Cap 9. Hombre

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Time skip 6 meses / Pov. Tanjirō

Mi entrenamiento de descender la montaña necesita ser conducido a lugares más peligrosos y con menos oxígeno. En muchas ocasiones, pensé que yo iba a morir aquí.

- Ya no tengo nada más que enseñarte ― dijo Urokodaki.

- ¿Eh? ― dijo Tanjirō, mientras jadeaba.

Ya hace un año que llegué a esta angosta montaña, y ahora él repentinamente me ha dicho eso.

- A partir de ahora tendrás que demostrar lo que vales. A ver si tú puedes mejorar los conceptos básicos que te he enseñado ― dijo Urokodaki.

Una vez dicho eso, llevó a Tanjirō hasta un lugar de la montaña donde había una enorme roca..

- Si tú eres capaz de cortar esta roca por la mitad, entonces te permitiré ir a la selección final. ― dijo, para luego irse.

- Roca... ― pensó Tanjirō ―. ¿Si quiera es posible que pueda ser cortada en pedazos? ¿Podré hacerlo con una espada? No creo que pueda hacerlo. La espada se romperá...

- ¡Urokodaki-san! ¡Espera un momento por favor! ¡Urokodaki-san! ― exclamó Tanjirō.

Desde ese momento Urokodaki-san, nunca más volvió a enseñarme algo nuevo.

Yo... Continué practicando cada día las cosas que había aprendido de Urokodaki-sensei.

El apuntar cosas básicas en mi cuaderno, como mantener la respiración y la flexibilidad en el entrenamiento, me ayudó bastante. Sin embargo, después de medio año, seguía sin lograr cortar la roca. Me fui poniendo ansioso.

No era suficiente. Mi entrenamiento no era suficiente. ¡Si es que yo no he trabajado duro, entre más duro entonces! Yo... ¿No puedo hacerlo? ¿Nezuko... Seguirá en el mismo estado y morirá así como así?

- ¡¡Necesito entrenar más duro!! ¡¡Más aún!! ― exclamó Tanjirō, desesperado.

- ¡Cállate! ― se pudo escuchar una voz.

Encima de la enorme roca había un joven sentado viendo a Tanjirō.

- Que escena más vergonzosa la de ver a un hombre gritar disparates ― dijo.

- ¿¡Cuándo apareció!? No sentí su olor... Una máscara de zorro...

- No importa qué tan difícil o doloroso se vuelva algo, sólo debes cerrar tu boca y lidiar con ello. Si te llamas a ti mismo hombre, si es que eres un verdadero hombre. ― dijo.

Se levantó de la roca y dio un paso hacía el frente. Como si por arte de magia se tratase, él no cayó al suelo, estaba flotando. Antes de que Tanjirō pudiese decir algo, se lanzó contra él.

Intercambiaban golpes con sus espadas hasta que el sujeto lo lanzó lejos.

- Lento, débil, rígido, tu estado no es el de un hombre en absoluto. ― dijo seriamente el sujeto.

- ¡¡Qué es lo que quieres, lanzándote a los demás tan de repente!! ― exclamó Tanjirō.

- Yo soy quien debería hacer esa pregunta, ¿qué crees que estás haciendo? ― preguntó.

- ¿Qué hago? Estoy entrenando...

- ¿Cuánto tiempo pretendes seguir sentado en el suelo? Párate ― decía, firmemente.

Pilar Brillante [Concluida]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora