Todo de él, su cuerpo, su cabello, sus gestos, sus movimientos, todo me recuerdan a esa persona.
― pensó el demonio.*****
- Agh! ― exclamó un adolescente, que fue arrojado al suelo.- No sirves para nada. Vete de mi pueblo. Eres una deshonra para nuestro clan. No puedo creer que en serio seas mi hijo. No vuelvas aquí hasta que no formes tu propio pueblo con tu esfuerzo ― dijo un adulto, viéndolo con desprecio ―. Si llego a diez y no te has ido, daré la orden de que te asesinen. Diez, nueve...
El chico estaba estupefacto.
Su propio padre acababa de echarlo de su casa y amenazarlo con acabar con su vida sin ningún tipo de compasión.
- Seis, cinco...
En ese momento, reaccionó y comenzó a correr lejos de ese hombre, hasta llegar a las afueras del pueblo.
Nací en el Periodo Edo, cuando el esplendor de los samuráis comenzaba a disminuir.
Mi padre era líder de un "pequeño" clan, pero este era bastante fuerte a pesar de su tamaño.
Todo gracias al talento que poseían nuestros guerreros con la espada.Yo nací con una dificultad para fortalecer mi cuerpo, por lo que, a pesar de ser el hijo del líder, fui el centro de los murmullos de todos.
Eso avergonzaba a mi padre, el cual trataba de ocultarme lo máximo que podía.
Hasta que un día se hartó de mí y me expulsó de su pueblo cuando tenía dieciséis.Desde entonces y por tantos meses que no recuerdo, sobreviví robando.
Cambiaba de pueblo en pueblo cada cierto tiempo.
Hasta que el líder de uno de esos pueblos me capturó.Él se apiadó de mí y me ofreció unirme a su pueblo.
Tuve la leve sensación que podría empezar de nuevo y demostrarle a mi padre que sí valía para algo.
El líder del pueblo, que tenía como nombre Tsugikuni Hakuchō, tuvo paciencia conmigo y entendió mi situación.
Durante un tiempo, dormí en una pequeña habitación, un poco lejos del hogar de Hakuchō.
Hakuchō era un hombre mayor, pero estaba en gran forma.
Yo, que para ese momento debería tener aproximadamente veinte años, comenzaba a entender el esgrima y subía escalones poco a poco en el ejército de Hakuchō.
Un día escuché que, hace muchos años, habían rumores de samuráis que estaban en un nivel muy superior a nosotros.
Todo gracias a que usaban una técnica que involucraba la respiración.Muchos lo intentaron, pero nadie supo cómo hacerlo correctamente.
Yo también lo intenté y, al parecer, le tomé el truco a la respiración.
Gracias a eso, mi fuerza y técnica aumentaron enormemente y subí más arriba.
Estaba orgulloso de mi fuerza.
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Pilar Brillante [Concluida]
FantasyEsta historia va de Izuku, un niño perteneciente a una familia cuyos padres siempre han sido unos excelentes espadachines y debe cargar con la responsabilidad de continuar con el linaje. Varios sucesos crueles azotarán su vida, como a la mayoría de...