Desastrosa Coincidencia. (Aidan Gallagher)

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"¿Podemos soñar lo mismo? Estamos durmiendo en la misma almohada."

- SHS

[Aidan]

Es la tercera vez que bostezo, tengo suficiente sueño como para seguir pasando el tiempo de pie en un aeropuerto con tantas personas.

¿Por qué hay gente que decide viajar tan temprano?

Doy un sorbo exagerado a mi vaso térmico de café, haciendo que este me queme la lengua, jalo aire frío y cierro mis ojos antes de escuchar a ____.

-Solo si es una emergencia, Hann. Clasifica todas las situaciones del 5 al 10, y sólo vas a pasarme un 11. ¿Vale?

Por un momento siento que habla enserio, su intimidante tono hace que un par de personas al paso la miren, su ceño está fruncido, pero no tarda ni cinco segundos cuando se relaja y sonríe.

-Eres maravillosa, Gracias.

Cuelga con una sonrisa radiante el móvil que ha comprado en una tienda de tecnología en este aeropuerto, hace apenas 10 minutos.

-Tengo lista la agenda, si algo realmente es una emergencia Hann me hablará a este móvil- cuando apaga su ahora antiguo teléfono, lo mete a la bolsa de mano y se le nota más relajada.
-¿Tienes tú los boletos?
-¿Bromeas? Te los he dado a ti- dice con un enérgico tono de angustia, mi sentido de alarma despierta todo centímetro de mi, mi cerebro funciona al mil por ciento.
¿Dónde los dejé?

Su risa retumba en mis oídos.

-Solo juego, mi vida, pero me alegra que por fin despertaras bien.
-No dormí nada, tenía miedo que perdieramos el avión.
-Bueno- dice mirando su reloj- pues si no nos damos prisa, si vamos a perderlo.

Arrastra su maleta en los blancos y sincronizados azulejos haciendo un peculiar sonido de rastro con las rueditas que facilitan su manejo.
Aceleró mi paso lo suficiente para avanzar a su par, y una vez que concuerdan los pasos, bajo el ritmo y disfruto de la vista de locura, personas corren de un lugar a otro con las manos llenas de bolsas y maletas, otras disfrutan pada paso pequeño, con atinados bronceados, personas de traje formal y otros tantos con sólo jeans y sudaderas. Los aeropuertos siempre tienen gente a la hora que los mires, abrazos, lágrimas, besos, que inhalas para saborear ese sentimiento real y poco visto en las calles de la loca ciudad.

-¿Su boleto?

Miro a todos lados buscando a _____, quien está frente al túnel aguantando una risilla que baila de un lado a otro en sus labios.

-Le dije que era sonámbulo- canturrea para ella y la azafata. Ambas ríen como si se conocieran de toda la vida, y entre miradas con mensajes ocultos, me piden que camine ahora mismo, cuando por fin logró reaccionar, escucho el timbre de un teléfono móvil, su sonrisa de mi pequeña desaparece al instante, rebuscar en la bolsa izquierda de su abrigo y se lleva el aparatito a su oído.

>>llamada...

-¿Hann?

El estómago me da un vuelco, ¡mierda!
Escucha atenta lo que sea que le diga Hannha al otro lado de la línea, su mirada aterrada se pasa en mí sólo unos segundos.
Mi respiración se ahora en mis pulmones y la cabeza me da muchos pinchazos, mi corazón está furioso, mis costillas lo pagan, quiero quitarle el maldito celular, quiero quitárselo y arrojarlo lejos, mientras la obligó a subir al avión.