Desastrosa Coincidencia. (Aidan Gallagher)

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"Si no te tardas mucho, te espero toda la vida".

- Oscar Wilde.

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-¡eres un jodido imbécil!
-Bueno, ya, lo siento.
-¿Lo sientes, de verdad?
-No.

Responde con sinceridad y esa risa, chillona y patética.

-¡Eso es lo que te hace un jodido imbécil!
-¡Ya entiendo! No más insultos, ¿Por qué no vas y actúa como una niña grande? Ambos tienen una edad prudente para saber hablar y razonar.
-No es tan fácil como crees.
-¿No? Entiendo que ambos se gustan y tuvieron un encuentro casual alcohólico.
-Baja la voz- digo sintiendo mis oídos calientes por la vergüenza.
-____, estamos en el auto, nadie puede escucharnos, ¿no fue por eso que aquí estamos?
-Rich, es tan difícil entender que el piensa de mi lo peor.
-¿Y se dieron la oportunidad de ambos decir lo que pensaban?
-Bueno, no.
-¡Lo ves! Ambos son patéticos.
-Ni siquiera se porque te lo dije todo.
-¡Porque soy tu primo favorito, tonta!
-Esta bien, hablaré con él.
-¿segura? Puedo llevarte ahora mismo a tu casa.
-¡No!
-No puedes estar en la casa del árbol por horas, eres una adulta.
-Bien, mañana por la mañana me pasaré por su oficina para hablar con él.
-Es un mal lugar.
-¡Ricardo!
-Estoy tratando de ayudarte, no te pongas en un plan de niña mimada, consentida y berrinchuda, no pueden hablar en la oficina de todo y con todo me refiero a que debes aclararle que la noche que pasaron juntos no fue un error.
-Eso lo dijo él- digo palpando en mi lengua el dolor de esas incómodas palabras.
-¿y tú por qué crees que lo dijo?
-Porque es un imbécil.
-¡para ya! Queda prohibida la palabra, te lo digo enserio, como tú primo mayor. Él dijo lo que tú querías decir, él dijo lo que él no quería escuchar, y te lo ahorró, y trato de convencerse el mismo de esa tontería.
-¿Por qué lo defiendes a él?
-No lo estoy defendiendo, entiendo que estés molesta por lo que llegó a pensar y lo que dijo, eso merecía un buen golpe en las bolas, pero ahora piensa tú por él, ¿Qué pasaría si la chica que más lo ha lastimado, llega un día de estos y parece que a la que tiene ganas de joderle el corazón es a ti?

Guardo silencio. Es lo mejor que puedo hacer, entonces miro por el retrovisor mi cabello, es un desastre perfecto, se parece a mis pensamientos, lo acaricio con mis dedos mientras respiro controlando la revolución de mi interior, veo el sol brillante y enseguida un auto que conozco bien, es su auto, Aidan.

-¿Quieres entrar con los abuelos?
-Estoy hablando enserio- pero entonces voltea su cabeza y pregunta- ¿Quién es?
-Eso mismo quiero saber.

Bajo del auto a todo prisa, mi corazón va del tun tun, tun tun.
Su cara está en un profundo gesto de disgusto, alega de manera fuerte con el teléfono en manos. No nota que estoy ahí, hasta que toco la ventana con mis nudillos, obteniendo toda la atención.
Su cristal baja y me mira con ojos impacientes.

-¿Qué haces aquí?

Niega. Mira el carro de Rich con atención y me mira esperando una respuesta.

-¿Qué haces aquí?- repito de nuevo fuerte y desesperante.
-Sube- dice al mismo tiempo que bota los seguros del auto, me tiemblan las piernas, las manos, el corazón.
-¿Por qué demonios tienes el auto de Aidan?- respondo con el corazón en la mano.
-Aidan fue a tu departamento esta tarde.
-¿Y qué paso?
-Iker fue a tu departamento está tarde- imita su tono desenfadado anterior.
-¡No es cierto!- recito de manera fugaz, como un susurro.- ¿Qué demonios hacían ustedes tres ahí?