Desastrosa Coincidencia. (Aidan Gallagher)

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"Hay personas, instantes y estrellas fugaces... Pero su magia dura toda la vida."

-SHS

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Respira ____. ¡Maldición!
Respira, no es culpa de Hann, ella tenía la orden de "5 minutos después de que Íker salga"

Ahora que estamos todos aquí, es seguro que tengamos una diferencia de sensaciones...

La primera en hablar, es Isha Wayland, la amante de la atención.

-¿Qué está pasando aquí?- hace ademanes de manos y gestos, exagerando, como siempre.

Con una sonrisa que carece de humor, pero exagera de mi fastidio, le contestó elevando la voz.

-¡voy a darte un ascenso!

Apenas digo esto, noto las miradas sorprendidas de Aidan e Íker, entre ello se miran y se hacen un gesto para intercambiar información.

-¡vaya!- Dice Isha sorprendida- Las hormonas del embarazo te están afectando a muy temprano tiempo.

No me hace falta nada, creo que puedo matarla ahora mismo. La chica es realmente idiota.

Lo único que falta, es que mi cabeza saque la llamas que se sienten dentro de mi, estoy tan enfadada, con ese pedazo de tarada, que temo por ella.

Mi cuerpo se impulsa para saltar de la silla, apenas estoy de pie, Aidan me toma por los hombros y me susurra al oído.

-Respira, eres más que un simple chisme.

Mi cabeza procesa lentamente, el cerebro emocional está sobre el racional, por muchos, muchos puntos de ventaja.

Íker tiene sujeta la muñeca de Wayland, y lo primero que escucho de él es:

-¡Por favor, Isha! Todo lo que digas puede ser usado en tu contra, y tienes derecho a guardar silencio.
-¡Cierra la boca, tú! No estamos en un maldito juicio, abogado de cuarta.
-¿De cuarta? Quizá la próxima vez que la policía te detenga en la vía pública, requieras el servicio de un mejor abogado, Diseñadora habladora.
-Bueno, ¡Basta!- la voz me raspa la garganta al salir al exterior, es tan agria que mi boca tiene un extraño sabor amargo.- Parece discusión del jardín de niños, y tú- sentenció con mi dedo índice la anatomía de Isha- te quiero fuera de mi empresa, pero sobre todo, fuera de mi vida.
-¡No, no puedes correrme!
-Sí, si puedo.- apenas terminó de decir esto, me asusta mi tono, me asusta saber que llegue a mezclar lo personal y lo laboral, respiro con dificultad, y vuelvo a continuar agradeciendo que no me tiemble la voz.- Escucha, Isha Wayland, intente que mi código de ética profesional, no se mezclará con el personal, pero estoy cansada de ti, no le puedo encontrar la lógica a tu comportamiento, ¿cuál es tu problema conmigo? Estoy segura que Alex no es el punto de partida.
- No te hagas la idiota, ____, No te mereces a Aidan, ese es mi conflicto, no es justo, Íker se la pasa arrastrándose por ti, piensas que todo el mundo gira por ti, y sólo eres una idiota que piensa que el cuento de hadas en el que vive, lo merece porque mi hermano le jodio el corazón.

Su rabia es palpable, estaba montada en una actitud difícil, el problema era que ¿soy simplemente yo? Por alguna razón nadie más hablaba, quizá era sólo porque no entendíamos el punto real, o lógico, no puedes simplemente ir por la vida odiando a la gente por lo que es o tiene, no sabes que tanto sufrió o trabajo por ello. Rayos, Isha Wayland necesita ayuda.

- No era de tu incumbencia ir por la empresa divulgando algo personal mío, si Aidan y yo estuviéramos esperando un bebé, sería asunto nuestro decirlo o no decirlo.
-No van a tener un bebé- afirma para ella misma, y sonríe con mucha, mucha maldad. - Y espero que no puedan tenerlo nunca.