Coincidiendo

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(Estos sucesos ocurren entre 15 y 14 años atrás, cuando Izuku tenía entre 17 y 18)

Hace varios años...

Pequeños detalles dan resultado a grandes cambios en el futuro.


―Midoriya-sama. Midoriya-sama. ―decía un Kakushi, llamando a su puerta.

Segundos después, la puerta se abrió.

―¿Sí? ―dijo Izuku, asomándose por la puerta.

―Aquí tiene los ingredientes que nos pidió. ―dijo, extendiendo una canasta con distintos ingredientes y vegetales.

―Oh. Gracias por hacerme el favor. ―dijo, tomando la canasta.

―No fue nada. ¿Necesita algo más? ―preguntó.

―No, no. Sólo era eso. ―respondió a su pregunta con gentileza.

El Kakushi inclinó levemente su torso hacia delante y se fue.

Cerró la puerta y se adentró en su pequeña habitación de estar, ubicada en los alrededores de la sede de El Maestro. Esta contaba con lo necesario para estar tranquilamente, sin lujos. A pesar de que le ofrecieron otra sede igual a la de las mariposas, se negó y prefirió algo pequeño, ya que la mayoría del tiempo la pasaba en Musutafu.

Preparó el arroz, cortó los vegetales y la sopa.

Minutos después, había hecho una sopa con una pinta exquisita.

Ya es veinticuatro de abril. He preparado la sopa que tanto te gustaba por décimo año consecutivo, en este mismo día. ―pensó―. Bien. Provecho.

Comenzó a beber y comer su comida.

Mientras comía, sus recuerdos llegaron y entraron en su mente sin pedir permiso.

―¿Qué pasa? ¿Por qué no quieres que vea? ―preguntaba un Izuku más joven.

―Es una sorpresa. Te gustará. ―dijo una niña, tapando sus ojos.

Varios pasos más adelante, Izuku comenzó a sentir un olor familiar.

―Bien. Ya puedes mirar. ―dijo la chica, quitando sus manos de sus ojos.

Delante de él había una mesa y en esta, una mujer adulta llenaba unos vasos con un jugo natural. Pero lo que más le llamó su atención, fueron los platos de comida, más específicamente lo que había en ellos.

―Esa es... ¿... La sopa de Saori-san? ―preguntó confundido e incrédulo.

―Sí. Mi mamá la hizo para nosotros ―respondió la niña.

―Sí. Sé que les gustaba mucho la receta de Saori, así que decidí hacerla. Aunque es probable de que no me quede como la suya, ya que era original de ella. ―dijo su madre.

Ella se fue a la cocina, dejando a los niños en la mesa.

―¿Quieres comer ya? ―preguntó.

―... Sí. Gracias. ―dijo Izuku.

Ambos se sentaron en la mesa.

―Gracias por la comida. ―dijeron al mismo tiempo.

Ambos comenzaron a comer.

―Hm. Sabe como la de Saori nee-san. ―decía la niña, hablando sin prestarle atención a Izuku―. Aún no entiendo cómo le quedaba tan bien. Definitivamente habría sido una excelente madre. Pero, no tiene el sabor explosivo que causaba en nuestra boca, ¿no lo crees? Aun así me gusta mucho. ¿No es lo mismo para ti, Izu-? ―no terminó de hablar, ya que se sorprendió de ver la expresión de Izuku.

Pilar Brillante [Concluida]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora