Desastrosa Coincidencia. (Aidan Gallagher)

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"Y es fugaz...
Cada sueño, cada instante, cada recuerdo, hasta cada persona."

-SHS

[AIDAN y KAYLI]

-No debiste decirle eso.

La cara de angustia de kay, me taladra la cabeza peor que una cruda con alcohol barato.

-No fue para ella el mensaje.
-Yo no hablo de ____- responde con sinceridad.
-¿Quieres decir que Adoni debía saber del bebé?
-Es su papá.

Se soba el vientre con mucho amor, y me frustra.
Estoy tirado en el sofá del apartamento, es más de media noche, apenas puedo respirar.

-Pero, tampoco debiste decírselo a ella.
-Fue un accidente, ella no debía estar ahí.
-Pero estaba.
- No va a escucharme.
- quizá si le hubieras dicho las cosas antes.

En mi mente pasan fotos tan rápidas como una película del siglo XX, ese momento fue perfecto.

-No hubo tiempo.
-Claro que no- dice llevándose un pequeño cacahuate a la boca, ahora se porque las embarazadas suben tanto de peso. Su risa se esconde entre los cacahuates.
-Esto es un tremendo caos. Parece que es una regla constante entre ella y yo.
-¡Anda! Quizá no se fue todavía de la ciudad, tenemos que ir a buscarla.
-¿Tenemos?- la miro con mucha curiosidad.
-Sí- esta nerviosa.- creo que merece una disculpa de mi parte.

Suspiro.

-Mejor vamos a Dormir.
-No- con firmeza me ve- No, Aidan. Tenemos que ir a buscarla, y si no me acompañas, me voy yo sola.

¡Dios, que complicadas son las mujeres, y que poca capacidad de aguante la de un hombre!

-Iremos mañana, ¿Bien?
-¡Aidan!
-Ya es muy noche, sólo, descansa y ya mañana veremos.
-Eres un idiota.
-Tú también ten lindos sueños.

Rueda los ojos, lanza un cacahuate a mi cabeza y se va.
No tengo intención de dormir, cada minuto parece ser un alfiler enterrandose profundamente en el órgano más vital que tengo.

Es más fácil hacer suposiciones, que escuchar explicaciones. Tú también lo hiciste Gallagher, así que no la culpes.

Deseo pedirle perdón, deseo pedirle perdón y que me perdone. Deseo que mis deseos no sólo sean un deseo.

...

-¡Aidan!
-5 minutos más.
-No, ya es hora, tenemos que ir a buscarla antes de que se monte al avión y yo no pueda explicarle las cosas.
-Ustedes son muy necias.
-Y ustedes muy cavernícolas.
-Iré a tomar una ducha.
-No te tardes, o no habrá tiempo de desayunar.
-Sí Kay, sí.

Dormí apenas un par de horas.
Me siento horrible. Pero quiero arreglar las cosas, fue mi culpa por no decirle. No la culpo por reaccionar mal. Sí alguien me hubiera dicho que ella esperaba un hijo de alguien más, hubiera reaccionado mil veces peor.

No me gusta ni una mierda el maldito remordimiento, porque de verdad siento que tenemos un amor destinado a no ser.

-Hola, buenos días.