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"Eres peligrosamente inolvidable."

-Danns Vega.

[ Aidan]

La lluvia a través de los enormes cristales que daban a la calle, se veía como si algun mensaje de nostalgia quisiera dejar.

Bebo mi trago escaso que me han traído bajo un nombre extraño y extravagante y a un precio exagerado, pero lo que menos necesito ahora es pensar, desearía poner mi cabeza en un blanco total.

¿Por qué no puedo aceptar que estoy jodidamente enamorado de la única chica en el mundo que no quiere nada conmigo?

Mi pensamiento me sabe amargó, y tengo que pedir una copa más.
Las notas de una canción un tanto nostalgica me asquea, mi estomago da vueltas y parece que no puedo respirar bien.

-Disculpe joven.
-¿Perdón?
-la señorita de la mesa del fondo le mando está botella.

Frente a mi una botella de vidrio con etiqueta oro, me hace regresar a mi realidad.

-Gracias- digo apenas audible para ambos, busco con la mirada y las luces bajas al remitente de la botella, pero no logró distinguir mucho.

Quien quiera que sea, quiere que me emborrache, quizá pueda abusar de mi.

Sirvo en la Copa un trago insignificante de nuevo, y lo bebo de golpe.
Necesito encontrar la razón de la medicina que me mandaron atinadamente para mis líos de la cabeza.

-¿Puedo?- una figura conocida está frente a mi, con un impermeable y muchas gotitas resbalando de este. Un paraguas y botas de lluvia.

-Creo que sí.- una mueca de disgusto o incomodidad se posiciona en su cara.
-No quiero incomodar.
-Bien, toma asiento.
-¿Qué bebes?
-No lo sé, yo no se nada, absolutamente nada.
-Pues espero haberle atinado.
-Gracias por la botella.
-Esta bien Gallagher, quería decirte que lo siento.
-¿Por qué lo sientes, porque no estas dejando que tu vida siga y puedas ser feliz, o por qué lo haces?
-Siento mucho que yo haya cortado el rollo de la noche familiar.
-Está bien, es tu familia.

Me mira con disgusto, y de nuevo veo su incomodidad.

-Lo siento, mi cabeza no esta trabajando está noche, el alcohol está cubriendo las funciones de trabajo.
-¡Mesero! ¿Puede traerme una copa, por favor? Gracias.

Esperamos unos segundos en silencio, el mesero llega con 2 copas, y se retira casi enseguida; ___ toma la botella y llena su pequeño vaso de cristal, que no dura ni unos segundos así, todo el contenido entra en su organismo.
Y yo repito la acción.

-mi vida se volvió una mierda, y tú y el mundo tiene razón, yo no debo vivir en el maldito pasado, la vida está corriendo y no se detiene, y no lo hará.
-A veces hacemos planes con personas que parecen lo son todo para nosotros, pero en cuestión de segundos, de un sólo parpadeo, las cosas cambian. Las personas desaparecen de nuestro mapa con tanta facilidad, algunas simplemente ya no vuelven a nuestro presente, o a nuestro futuro. Y algunas otras, aunque lo desees con todo lo que eres, no pueden regresar.

Me mira con incredulidad pero entonces con esa melancolía que recorre su cuerpo añade.

-Lo sé, algunas personas son parte de nuestro pasado, y ahí deben mantenerse, traerlos a nuestro presente hace que tengamos una desastrosa coincidencia futura.
-Tampoco seas tan cruel, algunas personas deben regresar porque sí, porque algo hace falta, sólo debes aprender a diferenciar que las cosas no pueden ser iguales nunca, y que todos cambiamos por mil razones.
-Aidan, te debo una disculpa.
-Ya lo habías dicho antes, pero, sólo Olvidalo.
-No, no por esas mierdas infantiles que hice hoy, o el día que volví a verte, te pido perdón porque nunca te olvidé, pero tampoco acepte que volvías.
-¿Nunca me Olvidaste?

Siento mis entrañas jugar algún juego de twister, mi garganta arde y siento que he de volver el estomago después de los pocos tragos amargos de alcohol.

-No Aidan, eres difícil de desaparecer del mapa de alguien.
-Eso es algo nuevo, no lo había escuchado antes, para ser sincero me he creído que soy una carga y un problema, que ocasionó cosas malas.

Y eso es verdad, he visto personas cercanas a mi llorar, y he visto como su tristeza se expande a través de su ser, he escuchado corazones oprimirse y simplemente me quedo en silencio, pensando la clase de basura que soy.

-Eso no es verdad Gallagher, has sido mejor cosa de la que cualquiera pudiese pretender ser.

Una sonrisa incómoda se hace una especie de mueca agónica, pero intento no perder al Aidan que construí durante mucho tiempo, así que me escondo atrás de un vaso lleno de absurdo alcohol.

La sensación desagradable no desaparece de mi cuerpo, me siento alguna clase de especie maléfica, algo que  destruye lo que toca, ó que puede ocasionar un daño a lo que alguna vez pasa junto.

-En fin, decir lo que pensamos que somos no nos hace ningún favor Aidan, beber tampoco hace que esto se duerma, pero lo creemos y ayuda.
-Sólo quiero que sepas que me gusta estar de vuelta en tu vida.
-me gusta la coincidencia.

Una sonrisa sincera pero muy frágil por fin asoma en sus labios, creo que las cosas se tranquilizan un poco, las palabras ligeramente crueles que invocamos para tratar de describirmos van cambiando por vosas invoherentes y sin sentido, se pierden al ritmo que el alcohol gana terreno.

Se ríe, es una persona completamente distinta y yo soy más... Más Aidan Gallagher del que recordaba.
Me gusta como sonríe así que las tonterías que salen de mi boca no para su turno laboral porque saben lo que están logrando, en algún momento mi billetera saltó a la mesa y con un muy grande y elegante billete obtuvimos una nueva y mejorada botella dorada.

Tengo episodios, episodios de recuerdos o instantes, ahora justo ahora no lo sé.

-Pues es un imbécil.-digo atropelladamente.

Su risa vuelve a llamar la atención de algunas personas -¿Y ahora de quien se supone que hablamos? 
-De la persona que te dejo ir.
-No hablemos de eso, mejor ven aquí, te confieso una cosa pequeña.

Sus ojos adormilados parecen perder una batalla de al menos 48 horas abiertos, sus manos titubean los movimientos, que divertido, yo veo moverse todo de una manera muy rápida y torpe a la vez, ¡que miedo, creo que voy a desmayarme y me da mucha gracia!

-¡Quiero oír tu secreto!
-pues acerca tu rostro, no seas idiota si doy un paso pierdo el equilibrio y no tendras jefa.
-Bien- digo riendo.

Así que lo hago, nuestras respiraciones sé mezclan y su risa llega directamente a mis oídos, su mano toca mi mejilla suavemente.

-No tengo un secreto, pero podemos tener uno ahora.

Sus labios tocan con miedo los míos, si suavidad es indescriptible, me apresuró a tomar una postura favorable que no me tire o algo peor, y abro ligeramente mi boca, presiono con suavidad y succiono.

¡Moría de ganas por algo así!

Se vuelve mas exigente y me besa con desesperación.

La abrazo y entonces cuando mis ojos se cierran, pierdo el conocimiento y dejó de archivar en mi cerebro escenas.

--*--

Este par me empieza a agradar ¿que dicen?

Hola a todas

-SHS_Gallagher

Desastrosa Coincidencia. (Aidan Gallagher)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora