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Que cosa más bonita es verte mientras me ves, viéndote a ti”.

José Urbano.

[ _____ ]

-Bueno, pasa.

Tengo miedo de que en cualquier momento mencioné algo malo, que quizá su familia le ha dicho algo y a desistido del compromiso.
Me sorprende lo molesto que se encuentra, sus puños están apretados y la mandíbula le dará un dolor de cabeza por tanta presión ejecutada.

No dice nada, sólo mira el suelo y piensa, piensa, piensa...

Me rindo, soy yo la que vuelve a hablar.

-Creí que ibas a llamarme
-Quería darte una sorpresa, entonces ¿lo hice?
-Sí, bueno, realmente sí, pudiste enviar un mensaje para que yo preparará algo de cenar, sólo tengo guindas refrigerados.
-Eso no tiene relevancia.
-¿Qué demonios te pasa?- digo con un poco de disgusto palpable.

Es ahí cuando su sonrisa de caos se pinta en su cara.

-Nada, no me pasa nada.

Entonces su mirada cae en un par de platos sobre la mesa de centro.
Señala al mismo tiempo que me mira con unos ojos demoledores que me ponen fuera de juego.

-¿Interrumpo algo?
-¡Ah!- digo un poco aliviada- Es eso, ¿Estás celoso?

Espero su sonrisa, su beso, su "Te extrañé" pero todo eso está siendo reemplazado por un gesto tan igual como cuando llegó aquí.

-¿Debería estarlo?
Me cruzo de brazos, y busco un tono que lo rete, que lo pique, que vea que ahora yo también estoy molesta.
-Lo que deberías es estar un poco más seguro de tu prometida, eso deberías.

Mueve la cabeza, acepta mi jugada, pero esta tan acostumbrado a ganar...

-¿Quién es Rob?- su sonrisa se extiende por su rostro, pero se ve escalofriante cuando la acompaña de esa mirada siniestra y demoníaca.
-¿Qué quien es...- pero lo entiendo, Rob, Rob, Robbin.

¿Realmente estaba escuchando atrás de la puerta? Esto es nuevo de Aidan Gallagher.

Observo lo que hace, está perdiendo la paciencia, mueve su pie derecho de arriba a abajo golpeando la punta, mete las manos a las bolsas de sus pantalones,  aprieta sus labios al mismo tiempo que la sonrisa y la mandíbula.

No puedo más y me gana la risa, doy un par de escaparates al sonido que quiere mi garganta y pulmones, eso lo pone peor que un limón agrio.

-¿Qué es gracioso _____? ¡Dime cuál es su escondite! ¿Con quién estás?

Paro la risita,  pongo el gesto más negativo que puedo, muerdo mis mejillas por dentro y le pongo los ojos en blanco.

-¡Eres un idiota!- retrocedo un paso, sin dejar de verlo.
-¿Lo soy?
-¡Maldición sí! Si lo eres. Deberías irte a tu casa de una buena vez
-¿A qué le temes?
-¿Temor? Le tengo miedo a lo imbécil que puede ser la gente.
-No te pases _____.
-No te pases tú, Gallagher. Yo dejé que te quedarás con tu ex, a que le ayudarás con una mudanza.
-Creí que no tenías problema con ello.
-Y no lo tengo, así como tú no deberías tener algún problema con tu prometida.
-No es difícil nena, sólo dime ¿Estás con alguien?
-No, no es difícil y sí, estoy con alguien.

Reúno toda la mala leche que puedo, ahora si estoy un tanto molesta. No debimos saltar el paso de los novios.

Se acerca a mi, mucho, bastante, me roba el oxígeno que quiero jalar, me mira, lo miro, nos retamos.

Desastrosa Coincidencia. (Aidan Gallagher)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora