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"Solo imagina lo precioso que puede ser arriesgarse y que todo salga bien".

- Mario Benedetti.

[ _____ ]

Mierda, ____.
Mierda, respira. Sólo te han visto en ropa interior, muy normal si vas a una playa, y te ha visto encima de su hijo... ¡Joder!

Suelto al pobre cojín que ha quedado sin forma gracias a la fuerza que puse en el mientras repasaba lo que acababa de pasar.
Aunque yo quisiera fingir que todo iba normal, era imposible. Estuvimos a punto de ser atrapados teniendo sexo en la habitación adolescente de mi esposo, y claro... ¿Cómo iban a creer que habíamos tomado decisiones cuerdas? Estábamos otorgando cero respeto y prudencia a la casa de mis suegros. Y en un par de minutos, debo decirles que estoy esperando un hijo de Aidan. ¡Mierda!

Me enfundó de manera torpe en mi blusa y salgo de la habitación intentando controlar mi cuerpo y pensamientos.
Bajo un par de escalones y veo a Aidan a pie de la escalera, sigue acomodando su camisa a botones y creo que también se tomó un tiempo antes de bajar del todo para hablar con sus padres, estoy intentando descifrar si es bueno o malo verlo de espaldas y tenso, eso debería darme una pista sobre si bajar o escapar por la ventana de su habitación.

He bajado sin pensarlo un par de escalones que me acercan a él y de pronto el pánico se apodera de todo mi ser, al grado de regresar un escalón y luego otro, y otro... Y uno más, pero eso no sucede se oye un suave ruidito entre mi pisada y el elegante escalón, a lo que Aidan no duda ni un segundo en mirar, cuando sus ojos dan directo en mi, el sol que se filtra entre los cristales de la habitación principal le da un extraño matiz verde a sus ojos que creo que pertenecen a una emoción, pero no estoy muy segura si debo hacerme ilusiones sobre nada.

Su boca se curva a lado izquierdo y ladea la cabeza mientras extiende su mano a mi, invitandome con cordialidad a tomarla y bajar el resto de escalones que me faltan, y lo hago.

-Buenos días.

Digo con un extraño tono bajo que hacía años no encontraba en una charla, pretendía ser educada y amable, y creo que fue fatal.

-Hola, cariño- dice Lauren envuelta en una expresión inquietante de curiosidad- ¿qué tal ha ido el viaje?

Me aclaro la garganta fingiendo que eso no es un ruido odioso y sonrió lo más honesto que puedo.

-Ha ido genial, fue un poco... Turbulento. - digo al recordar el tornado a mil demonios que se plantó en mi estómago y revolvió todo lo que ingresó a este.
-¿Muchas turbulencias?- continúa curiosa, pero formal. Sentada en el bonito sofá junto a su marido, y tomados de la mano.
-Un poco, sí.- contesta Aidan.

Suspiro fuerte cuando siento su mano cerca de mi cuello, saca un mechón considerable de cabello de entre mi piel de los hombros y la costura de la blusa.
¡Qué vergüenza! No me he mirado en el espejo antes de salir de esa habitación y no me siento ahora la mujer atractiva y caliente de hace a penas un par de minutos. Noto entonces que la música sigue, pero a unos tonos dementes para alguien que disfruta de la música, incluso puedo creer que es otra canción que no es.

Me aclaro la garganta de nuevo y paso mis dedos por mi alborotado cabello para dar un tiro suavemente de el.

-Mamá, papá, ____ y yo vinimos aquí para informaros de un par de cosas que están sucediendo en nuestra vida.

Aquí vamos...

-Pero, dejen de estar ahí parados como un par de extraños, está es su casa- dice el hombre tras aclarar que estamos en un espacio seguro. Da una breve mirada a Aidan, y entonces él guía mi cuerpo para ocupar el otro sofá frente a sus padres.
-¿Les ofrezco algo muchachos? ¿Qué tal un poco de vino? Debió ser una mañana de locura.

Desastrosa Coincidencia. (Aidan Gallagher)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora