan está bien! ― exclamó el cocinero.

El cocinero volvió a su puesto, dejando a los jóvenes solos.

Ellos caminaban tranquilamente.

- Tanjirō... Nezuko es un demonio, ¿verdad...? ― preguntó Izuku.

- ¿Eh? S-Sí... ¡Pero ella no le ha hecho daño a nadie en todo el tiempo que lo lleva siendo! Ha sido demonio por más de dos años, y aún así, no le ha hecho daño a nadie... ¿Me crees, verdad...? ― dijo Tanjirō.

- Hm... Conozco a Nezuko desde que ella era un bebé... Estoy seguro que ella nunca lastimaría a alguien... Por supuesto que te creo, Tanjirō... Lamento mucho no haberte ayudado cuando esa tragedia pasó... este título de "el cazador de demonios más fuerte" no sirve de nada si no puedo proteger a los que me importan... ― decía Izuku ―. No fuiste el único que sufrió por ello, de tan solo imaginar lo duro que debió haber sido para ti... se perfectamente cómo se siente... Así que, esta noche haré de tu guardaespaldas, mañana tengo que dar el informe ― dijo.